Desde Casa Real conocen perfectamente que existe una máxima que expone que «la monarquía debe ser ejemplarizante». La familia real posee todos los privilegios acompañados de unas obligaciones que en mayor o menor medida han llegado a no cumplir. La primera de todas ellas, crear un matrimonio de Estado que convenga a la Corona: un quebradero de cabeza más para la Casa Real del Rey de España.
1Casa Real y la unión dinástica de los eméritos
¿Amor u obligación? Para ello, empecemos por el principio. La gran boda griega entre el joven príncipe de Asturias, don Juan Carlos de Borbón y la princesa Sofía de Grecia tuvo lugar el 14 de mayo de 1962. Aquellos lozanos mozos de sangre azul estaban destinados a casarse por obligación dinástica y política. Su objetivo era común: reinar juntos y traer al mundo al nuevo Rey de España.
Cumplido la misión con el ‘tropezón’ constitucional que supuso la llegada de la primogénita, Elena, por fin vino al mundo Felipe. El hijo de los ojos de mamá. El niño de la mirada turquesa. El Borbón menos Borbón de todos. ¿Cumpliría el futuro Rey de España con su obligación real como así lo hizo su padre? A juzgar por los acontecimientos, no. Su primera novia, Isabel Sartorius, jamás convenció al núcleo más privado de Casa Real.