Grupo Villar Mir (GMV) tiene por delante un 2020 que se antoja frenético. Un camino lleno de baches ante los vencimientos de deuda a los que tendrá que hacer frente. Unos 450 millones de euros del total de la deuda del grupo, que asciende a más de 1.100 millones. “La situación actual no pinta muy bien ya que se ha visto obligada a refinanciar su deuda para los años 2022 y 2023. En las condiciones actuales no las tiene todas consigo para hacer frente a tanta deuda”, afirma Diego Morín, analista de IG.
Entre las soluciones, la venta de Ferroglobe. Se trata de la única compañía del grupo que tuvo beneficios en 2018: 18,1 millones de euros. “Es el activo que posee con más capacidad de revalorización y malvenderla a los precios actuales tampoco sería la solución definitiva a la deuda. Perdería su mejor baza para reducir en un futuro considerablemente su deuda”, señala César Fernández tajes, director del Instituto Superior de Bolsa, Inversión y Finanzas (Isbif).
Con Ferroglobe en la nevera, esperando que su cotización en el Nasdaq entre en una fase positiva del ciclo, las opciones a las que poner el cartel de venta son dos: la división inmobiliaria y energía. “La división inmobiliaria se encuentra en un proceso de financiación por el grupo Tyrus por un importe cercano a los 370 millones de euros. Si el Grupo Villar Mir no consigue remontar sus cuentas, se vería abocada a venderla también”, apunta Diego Morín. Y añade: “Tampoco podemos olvidarnos de VM Energía, que está dentro del grupo como venta futurible más próxima”.
Villar Mir no tiene capacidad suficiente para hacer frente a la elevada deuda que vence en 2020
Opinión que comparte César Fernández Tajes: “En caso de que los acreedores vean insuficiente la reducción de deuda derivada de la venta de Fertiberia [acaecida en agosto por unos 200 millones de euros], exigirán a Grupo Villar Mir que acelere la venta del 33% en OHL. Ello le podría aportar unos 100 millones adicionales. También que pongan en venta la división inmobiliaria y Villar Mir Energía”.
VILLAR MIR Y AMODIO
OHL, en la que Villar Mir tiene el 30,6% a través de Inmobiliaria Espacio, está en pleno proceso de venta a la familia mexicana Amodio. Pero no será el 33%, sino el 20%. “Aunque desde México se posicionan con noticias sobre un posible lanzamiento de compra sobre la constructora española”, advierte Diego Morín. Una operación en la que GVM busca oxigenar su deuda y, de paso, retrasar la venta de alguna de sus divisiones.
“El acuerdo con el grupo mexicano está más enfocado en aumentar el valor de OHL para una venta posterior de GVM de su participación. Se trata de una transacción que le permite obtener a GVM de forma inmediata un volumen relevante de fondos”, indica el director de Isbif. Sin embargo, dichos fondos estarían en el entorno de los 40 millones de euros, según el analista. Por tanto, una cifra bastante inferior a los 200 millones de la venta de Fertiberia.
GMV es un holding de empresas donde su generación de caja viene por dos vías: por un lado, dividendos; por otro, participaciones societarias de las empresas en las cuales participa. “Como las empresas del holding no tienen capacidad de repartir dividendos por problemas particulares como OHL, o de fase del ciclo económico, como Ferroglobe, GMV se ha visto obligado en los últimos años a un proceso de venta de sus participadas para reducir su endeudamiento”, recalca César Fernández Tajes. Así consigue también alargar los vencimientos de la deuda viva.
Las pérdidas del Grupo Villar Mir en 2018 fueron de 723,9 millones. OHL fue la que obtuvo peores guarismos (pérdidas de 625,5 millones). Pero la división inmobiliaria perdió 38,7 millones; prefabricados, 8,6 millones; Fertiberia, 1,4 millones; Villar Mir Energía, 0,5 millones; y el resto de filiales, 67,3 millones.