Poner en marcha un negocio no es una tarea fácil. Son muchas las cuestiones que hay que tener en cuenta y que hacen necesario hacer análisis previos como un estudio de mercado o un plan de negocio. Pero además de todo esto, también hay que conocer el Producto Mínimo Viable o MVP según sus siglas en inglés. Un concepto que es imprescindible tener presente.
Con esto lo que pretendemos saber es si el producto o servicio que queremos ofrecer realmente le interesa al mercado. No debemos olvidar que muchas veces lo que hay detrás del fracaso de nuevos negocios es que sencillamente no han sido capaces de darse cuenta de que aquello que ofrecían no tenía interés para los consumidores.
1Origen del concepto de Producto Mínimo Viable
El MVP es algo de lo que hemos empezado a oír hablar en los últimos años, a raíz del boom de las startups. Está asociado con la metodología Lean Startup y es quizá una de las aportaciones más interesantes de esta. Tanto que el concepto de Producto Mínimo Viable ha cruzado las fronteras entre sectores y se aplica ahora en todo el ámbito empresarial.
De hecho, para los negocios más tradicionales aplicar el bucle asociado al Producto Mínimo Viable puede ser la clave para diferenciarse de la competencia y triunfar. Pero no conviene pensar en esto solo cómo algo propio de emprendedores, en realidad el MVP también se puede aplicar en negocios ya establecidos que pretendan lanzar un nuevo producto o servicio.