Aunque no lo sepamos, en nuestro día a día nos enfrentamos a una serie de sustancias o elementos químicos que pueden matarnos poco a poco. El último sobre el que se ha dado la voz de alarma en nuestro país es el gas radón, pero no es el único.
Te imaginas que el flúor, que utilizas cada vez que te lavas los dientes, podría tener efectos adversos para la salud si se abusa del mismo. Pues es una realidad, y como bien se anunciaba en el párrafo anterior, no es el único. Aquí, una lista con los 10 peligros a los que nos enfrentamos en nuestra vida diaria.
Flúor
Aunque parezca mentira, nos encontramos ante un elemento químico que puede tener efectos bastante adversos para la salud si se utiliza de manera abundante. Sí, lavarse los dientes en exceso podría no ser bueno.
Es cierto que es uno de los productos que más utilizamos en nuestro día a día, al lavarnos los dientes, pero es que también es verdad que en baja dosis tiene efectos muy positivos para nuestra salud bucal.
Se podría, por esta razón, considerar un arma de doble filo, ya que en grandes dosis puede afectar a la salud de los huesos y dientes -en este caso no se cumple la máxima de mejor salud dental a mayor limpieza-; pero es que los problemas que acarrea este elemento no se quedan ahí, ya que puede llegar a influir incluso en el desarrollo óptimo del cerebro.
Gas radón
Es la última gran revelación en este sentido: una exposición continúa al gas radón, que emana de los suelos graníticos, afecta de manera muy negativa a la salud de los pacientes. El problema es que, según los últimos estudios, casi la mitad de las viviendas en España -o lugares de trabajo- son zonas de riesgo. Es decir, en nuestro día a día, pasamos por zonas que pueden afectar de manera muy negativa a nuestra salud.
Galicia es la región española que se ve más afectada por este fenómeno. Para hacerse una idea, los efectos negativos a la exposición a este tipo de gas se compara -en algunos círculos científicos- con la del humo ambiental del tabaco.
Este gas contiene una carga energética bastante elevada, por lo que choca contra el epitelio pulmonar, y en estas circunstancias se multiplica el riesgo de sufrir cáncer en estos órganos respiratorios. Muchas veces el radón -que emana del suelo- puede atravesar los sótanos a través de fisuras y colarse en las casas.
Ondas del Wifi
Vivimos en una época interconectada, nadie se imagina su vida sin tener a mano todos los datos posibles que ofrece la red gracias a capacidad de los smartphones y dispositivos móviles. Para usar estos aparatos es necesario tener conexión, y aquí entran en juego las redes inalámbricas -o Wifi-.
Pero no hay que olvidar, que estas redes son capaces de crear campos electromagnéticos que en grandes dosis de exposición -para los seres vivos- son capaces de llegar a quemar tejidos biológicos.
Es cierto que una sola red no supone un problema real para la salud, que de verdad llegue a afectar la salud de los habitantes del mundo -sobre todo desarrollado-, pero la gran acumulación de las mismas hoy en día, pueden convertirlo en un problema para la salud de los ciudadanos del siglo XXI.
El tabaco
No es nada nuevo, es una verdad admitida y que ha calado ya en la opinión pública. Pero, esta verdad absoluta no se ha traducido en una reducción drástica del consumo de este producto entre todos los estamentos sociales del mundo -a pesar de los grandes esfuerzos que se están realizando en el ámbito de algunos países occidentales-.
¿Por qué es tan negativo fumar para la salud? La solución es bien sencilla, al entrar en estado de combustión, el humo del tabaco desprende al aire un sinfín de sustancias tóxicas al aire, que es la que los usuarios finalmente inspiran y las que afectan de manera tan negativa a la salud, multiplicando los riesgos de sufrir enfermedades de tipo cardiovascular o cancerígenas, por no hablar de la perdida de capacidad física o el envejecimiento de la piel.
Estas circunstancias han llevado a algunas de las grandes firmas y tabacaleras del mundo a desarrollar nuevos sistemas –basadas en el consumo de tabaco- pero que sustituyen el humo por el vapor.
Cuidado con la alimentación
Ingerimos alimentos todos los días, sin ellos no podríamos sobrevivir, pero no cuidar nuestra dieta de manera equilibrada puede acarrear problemas demasiado serios para la salud y que, a la larga, podrán arrastrarse a lo largo de la vida.
El exceso de grasas puede llevar a tener un colesterol alto, con las consecuentes consecuencias en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Por otro lado, ingerir demasiada carne roja -o embutidos- también dispara las posibilidades de sufrir algún tipo de cáncer a lo largo de la vida, según aseguraba la OMS hace algo más de un año.
Mientras tanto, los edulcorantes artificiales y los conservantes hacen sus estragos en la salud de los ciudadanos de todo el mundo. También hay que andarse con ojo de las posibles consecuencias de una ingesta continúa de alimentos y productos transgénicos.
Sal refinada
La sal refinada no tiene nada que ver con las sales naturales, que se han utilizado para la alimentación a lo largo de la historia, pero que en la actualidad se han sustituido por su vertiente más peligrosa. Este nuevo tipo de sal se basa en extraer el cloruro sódico del resto de elementos que se encuentran en este tipo de alimento en su estado natural.
Tal es la importancia del cambio que algunos expertos opinan que se ha pasado de un complemento perfecto para el cuerpo humano a un veneno perfecto para nuestro organismo; ya que la sal natural aporta un sinfín de elementos positivos en la medida exacta, mientras que la segunda debe ser ingerida en dosis justas para no afectar a la salud. Cabe aclarar en este punto, que otras pruebas han determinado que con ambas proliferan las mismas complicaciones en el organismo.
En cualquier caso, el exceso de esta sustancia en el organismo puede provocar enfermedades relacionadas con el corazón, como el aumento de la presión arterial. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de cinco gramos diarios para personas adultas.
Azúcar refinada
El consumo en exceso de productos con demasiado azúcar refinado puede traer consecuencias bastantes adversas para la salud y la capacidad de atención de los afectados. De hecho, la sobrexcitación, la hiperactividad, o la somnolencia suelen ser alguna de las consecuencias a la que se enfrentan los consumidores más asiduos, por lo que el déficit de atención se desarrolla lentamente.
Pero también puede desencadenar en problemas mucho mayores, como la hiperglucemia, o el incremento del nivel de azúcar en sangre. En este punto es primordial hacer una clara distinción entre los productos a los que se le añade glucosa refinada de manera artificial -como los bollos o las chocolatinas- y los productos naturales que contienen la misma, como las frutas.
Estas segundas contienen un tipo de azúcar, que junto al agua y la fibra el organismo asimila de un modo para nada nocivo para la salud, mientras que el primer tipo no contiene elementos que faciliten al metabolismo su asimilación. Por lo tanto, los productos naturales aportan beneficios al organismo humano.
Etanol
De sobra son conocidos los efectos negativos que esta sustancia aporta a todos los organismos vivos. Todos lo hemos sufrido en nuestras propias carnes -o la gran mayoría-, no hablamos ni más ni menos del etanol, el elemento químico también conocido como alcohol etílico.
Se encuentra presente en todo tipo de bebidas, como la cerveza y el vino, y entre sus efectos adversos para la salud de los que se pasan se encuentran los problemas psicológicos, las enfermedades hepáticas, el aumento de los triglicéridos en el organismo o la disminución de la masa ósea. Es decir, el debilitamiento de nuestros huesos.
Aunque es verdad, y cabe destacar que no todo es negativo; y es que, en las dosis adecuadas y moderadas, se obtienen resultados positivos a nivel cardiovascular y del estado de ánimo.
Plomo
El plomo llega al organismo por dos modos distintos: inhalación o ingestión. Es decir, podemos tragar este elemento químico perjudicial o que se introduzca por nuestro sistema respiratorio.
Es cierto que nuestro propio cuerpo elimina su presencia, pero también se convierte en realidad que una exposición continúa al mismo hace que se acumule y acarré diversos trastornos.
La anemia, la fatiga, el dolor de cabeza, el insomnio, la hipotensión o la perdida de peso son alguna de los problemas que suele llevar consigo. Pero puede ir más allá, introducirse en el sistema nervioso y deteriorarlo, producir disturbios gastrointestinales en los pacientes o en los riñones.
Arsénico
La acumulación de este elemento químico, uno de los más tóxicos para el cuerpo humano, lleva a producir diarrea, irritación de estómago e intestino, disminución de la producción de glóbulos rojos y blanco, irritación de los pulmones, lesiones en la piel, diabetes, aumenta las probabilidades de sufrir cáncer, daños en el cerebro, problemas cardiácos y lesiones durante el embarazo en los fetos.