El empacho gastronómico que se vislumbra en televisión es evidente. Y esta tormenta llega en pleno tsunami sobre el famoso reportaje de El Confidencial, «La miseria de ser becario de Adrià, Muñoz o Berasategui: 16 horas a palos y sin cobrar». Ya saben que las denuncias sobre la precariedad que sufren nuestros jóvenes en la cocina de élite tuvo como víctima colateral a Jordi Cruz. El miembro del jurado de ‘MasterChef’ irrumpió en el debate gastronómico saliendo en defensa de sus colegas: «Estás aprendiendo de los mejores en un ambiente real, no te está costando un duro y te dan alojamiento y comida. Es un privilegio. Imagínate cuánto dinero te costaría eso en un máster en otro sector».
Sea como fuere, la crisis gastronómica televisiva arrecia fuerte. Que se lo digan a Bruno Oteyza, que tras casi una década cocinando para Atresmedia acaba de ver cancelado su show, ‘Cocina con Bruno’, que realizaba la productora de Karlos Arguiñano para Nova. En el mismo canal ha surgido un nuevo producto, ‘Cocina abierta’, en la que siete cocineros entre los que se encuentra el repostero Joseba Arguiñano, hijo del mítico showman, intentarán levantar el mediodía del canal femenino conocido por sus maratonianos culebrones.
Atresmedia acaba de cancelar ‘Cocina con Bruno’ y TEN ha apartado de su parrilla diaria a ‘Cómete la vida’
TEN también acaba de apartar de su parrilla diaria el programa ‘Cómete la vida’, programa a diario que lleva a cabo Nino Redruello. El cocinero tras sumar unos bajos números ha quedado relegado a la primera hora del fin de semana pese a la ilusión ante su nacimiento del responsable de contenidos de Secuoya, Jaime Guerra: «Es un proyecto en el que la productora llevaba tiempo trabajando. Conocimos a Nino Ridruello y pensamos que su vida, su historia y su experiencia tenían cabida para hacer un programa de televisión. Casualmente, teníamos a TEN, y entonces vimos la mezcla perfecta. Es un programa rico en muchas cosas, en conocimiento gastronómicos, de salud… encaja en esa línea que ha abierto TEN de televisión coaching».
Pero en la televisión de las grandes cadenas también se nota la crisis. Es el caso de ‘Top Chef’, que está marcando números dos puntos por debajo de su edición del año pasado. Y eso que Alberto Chicote se las prometía felices tras su gran festín otoñal al frente de ‘Pesadilla en la cocina’, que marcó hace unos meses su segundo mejor dato histórico tras haber tuteado al emblemático ‘Gran Hermano’. Un show similar, ‘MasterChef’, tampoco se acerca al 20% de share de antaño. No ayudará la campaña tuitera contra el concurso por las citadas declaraciones de Cruz, apesadumbrado tras acercarse al 15%. No le fue mejor a Dabiz Muñoz con ‘El Xef’, que es cierto que cerró segunda tanda con un 7,2% de share pero se mantuvo lejos de su estreno: 9,5%. El que nota menos la crisis es el mítico Karlos Arguiñano, que tras más un cuarto de siglo sigue incombustible en Antena 3, donde ha cocinado más de mil guisos y acaba de publicar su enésimo libro.
‘MasterChef’ y ‘Top Chef’ están marcando sus peores números históricos: ¿empacho gastronómico en televisión?
A Mediaset también se le quedó mal sabor de boca con algunas ambiciosas apuestas como ‘Esta cocina es un infierno’ o ‘Robin Food’, que se presumía como relevo de garantías de Arguiñano tras sus números en la televisión pública vasca ETB. David de Jorge sobrevive en la actualidad en la red mientras su mano derecha, Martín Berasategui, relevaba a Arzak como visitante semanal de Arguiñano, otra vez Arguiñano. En TVE tampoco tiran cohetes con ‘Torres en la cocina’, que sobrevive como uno de los espacios diarios menos vistos de La 1.