Los datos que se barajan hablan de que más de 9.000 criminales de guerra nazi huyeron a Sudamérica tras la Segunda Guerra Mundial. Una triste desgracia que permitió que todos estos cargos durante el Tercer Reich escaparan a la justicia internacional que se impuso durante los procesos de Nuremberg.
Se calcula que 5.000 de los mismos escaparon a Argentina, mientras que Brasil habría erradicado a un total de entre 1.000 y 2.0000 criminales del régimen nazi. Chile, Paraguay y Uruguay fueron otros de los destinos más permisivos y predilectos por estos representantes de uno de los regímenes más atroces y brutales de toda la historia.
Y es que, ha pasado ya más de medio siglo, pero todavía a día de hoy se siguen sucediendo casos en los que se descubre a antiguos miembros de este régimen a lo largo y ancho de todo el mundo. El último el de un carpintero ucraniano en Estados Unidos -en Minnesota- al que Polonia quiere extraditar para juzgar por la matanza y devastación de pueblos enteros.
El afable carpintero de Minneapolis
No es la primera vez que Michael Karkoc tiene que enfrentarse a la justicia por su supuesto pasado turbulento como comandante de las SS. En 2013, Alemania intentó sentar al anciano ante un tribunal para que respondiera por los crímenes que cometió durante su etapa en la Legión de Autodefensa Ucrania, cuerpo que guardaba lealtad e integrado bajo las SS.
Sin embargo, sus problemas de salud salvaron al carpintero afincado en Estados Unidos del caso, pero ahora es la fiscalía polaca la que se ha puesto manos a la obra y quiere reabrir el caso. En cualquier caso, la familia de Karkok niega estos hechos y sus hijos defienden que su padre lo único que ha hecho a lo largo de su vida es trabajar.
En cualquier caso, las investigaciones lideradas por AP, han llegado a la conclusión de que se trata del personaje histórico que -dentro de la estructura de esta legión ucrania en al que alcanzó el grado de comandante- arrasó en una operación de castigo el pueblo polaco de Chlaniów.
Tras la guerra, en 1949 habría pedido la nacionalidad americana, aduciendo que no había participado en la guerra, 10 años más tarde la obtuvo y comenzó una nueva vida lejos del Viejo Continente.
Josef Mengelé, el ángel de la muerte
Conocido por el sobre nombre del ángel de la muerte, fue destinado como médico al campo de exterminio de Auschwitz, donde -en nombre la ciencia médica- cometió alguna de las atrocidades más tormentosas cometidas en este campo. No faltaron los experimentos con los presos que allí se cobijaban. Todas sus investigaciones buscaban el método de perpetrar a la raza aria sobre el resto de personas del mundo.
En cualquier caso, tras el final de la Segunda Guerra Mundial logró huir hasta Argentina, donde residió unos años para finalmente mudarse a Paraguay y más tarde a Brasil. En aquellos años, el servicio secreto de inteligencia de Israel, el Mossad, le estaba buscando para que respondiera por sus crímenes.
Finalmente, logró escapara a todos sus captores para acabar muriendo en el año 1979 de un paro cardíaco mientras nadaba en el mar en Brasil, por lo que terminó ahogándose. Lo más llamativo de su caso es que, a pesar de haber sido capturado por el ejercito aliado como prisionero, logró escapar de los procesos de Nuremberg por un fallo de coordinación en las fuerzas aliadas.
El doctor muerte
Si Mengele se hizo famoso por su trabajo en el campo de exterminio de Auschwitz, a Aribert Heim tan solo le bastó con siete semanas en Mauthausen para ser denominado bajo el apodo del doctor muerte.
Este austriaco, del mismo modo que Mengele y otros criminales nazis fue capturado por las fuerzas aliadas, para más tarde ser puesto en libertad. Es uno de los grandes criminales nazis que logró huir de los procesos de Nuremberg, pero que tras una búsqueda internacional exhaustiva no logró ser nunca capturado.
Los detalles sobre su muerte final causan gran controversia y no se tienen datos fidedignos. Algunas teorías confirman que murió en El Cairo en 1992, mientras otras aseguran que fue asesinado en 1982 en Canadá por un grupo de cazadores de nazis.
Las últimas informaciones, y sospechas de las fuerzas y los cuerpos de seguridad del Estado sospechaban que residía sus últimos días dentro de nuestras fronteras, en España.
El creador de la solución final
Adolf Eichmann cuenta en su haber personal con el terrible deshonor de haber sido una de las cabezas pensantes de la Solución final. Y no solo eso, también fue uno de los encargados de ejecutarla durante los años en los que el régimen nazi dominó la realidad de Alemania. Como otros de los criminales de esta época logró escapar a la justicia con la que las fuerzas aliadas actuaron tras vencer en el conflicto armado.
Sin embargo, Eichmann consiguió escapar a través de una red de colaboración secreta desarrollada por grupos nazis para ayudar a escapar a miembros de la SS desde Alemania a otros países donde pudieran vivir tranquilos, fuera de las fuerzas de la justicia.
Sin embargo, gracias a una operación del Mossad, finalmente fue capturado en su residencia en Buenos Aires, la capital de Argentina. Tras ello, le trasladaron a Jerusalén, donde fue juzgado y condenado a muerte en la década de los sesenta.
Alois Brunner
Fue la mano derecha de Eichmann, por lo que estuvo relacionado con la puesta en marcha de la llamada por el régimen nazi como solución final. A su persona se le atribuye el exterminio de al menos 128.500 personas como comandante del campo de París.
Este criminal consideraba a los niños judíos como futuros terroristas. En cualquier caso, y por desgracia, logró escapar bajo el sobrenombre de George Fischer. Su pista se perdió en varios rastros, unos le situaban en Brasil, mientras que otros aceptaban que había huido a Siria donde actuaba como doctor en Damasco.
Klaus Barbie
También conocido con el sobrenombre de El carnicero de Lyon. Según cuenta su biografía llegó a ser protegido por los servicios de inteligencia de Reino Unido y Estados Unidos para más tarde llegar hasta Bolivia. Una vez se instaló en sudamérica comenzó su nueva andadura, no mucho más modélica que la anterior, ya que sirvió a regímenes totalitarios de la zona.
También es conocido por el desarrollo del narcotráfico después de los acontecimientos acaecidos en Europa, en los que se le acusa de haber asesinado a más de 4.000 personas, mientras que mandó directos a los campos de concentración a 7.000 judíos.
Walter Rauff
A este alto cargo de las SS se le considera como el creador de los camiones de la muerte, los que se consideran que llegaron a dar muerte a más de medio millón de judíos -tan solo en el campo de concentración de Auschwitz-.
En cualquier caso, este criminal escapó y puso rumbo a Chile, donde se asentó en la capital, Santiago. Allí, incluso llegó a pasar un breve periodo de tiempo encarcelado para finalmente fallecer en el año 1984.
Gerhard Bohne
De su caso, llama la atención que terminó su vida en Alemania, donde falleció en 1981, cobrando una pensión del propio Estado. En cualquier caso, antes había viajado a la Argentina de Perón, donde recibió asilo.
Fue el creador de uno de los aspectos de la solución final, la correspondiente al asesinato de todos los minusvalorados. Un programa que finalmente fue cancelado en el año 1941, pero que hasta ese momento llegó a matar a más de 60.000 prisioneros judíos.
En la imagen se puede observar como un refugio hallado en la selva argentina en el año 2015 se investigó como posible lugar en el que este miembro del partido nazi se había escondido para escapar de la justicia internacional.
El salvador que también fue perseguido -en un primer momento-
Una de las personalidades más reconocidas de este régimen, aunque en su caso por motivos totalmente opuestos al resto de los integrantes en esta lista, ya que se recuerda de su persona como salvó la vida a un sinfín de judíos presos en el campo de concentración de Auschwitz. En cualquier caso, su historia alcanzó la fama mundial después de que Steven Spielberg lanzará una película sobre su caso: La lista de Schlinder.
Sin embargo, a pesar de su papel salvador vio como su vida corría serio peligro tras acabar la guerra. Sus antiguos trabajadores, a los que había salvado la vida hicieron un escrito que pudiera presentar ante los miembros del ejercito aliado, en el que lo exculpaban.
Después de esta primera etapa de desconcierto en el que tuvo que huir, finalmente fue reconocida su figura, aunque ya estaba arruinado y sobrevivió de la ayuda económica que recibía de algunas asociaciones judías.