Fabiola Martínez ha dado un paso valiente al compartir su historia más dolorosa. «Cuando fui una niña a quien le robaron su infancia y que tuvo que aprender a ser fuerte demasiado pronto», escribe en su libro Cuando el silencio no es una opción. Con estas palabras, la modelo y presentadora revela el profundo impacto que tuvo en su vida un trauma que marcó su infancia y que ha decidido hacer público para ayudar a otros.
El libro de Fabiola Martínez

El libro es un relato de resiliencia y superación. Fabiola narra cómo creció en una familia humilde en Maracaibo. A los cinco años sufrió abusos sexuales, un hecho que la persiguió durante toda su vida. Ahora, con valentía, quiere dar voz a quienes han pasado por situaciones similares. «Quiero que otras personas que han vivido lo mismo se sientan identificadas y apoyadas», afirma.
No es la primera vez que Fabiola Martínez habla de estos episodios, pero en su libro profundiza en las secuelas emocionales que dejó en ella. En la presentación de la obra, celebrada en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Fabiola compartió con el público la difícil carga que ha llevado a lo largo de los años. «Sufrí abusos, la mayoría de una persona muy cercana, y estaban relacionados con juegos», confesó con lágrimas en los ojos. Esta experiencia traumática ha influido en su vida adulta, especialmente en sus relaciones sentimentales. «Pensaba que si había sexo, había amor. Con el tiempo, entendí que el sexo es importante, pero no lo más importante«, explicó. Fabiola admitió que enfrentarse a su pasado ha sido un proceso largo y doloroso, pero necesario para su sanación.
Uno de los aspectos más delicados de su historia es la relación con sus padres. No los culpa, pero creen que podría haberse puesto en su lugar. «No espero un perdón de mis padres. Solo quiero que entiendan mi dolor», confesó. A pesar de todo, está en un proceso de reconciliación con ellos y trata de sanar las heridas del pasado. Antes de hacer pública su historia, Fabiola quiso compartirla con su hijo Carlos. «Le conté que había sufrido abuso de pequeña. Se quedó impactado y me abrazó», relató emocionada. Para ella, fue un momento clave en su proceso de liberación y fortalecimiento emocional.
La modelo deja claro que su libro no es un ataque a nadie. «No es que mis padres no me hayan querido, es que no supieron quererme mejor», concluye. Con este testimonio, Fabiola Martínez da un paso más en su camino hacia la sanación.
Fabiola Martínez abre su corazón

Durante la presentación de su libro, Fabiola también habló sobre su relación con Bertín Osborne. Aseguró que él conocía su historia, aunque solo hablaron del tema una vez. «Cuando nuestra relación fue más seria, se lo conté. Nunca me juzgó ni indagó más en ello», explicó.
A pesar de su separación, Fabiola sigue valorando su relación con Bertín. «Fue la relación más sana que he tenido. No era tóxica. Era mi familia, mi lugar seguro», aseguró. Sin embargo, dejó claro que su decisión de separarse fue un acto de amor propio. «Me separé para quererme a mí misma. No es fácil priorizarse, pero era necesario para sanar», afirmó. Hablar de su historia con su hijo Carlos fue un paso crucial. «No quería que se enterara por la prensa», explica. En un viaje juntos, se sinceró con él y su reacción fue conmovedora. «Se quedó impactado y me dio un abrazo», cuenta emocionada. Para ella, este gesto significó un gran apoyo. Saber que su hijo entendía su dolor fue un alivio en su proceso de sanación.
Fabiola Martínez ha convertido su dolor en un mensaje de esperanza. Su libro no solo es un testimonio de su propia lucha, sino también una herramienta para quienes han vivido experiencias similares. «No quiero que nadie más pase por lo mismo en silencio», dice con determinación. A pesar de las cicatrices que le ha dejado el pasado, Fabiola mira hacia adelante con optimismo. «La vergüenza y la culpa son cadenas que debemos romper. Ahora sé que soy fuerte y que mi historia puede ayudar a otros», concluyó. Su testimonio ha conmovido a muchos, y su libro promete ser una inspiración para quienes buscan sanar sus propias heridas.