España cuenta con un gran patrimonio histórico, que se une a una gran variedad de paisajes, climas y parajes naturales, lo que la ha llevado a ser uno de los países favoritos por los turistas.
Lejos de las grandes ciudades se mantienen muchos pueblos que mantienen su carácter más tradicional, donde aún se conservan un sinfín de joyas arquitectónicas que la larga historia del país ha dejado a lo largo y ancho de la geografía nacional.
Castrillo de los Polvazares (León)
Castrillo se fundó en el siglo XVI y su prosperidad económica se basó en el comercio, llegando este en el siglo XVIII. Esta riqueza se puede observar en las distintas construcciones históricas y tradicionales que aún se conservan.
Cabe recordar que es un pueblo que se mantiene en muy buen estado, se sitúa cerca de Astorga y en el se mantienen las tradiciones más típicas de la zona. Entre sus monumentos más destacados se encuentra la iglesa de Santa María Magdalena.
Covarrubias (Burgos)
Este municipio castellano de la provincia de Burgos se erigió con Fernán González como la primera capital del reino de Castilla. De hecho, estuvo aquí presa la infanta Doña Urraca. Entre sus calles destaca la arquitectura popular con entramado de vigas de madera.
También destaca en este pueblo, que debe su nombre a las cuevas rojizas que se expanden en sus alrededores, su barrio antiguo amurallado, donde las calles son estrechas y austeras. Por este pueblo de la Vieja Castilla pasó el Cid Campeador.
Trujillo (Cáceres)
Pueblo natal de Francisco Pizarro, uno de los más famosos conquistadores en la historia de España, como no, en la provincia de Cáceres. Pero, su historia se remonta muchos siglos atrás en el tiempo, ya que fue fundada por el Imperio romano y fortificada por los árabes, ya en el siglo XIII. Un evento que se produjo para defender a esta de un posible ataque cristiano, que finalmente se acabó consumando en 1232, año en el que fue reconquistada.
En sus calles, construidas sobre una plataforma granítica, se puede disfrutar de un entramado irregular en el que el castillo, almenado, corona esta villa señorial. Por su parte, las murallas dan cuenta de su marcado carácter medieval; lo mismo que su Plaza Mayor, donde se levanta la estatua al conquistador extremeño; el palacio de la Conquista, erigido por el hermano de Pizarro; o sus innumerables casonas o templos sacros.
Otro vecino del pueblo que decidió hacer las Américas y buscar fortuna fue Franciso de Orellana, primer occidental en descubrir el río Amazonas en Brasil. Tantos años de historia le han servido para granjearse de los siguientes títulos: Ciudad Muy Noble, Muy Leal, Insigne y Muy Heroica.
San Lorenzo de El Escorial (Madrid)
Máximo exponente del poder imperial de Felipe II, ya que en estos parajes el monarca decidió en 1563 erigir un monasterio con el que conmemorar la victoria en la batalla de San Quintín. Una obra arquitectónica que es Patrimonio de la Humanidad a día de hoy y estuvo nominada para formar parte de las siete maravillas del mundo moderno.
Pero la belleza de este pueblo no solo se forja a través de las paredes de este imponente templo cristiano, máximo exponente de la obra del arquitecto Juan de Herrera. En sus calles se puede disfrutar también del Real Coliseo, mandado construir por Carlos III y que se constituye como el primer teatro cerrado construido en toda España o la Casita del Infante, mandada construir por Gabriel de Borbón.
Por otro lado, el paraje natural, en la sierra de Guadarrama y a 900 metros de altitud sobre el nivel del mar, hace de este pueblo un rincón con un encanto especial. Otra de sus ventajas es la cercanía con la capital de España, situado a solo Kilómetros.
Albarracín (Teruel)
Un pueblo encaramado en la una peña sobre la hoz del río Guadalaviar, al suroeste de la provincia de Teruel. Entre sus calles, se puede disfrutar de su arquitectura tradicional se basa en construcciones de yeso rojo, entramado de madera y de sillería baja. A lo lejos, destaca su imponente muralla, jalonada por nueve torreones, y la cima coronada por el castillo de origen medieval, aunque ya en ruinas.
Mantener su marcado carácter tradicional ha llevado a esta localidad aragonesa a ser propuesta en diversas ocasiones para que la Unesco la declare Patrimonio de la Humanidad. Desde 1961, de hecho, es Monumento Nacional.
Por otro lado, destacan sus templos sacros, como las iglesias de El Salvador y de Santiago. La primera de estas dos llegó a ser considerada, incluso, Catedral en sus mejores tiempos.
Pedraza (Segovia)
Esta villa medieval se encarama en la vertiente norte de la sierra del Guadarrama, a 37 kilómetros de Segovia, capital. Fue rehabilitada y reconstruida en 1951, lo que le valió su declaración como Conjunto Histórico ese mismo año.
Entre sus principales atracciones destaca su Plaza Mayor, con soportales; su sinfín de casonas medievales con blasones, que se disponen alrededor de la anterior; su cárcel medieval o su imponente castillo.
En este último estuvieron recluidos los hijos del monarca francés, Francisco I, como rehenes y tras la liberación de este como preso político del emperador, Carlos I de España y V de Alemania. Hecho histórico que se produjo tras la derrota del galo en la batalla de Pavía.
Morella (Castellón)
De esta villa señorial castellonense se conserva una extraordinaria muralla de más de dos kilómetros y medio de perímetro, de la que se mantienen sus catorce torreones. Corona el pueblo un imponente castillo, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931.
Otro de los muchos atractivos con los que cuenta la localidad son sus casas solariegas, su ayuntamiento, un edificio gótico del siglo XV; el acueducto de Santa Lucía o la Basílica de Santa María la Mayor, que conserva su estilo gótico valenciano y un hermoso pórtico en la entrada.
Sigüenza (Guadalajara)
Como ocurre con otras localidades en España, fue fundada por los romanos, con el nombre de Segontia. Con el trascurso de los siglos, cayó en manos musulmanas en el año 713 y más tarde fue recuperada por Bernardo de Agen, en 1124.
Este obispo, que también guerrero, fue el encargado de promover la construcción de su catedral, que se extendió en el tiempo hasta el siglo XIII. El aspecto de esta recuerda al de una fortaleza, incluso contando con torres almenadas.
Por su parte, la Ciudad del Doncel, debe su sobrenombre al sepulcro de Martín Vázquez de Arce (paje de la reina Isabel la Católica), en la capilla de San Juan y Santa Catalina, una de las principales esculturas del gótico tardío español.
Entre sus innumerables atractivos históricos se encuentra su Plaza Mayor, con estilo renacentista y mandada construir por el Cardenal Mendoza. Pero el inmueble medieval que destaca sobre toda la población es su castillo, hoy en día Parador de Turismo, erigido en el siglo XII sobre una alcazaba árabe.
Cudillero (Asturias)
Durante una tempestad en la cosa de Asturias llegaron hace ya unos siglos los fundadores de la ciudad, de los que se sabe que eran extranjeros, algunos dicen que fueron pescadores vikingos. Lo que queda claro es que esta localidad costera vive volcada al mar. Uno de sus principales atractivos son los manjares que se pueden degustar en las distintas marisquerías de la localidad.
Entre sus principales atractivos turísticos y religiosos se encuentran la capilla del humilladero, la iglesia de San Pedro, la de San Martín de Luiña y la de Santa María de Soto de Luiña. Por su parte, la casa rectoral o la Quinta de Selgas se erigen como los máximos representantes artísticos de estilo civil.
Santillana del Mar (Cantabria)
Villa medieval de Cantabria, que no ha perdido su carácter medieval y místico. De hecho, se mantiene prácticamente intacto desde el siglo XVII. Fue declarada conjunto histórico-artístico hace más de un siglo, en 1889. En sus alrededores se sitúa la cueva de Altamira, declara Patrimonio de la Humanidad.
Cabe destacar que es una de las regiones más turísticas y visitadas de Cantabria y en julio de 2013 entró a formar parte de la red de Los pueblos más bonitos de España. Entre sus monumentos más destacados se encuentra la colegiata de Santa Juliana, donde se encuentra la tumba de la propia beata.
Otro de los inmuebles históricos que destacan en esta ciudad es la torre de Don Borja o el Palacio de Velarde. De su estilo destaca las construcciones homogéneas de piedra, que se desarrolló, sobre todo en torno a la calle de Santo Domingo entre los siglos XIV y XVIII.
Jávea/Xábia (Alicante)
Refugio artístico de uno de los pintores más importantes de la historia de España, Joaquín Sorolla, que se inspiró en los paisajes de este pueblo en muchos de sus cuadros. Jávea, o Xàbia en valenciano, cuenta con un paraje natural envidiable, con grandes calas naturales escarpadas en sus rocosas costas y varios parques a su alrededor.
Entre sus playas, la Granadella se erige como una de las mejores valoradas de toda España. El Cabo La Nao y El Cabo de San Antonio limitan por ambos lados a esta localidad del norte de Alicante. Pero no solo ofrece grandes parajes naturales a sus visitantes, un casco histórico que mantiene su estilo propio y donde destaca la Iglesia de San Bartolomé, erigida como fortaleza e iglesia, completan este turístico municipio.
Cadaqués (Girona)
Situado en la comarca del Alto Ampurdán, en la provincia de Girona, en Cataluña. Es el punto más oriental de la península Ibérica, cerca del cabo de Creus. Llama la atención que este municipio vivió durante muchos siglos aislado en las llanuras interiores, por lo que se lanzó hacia el mar. En este, encontró su vía de escape.
Entre sus vecinos más ilustres se encuentra Salvador Dalí, quien fijo su residencia al volver de Nueva York en 1948; o el artista Marcel Duchamp, quien instaló en la zona su residencia veraniega. Y es que, Cadaqués se convirtió a principios del Siglo XX en una zona de turismo en verano.
Su casco antiguo, presidido por la iglesia de Santa María, conserva su estilo original y su arquitectura. En el se puede disfrutar de su museo municipal, aunque el museo más visitiado de la localidad es la Casa del pintor Salvador Dalí.
Villanueva de los Infantes (Ciudad Real)
En esta localidad de Ciudad Real descansan los restos de uno de los más ilustres escritores del Siglo de Oro español, Francisco de Quevedo. De hecho, vivió su mayor periodo de esplendor durante los siglos XV y XVII, cuando se levantaron la mayor parte de sus edificios más singulares.
Los blasones y los patios interiores de sus edificios civiles (palacios y casonas) mantienen el carácter tradicional de sus calles. Pero sobre todo, entre sus calles, destaca su excelente Plaza Mayor, con soportales y balcones de madera, en un claro estilo renacentista. Este espacio urbano está presidido por la iglesia de San Andrés, donde se encuentra enterrado el insigne escritor.
Úbeda (Jaén)
Andrés de Vandelvira es uno de los principales artífices de la construcción de esta ciudad renacentista, situada en la provincia de Jaén. Por ello, se ha ganado el sobrenombre de la Salamanca andaluza. Antes de ello, tuvo que ser reconquistada en 1234 por el rey cristiano, Fernando III, ya que hasta ese año estaba en manos de los musulmanes (siendo una de las ciudades más importantes de Al-Andalus).
Entre sus monumentos más impactantes se encuentra el Hospital de Santiago, construido en los arrabales de la ciudad. Es llamado El Escorial de Andalucía, por su depurado estilo renacentista.
Por otro lado, la Capilla de El Salvador fue construida por el secretario de Estado de Carlos I, Francisco de los Cobos y diseñada por el propio Diego de Siloé en 1536, aunque quien se encargó de llevar la obra adelante fue Vandelvira.
Ronda (Málaga)
Esta localidad malagueña fue uno de los últimos emplazamientos árabes en la península. De hecho, hasta 1485 no logró ser reconquistada por los Reyes Católicos. Un factor que se debe a su emplazamiento estratégico, ya que se asienta sobre un afloramiento rocoso a ambos lados de un tajo de 100 metros de altura, excavado en la roca.
Sin embargo, sus orígenes se remontan más allá en el tiempo, al ser fundada por los celtas, quienes la llamaron Arunda. Un vocablo que más tarde evolucionó a Runda, hasta llegar al actual nombre del municipio.
En lo que se refiere al entramado urbano, las casas se engalanan al más puro estilo andaluz, añadiendo rejas a las ventanas y flores. El puente nuevo, el coso taurino, su Iglesia Mayor, la del Espíritu Santo, los palacios de Mondragón y Salvatierra, la casa del Rey Moro, la de San Juan Bosco o la Puerta de Felipe V se constituyen en sus monumentos más llamativos.