Pagamos todo con tarjeta o con el móvil cuando deberíamos estar haciendo la mayoría de estas transacciones en efectivo.
Desde hace unos años se está hablando seriamente de la desaparición del dinero en efectivo. No le damos demasiada importancia, sobre todo en España. Nunca nos preocupamos o involucramos en un tema de relevancia hasta que vemos que toca directamente en nuestro bolsillo o hasta que nos percatamos que puede afectar a nuestra calidad de vida.
No obstante, por una vez en la vida, deberíamos preocuparnos por este tema, y es mejor que lo hagamos antes de que los billetes y monedas desaparezcan de verdad. O, más bien, de que los hagan desaparecer. Nos creemos que es muy cómodo pagar todo con tarjeta o con el móvil, y apenas utilizamos cash, y siguiendo con esta dinámica estamos sucumbiendo en un tremendo error: estamos cayendo en la ‘trampa sueca’. Les estamos dando razones a las autoridades para plantearse la extinción completa del papel moneda. Y, créenos, no nos conviene a ninguno, por eso es importante que sigamos utilizando el dinero en efectivo.
¿Los suecos han caído en su propia ‘trampa’?
Suecia es el país del mundo en el que menos dinero en efectivo se utiliza. Una quinta parte de los suecos, en un país de diez millones de personas, ya no usa cajeros automáticos. Al principio todos estaban de acuerdo con la desaparición del efectivo. ¿Qué más daba? Si nadie lo usaba… Una defensa que ya no parece convencer a todos cuando han comenzado a analizar las consecuencias negativas resultantes de operar solo de forma digital.
Las autoridades financieras que antes acogieron la tendencia ahora han instando a los bancos a que vendan billetes y monedas hasta que el gobierno determine las implicaciones reales para los consumidores de no contar con efectivo. De hecho, las autoridades suecas tenían planeado para el año 2023 que todas las transacciones fuesen electrónicas, pero de pronto los ciudadanos han vuelto a utilizar el efectivo. En 2018, por primera vez en 11 años, se ha producido un incremento inesperado del 7%, respecto a 2017, en la circulación de billetes y monedas en el país escandinavo, según el Banco Central Europeo (BCE).
Por qué deberíamos utilizar más efectivo
¿Por qué los suecos han comenzado a usar más efectivo? Por nerviosismo puro. ¿A quién le gustaría una sociedad sin pagos en metálico? ¿!– /wp:paragraph –>
Una de las razones que les ha llevado a utilizar más efectivo está relacionada con la política del BCE, que ya tiene una tasa de interés baja pero planea bajarla más. Esto podría generar un riesgo de rentabilidad negativa en el mercado financiero sueco para los bonos y para los depósitos bancarios, detallan los expertos.
Otros apuntan a que la desaceleración de la digitalización económica sueca ha sido debido a la inaccesibilidad de los pagos sin efectivo para los jubilados y los sectores más pobres. Un millón de suecos, 600.000 de los cuales son pensionistas, aún no pueden acceder a métodos de pago que no sean en efectivo. Esto les dificulta gravemente la vida, pues en el país escandinavo ya es obligatorio pagar en digital en numeras tiendas, transporte público, baños y demás servicios.
En España estamos aún lejos del panorama sueco, pero vamos en camino hacia la desaparición del papel moneda. Y la mejor forma de frenar todo esto es utilizar más efectivo en nuestras compras y transacciones
Al principio, los suecos se mostraban optimistas con la desaparición del dinero en efectivo, pero ya comienzan a ver los estragos que esto puede causar en su país. De hecho, una encuesta realizada por la compañía sueca Bankomat entre suecos que utilizan pagos digitales, reveló que el 72% de ellos se oponía completamente a que les quitaran el papel moneda.
Todo esto, unido a la incertidumbre de los cambios que podría acarrear en todos los sectores de la población, ha hecho que Suecia frene sus planes de digitalizar toda la economía y abandonar por completo el papel moneda. Al menos de momento. En España estamos aún lejos del panorama sueco, pero vamos en camino hacia la desaparición del papel moneda. De hecho, el 5% de la población española no tendrá acceso al efectivo en 2025, según el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada, lo que dejará a cerca de tres millones de personas en grave riesgo de exclusión financiera. Y la mejor forma de frenar todo esto esutilizar más efectivo en nuestras compras y transacciones.
Los expertos están alertando
Desde hace unos años numerosos expertos que están alzando la voz contra la digitalización de la economía. Uno de los más reputados es Brett Scott, exbróker y articulista en ‘The Guardian’, quien detalla en su libro ‘Hackeando el futuro del dinero‘ (Ed. Profit), por qué debemos oponernos a la desaparición del papel moneda.
Además de por la discriminación de los jubilados y de los más pobres, Scott apunta a que deberíamos apostar por el pago en efectivo para escapar de la gentrificación de las transacciones, que solo favorecen «la vigilancia y control financieros».
Scott detalla en su libro numerosas amenazas que pueden surgir si nos arrebatasen en derecho a utilizar el efectivo, como son:
- Pérdida de privacidad: los intermediarios conocerán todas nuestras transacciones y recabarán información sobre nuestras actividades económicas.
- Pérdida de libertad: los intermediarios puede bloquear las operaciones.
- Control absoluto del Estado, que puede expropiar o congelar nuestro dinero.
- Desaparición o bloqueo de nuestro dinero por fallos técnicos de electricidad, hardware o software.
- Riesgo de pirateo o ciberataques: al ser todo digital, nuestro dinero podría ser sustraído a golpe de clic.
Como vemos, el pago digital suele presentarse
como una atractiva nueva opción que abre un abanico de
posibilidades creativas, pero suelen pasar desapercibidas todas estas consecuencias negativas que nos
exponen a riesgos que no existen en el sistema del pago físico.