Soñar es un acto habitual. Que se recuerde, y con tanta intensidad ya no tanto. Al menos eso es a lo que apuntan los investigadores de cómo afecta el confinamiento a nuestro sueño y descanso. Y es que cada vez son más las personas que comparten sueños muy vívidos que se están generalizando durante el aislamiento social. ¿Existe algún motivo por el que soñamos más y con mayor intensidad en confinamiento? ¿Son sueños solo o también hay pesadillas? Vamos a hacer un repaso por el estado de la cuestión.
Y es que durante mucho tiempo, la ciencia ha insistido en que las emociones y los sueños están vinculados al bienestar mental durante las horas en que permanecemos despiertos. Habitualmente, la ciencia se vale de los sueños cargados de simbolos y rarezas para identificar situaciones de estrés y temores psicológicos en los pacientes. Uno de estos síntomas suelen ser las pesadillas, que se entienden como señales de alarma sobre las inquietudes, miedos y temores de las personas que nuestra consciencia oculta y que el subconsciente recupera en la fase de sueño, especialmente cuando no hay demasiados nuevos estímulos en el día a día, tal y como ocurre ahora durante el confinamiento.
La gente está tan preocupada que incluso han creado un espacio web en el que se van recopilando todos los sueños raros y las pesadillas más recurrentes de los usuarios. Todos estos sueños han sido subidos por los propios vividores, y puedes leerlos en idreamofcovid.com
1SUEÑOS PANDÉMICOS
Es el nombre con el que los especialistas han bautizado a toda la colección de sueños vívidos que tienen como protoganista a la pandemia, el coronovirus y todo lo que implica -social y emocionalmente – el confinamiento por coronavirus. Y es que según los investigadores del sueño, el estrés, el aislamientos, los cambios en las horas de sueño, la montaña rusa de emociones y la incertidubre influyen directamente en los tipos de sueños que se tienen, ya que nuestro cerebro utiliza el sueño REM -el momento del sueño- para gestionar todos esos sentimientos intensos.
De hecho, se sabe que la ansiedad y la falta de actividad física afectan directamente a la calidad del sueño, provocando descansos más breves, sin poder dormir del tirón. Estas interrupciones en los sueños también hacen que se recuerden más las imágenes del subconsciente que recrea el cerebro en esta fase.