sábado, 21 diciembre 2024

El iPhone ‘made in’ USA costaría 40 dólares más

El nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tiene una idea entre ceja y ceja: recuperar la grandeza industrial del país norteamericano, lo que levantaría las tasas de empleo y dotaría de una segunda juventud a muchas ciudades que cayeron por la deslocalización de la industria, como Detroit.

Por ello, los planes del magnate neoyorquino pasan porque las grandes compañías nacionales vuelvan a producir sus productos en territorio estadounidense. Una de las principales señaladas es Apple, a la que Trump incluso llegó a  amenazar durante la campaña: “Les voy a obligar a fabricar sus malditos ordenadores en Estados Unidos». Para ello asegura que no dudará en poner un impuesto a quienes fabriquen en México y China con un arancel de hasta el 45%.

palo_alto_heroUna estrategia que puede parecer en un principio buena. De hecho, no ha sido el primer presidente en plantearla. Obama llegó a cuestionar a Steve Jobs sobre el asunto. La respuesta del genio fue clara: «Esos trabajos no van a volver».

Trump podría poner trabas a los negocios que sigan elaborando su stock en el país asiático a través de aranceles a las importaciones. «ese movimiento, desde un punto de vista macroecononómico, resulta más complejo de lo que parece. Vamos a ver qué pasa cuando esas ideas de Trump en campaña que parecen más que ideas, ocurrencias, se encuentran con el duro tamiz de la realidad«, confiesa el experto y profesor en el IE Business School, Enrique Dans. Sin embargo, la realidad es que la compañía de Cupertino ya estaría produciendo parte de su stock en su propio país.

Apple cayó 2,28 puntos en bolsa el 9 de noviembre, cuando se conoció oficialmente que Donald Trump iba a ser presidente

«Apple ya fabrica algunos de sus productos en los Estados Unidos, aunque sean productos de importancia cuantitativa relativamente baja como es el caso del Mac Pro. La gran verdad es que el impacto del coste de mano de obra directa es cada vez menor sobre el total del proceso de fabricación, lo que lleva a que este tipo de relocalizaciones tras la deslocalización se hayan convertido de alguna manera en tendencia, y a que incluso muchas compañías lo utilicen como un elemento de marketing positivo vinculado con la responsabilidad social corporativa», admite Dans.

Pero, ¿Cuáles serían las consecuencias reales de una hipotética (y más bien utópica) vuelta de Apple a suelo estadounidense a nivel global? Para empezar, la compañía de Cupertino teme esta estrategia y por ello el pasado martes, (cuando Trump ganó oficialmente las elecciones en Estados Unidos) se desplomó 2,28 puntos en bolsa, aunque a lo largo del día recuperó sus valores previos. Sin embargo, tal decisión desarrollaría inercias positivas a su imagen.

iphone7plus-jetblk-34br-leanforward-ob_pr-print«Fabricar en los Estados Unidos podría tener un posible impacto en costes, pero podría aportar mucho en términos de imagen de marca, reputación y reconocimiento. Para una compañía como Apple, que hizo enormes esfuerzos por explicar que su decisión de no abrir el iPhone al FBI no era en absoluto una decisión anti-patriótica y que aún así, no consiguió que muchos norteamericanos lo viesen así, trasladar la manufactura a Estados Unidos podría representar una oportunidad para mejorar su imagen a nivel popular, admite Dans, pero también confirma que otros factores convierten la decisión en sumamente compleja.

A pesar de todo, el Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT) sí que publicó el pasado mes de junio un informe en el que se planteaban diversos escenarios en la producción del dispositivo, cuantificando las posibles consecuencias.

El precio final de un iPhone ensamblado en Estados Unidos (con los componentes actuales) crecería un 5%

El coste del Smartphone crecería entre 30 y 40 dólares americanos si este se fabricara en América, pero con los mismos componentes que usan en la actualidad. Un alza se debe a los mayores costes laborales y a los gastos adicionales en logística y envío. Por lo tanto, el precio podría subir cerca de un 5%, para situarlo en el entorno de los 798 dólares. Se comercializa actualmente por 749 dólares para el modelo iPhone 6s Plus.

Pero tal vez el magnate quiera un móvil más puro, con todos sus componentes producidos en su propio país. La estimación que realiza la prestigiosa institución académica en este sentido observa que se añadirían aproximadamente 40 dólares más en costes de producción y, además, estos tendrían un bajo factor competitivo durante sus primeros años. El precio final del iPhone se lanzaría entre los 809 y los 840 dólares en este caso. 

Un iPhone con componentes norteamericanos lanzaría su precio hasta los 840 dólares

«Las ventajas de producir en China ahora, además de contar con un enorme expertise en ensamblaje y fabricación y con una creciente mano de obra especializada en procesos robotizados, es el hecho de que los fabricantes de la mayoría de los componentes electrónicos está también en China o en el sudeste asiático, lo que implica que en caso de haber algún problema o de necesitarse asistencia, ésta puede llegar más rápidamente. Es difícil plantearse hoy fabricar en un país si ello supone que te tienes que alejar mucho de la inmensa mayoría de tus suministradores«, concluye Dans en este sentido.

 


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