Cuenta atrás. El agónico futuro de Duro Felguera depende del Banco Santander. En lo que queda de año, las compañías deben anunciar si han llegado a algún acuerdo. De lo contrario, la asturiana amenaza con hacer despidos -hasta 100- en enero.
Duro Felguera anunció en mayo de 2018 que había logrado el apoyo mayoritario de sus bancos acreedores para refinanciar su deuda. También una ampliación de capital de 125 millones de euros y un ajuste patrimonial para rebajar la deuda a 85 millones de euros. Además, previó líneas de avales de hasta 100 millones de euros para nuevos proyectos.
De momento, la petición se ha reducido hasta 80 millones. Pero Duro Felguera insiste en conseguir ese dinero a través de sus bancos acreedores (Santander, CaixaBank, Sabadell, Bankia, BBVA, Liberbank y Banco Cooperativo) aunque éstos no están dispuestos a aceptar tan fácilmente.
Sobre todo la entidad de Ana Botín, que acumula el 50% de la deuda de la empresa. Y ante dos posibles escenarios: dejar caer la compañía o negociar, según ha podido conocer MERCA2, el Santander sigue en conversaciones y negociaciones, tal y como lleva haciendo desde hace más de dos años. Pero aún no hay nada en firme.
EL SANTANDER MANDA
Fuentes del sector explican a este medio que en un principio Santander, BBVA y Bankia estaban de acuerdo en concederle nuevos avales para que siga desarrollando proyectos. Pero entienden que Santander ha debido de cambiar de opinión. Y el camino que elige el banco que tiene la mayoría de la deuda, rige sobre los demás. Pese a que el interés de todos debería ser que la empresa saliera adelante y devuelva la deuda.
Estas fuentes también defienden que los bancos deberían hacer un esfuerzo ya que una parte del riesgo está cubierto por Cesce. El organismo público se comprometió en agosto a blindar el 60% de los 80 millones en avales que pide la compañía a la banca. Por lo que solo necesita 38 millones antes de ir a concurso de acreedores.
Otras fuentes se muestran más críticas. Y señalan que ante la última propuesta que hizo Duro Felguera a los acreedores -convertir deuda en capital-, la banca exigió un plan de negocio, o al menos que justificara sus movimientos. Desde entonces, no ha habido más reuniones.
SIN DINERO
Con todo, la posición actual de la mayoría de acreedores es la de no poner más dinero y que lo haga un inversor. Una idea que ya se tenía antes de la refinanciación, pero no se llegó a ningún acuerdo. Y ahora, teniendo en cuenta que la salud de la compañía no es la mejor, se hace cada vez más complicado.
Sobre todo, porque si al final se declara el concurso de acreedores, es más barato. En este sentido, a los bancos no les interesa un concurso, pero tampoco seguir dando financiación si saben que no la recuperarán.
Estas fuentes entienden que si Duro Felguera opta finalmente por despedir a gente, no será culpa de los acreedores. Y sí de una mala gestión. Además, consideran que la compañía tiene liquidez para sobrevivir hasta febrero o marzo.
Y llegado el caso, si se declara en concurso de acreedores, será un juez quien decida si la salida es una nueva ronda de financiación, capitalizar deuda o que entre un inversor. Y en el peor de los casos, declarar la liquidación y que los acreedores recuperen algo.
DURO FELGUERA CREE QUE ESTÁN RECUPERADOS
Hace unos días, en un encuentro en Gijón donde tiene que estar instalada toda la plantilla antes del 28 de febrero de 2020, el consejero delegado de Duro Felguera, José María Orihuela, no quiso avanzar un plazo de la negociación con los bancos para el desbloqueo de los avales.
Pero dejó claro que están en contacto permanente con inversores que puedan estar interesados. Y presumió del punto de inflexión en el que se encuentra la empresa y que le ha ayudado a tener un Ebitda positivo, algo que no ocurría, según él, desde 2016
Por ello, creen que están en la senda de la recuperación, después de una situación a la que han llegado, según él, por ser un sector industrial complejo y de gran competitividad. Ahora será el Santander quien marque el rumbo de la compañía.