Hacerse una herida siempre es algo desagradable. Además, aunque sea leve, suele ser molesta en ciertos momentos, como cuando te duchas, cuando tienes que usar la parte del cuerpo donde está situada dicha herida, cuando te golpeas en ella y se vuelve a abrir, etc. Pero hay algunos trucos que pueden acelerar la cicatrización.
Siguiendo unos sencillos consejos de higiene, y tratamiento, podrás decir adiós a esas molestas heridas y que curen sin riesgo de infectarse. Y recuerda: ¡Cuídate! Solo hay «un tú».