Este jueves, el gigante británico de los hidrocarburos BP (la antigua British Petroleum) ha puesto luz y taquígrafos a lo que era un secreto a voces: que el errático rumbo de la compañía en los últimos tiempos, sumado a la inquietante coyuntura que domina el panorama internacional, desembocará en un aumento de su masa de endeudamiento.
Según informa Reuters, la compañía también ha reconocido que el incremento en la deuda vendrá acompañado de unas «débiles» cifras de ganancias en el área del marketing y del gas. La actualización ofrece un adelanto del desempeño trimestral de BP en un momento en que aumenta el escrutinio sobre su deuda y gasto, especialmente tras el movimiento del inversor activista Elliott Management de adquirir una participación en la compañía en los últimos meses.
BP se abstuvo de dar más detalles sobre los resultados de su división de comercio de gas. Sin embargo, la respuesta del mercado a la confesión del coloso no se hizo esperar: las acciones de BP se desplomaron alrededor de un 2,8%, en comparación con una caída del 1,5% en el conjunto de compañías energéticas.
La empresa tiene previsto publicar los resultados del primer trimestre el 29 de abril.
4.000 ‘KILOS’ MÁS EN ROJO
La petrolera británica indicó que espera un aumento de su deuda neta con respecto al trimestre anterior de aproximadamente 4.000 millones de dólares (aproximadamente 4.500 millones de euros), citando como causas las acumulaciones estacionales en inventarios y el calendario de pagos, incluidos los bonos anuales y costos relacionados con la venta de activos de bajas emisiones de carbono.
En una reestructuración estratégica anunciada en febrero, el CEO de BP, Murray Auchincloss, prometió reducir la deuda neta de BP -que era de unos 23.000 millones de dólares a finales del año pasado- a entre 14.000 y 18.000 millones de dólares para finales de 2027.
Por otro lado, BP espera que las ganancias de su segmento de producción y operaciones petroleras se mantengan en niveles similares al trimestre anterior, mientras que la producción upstream (exploración y producción) disminuirá debido a la venta de activos en Egipto y Trinidad, lo que afectará la producción de gas.
BP CUENTA CON QUE LOS MÁRGENES DEL REFINO SE FORTALEZCAN, CONTRIBUYENDO CON ENTRE 100 Y 300 MILLONES DE DÓLARES A LAS GANANCIAS DEL PRIMER TRIMESTRE
Se espera que unos márgenes de refinación más fuertes contribuyan con entre 100 y 300 millones de dólares a las ganancias del primer trimestre, mientras que el comercio de petróleo se mantendría estable, agregó la compañía.
BP planea gastar alrededor de 15.000 millones de dólares (algo más de 13.000 millones en moneda comunitaria) en 2025, en el límite superior del rango previsto hasta 2027, y espera recaudar 3.000 millones de dólares mediante la venta de activos, principalmente en la segunda mitad del año. Tiene en marcha un programa de desinversión de 20.000 millones de dólares (17.500 ‘kilos’ en euros) hasta finales de 2027.
BP SE ENFOCA EN UN PETRÓLEO EN CAÍDA LIBRE
El pasado febrero, la dirección de BP anunció un ‘golpe de timón’ en su enfoque estratégico: dejar a un lado las renovables e incrementar la inversión anual en petróleo y gas hasta los 10.000 millones de dólares (9.500 millones de euros), volviendo a centrarse en los combustibles fósiles, con el objetivo de mejorar los rendimientos.
La petrolera redujo en más de 5.000 millones de dólares su inversión anual prevista en negocios de transición respecto a su pronóstico anterior, situándola entre 1.500 y 2.000 millones de dólares al año.
LAS PREVISIONES DE LOS ANALISTAS SITÚAN EL PRECIO DEL BARRIL DE PETRÓLEO ENTRE LOS 60 Y 65 DÓLARES, A LEGUAS DE LOS 70 QUE BP NECESITA PARA QUE SU ESTRATEGIA SURTA EFECTO
«Incrementaremos la inversión y producción en upstream para permitirnos generar energía de alto margen durante años. Nos enfocaremos en mercados downstream, donde tenemos posiciones integradas líderes», dijo Auchincloss en un comunicado.
Pocas semanas después de que la cúpula del gigante hiciera pública esta decisión, estalló la guerra comercial que actualmente se encuentra en un impasse y que amenaza con lanzar los precios del crudo al sótano. Entidades como Citi Research y Goldman Sachs prevén que el petróleo se moverá entre los 60 y los 65 dólares por barril este año, a leguas de los 70 dólares sobre los que BP ha diseñado su estrategia de negocio.