viernes, 22 noviembre 2024

La «limpieza de balance» en OHL les deja a tiro de opa

OHL cierra este jueves 12 de abril el saneamiento de sus cuentas. La venta del último activo vendible que poseía en balance el buque insignia del Grupo Villar Mir, su grupo de concesiones, le permitirá eliminar prácticamente su deuda y orientar su modelo de negocio a sus orígenes, la construcción. Aunque también, la reducción de deuda junto a una capitalización relativamente pequeña, la colocan a tiro de opa.

La situación de OHL tras reducir su deuda a cero queda totalmente en el aire. El valor de la firma se situaría por debajo de los 3.500 millones, en capitalización unos 1.200 millones. Una cifra más que apetecible, todavía más en un entorno de tipos bajos, si se cuenta con un balance ya saneado, una caja cercana a los 500 millones y un patrimonio neto superior a los 4.000 millones. Además, aunque en contracción los ingresos superar con facilidad los 3.000 millones. Desde luego es una situación cómoda para cualquier empresa que quiera reforzar su posición en el segmento de la construcción.

La nueva dirección del negocio de OHL deja más sombras que luces y muchas preguntas por responder

La idea de una posible venta de la compañía no ha sido una de las que más han calado en el imaginario colectivo. La razón es que la cúpula ha querido llevar el tema por otros cauces. Por ejemplo, este mismo mes de abril la empresa presentará un plan de negocios de cara a 2020. A pesar de ello, la nueva dirección del negocio de OHL deja más sombras que luces y muchas preguntas por responder para despejar la idea de una posible opa por la compañía.

La primera gran cuestión que abre la nueva marcha de la compañía es que va a contracorriente. Mientras que el resto de las constructoras españolas están trabajando en alternativas que generen flujos fiables, OHL se lanza a la construcción. De hecho, ha sido una constante histórica en dichas empresas, la búsqueda de flujos sostenibles y seguros que compense la volatilidad de otros negocios.

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Evolución del segmento de la construcción (en verde) frente a los ingresos totales en OHL.

El caso más reciente es el de ACS y su opa –conjunta finalmente con Atlantia– por Abertis para generar ese flujo de ingresos fiables. No es el único, en Ferrovial la construcción dejó de ser la actividad que más ingresos generaba en 2014. Un año antes, en 2013, la construcción dejo de ser la partida más importante en su balance. Incluso una empresa prominentemente constructora como Sacyr el peso de los ingresos por concesiones se ha multiplicado por tres desde 2012, mientras que el segmento de la construcción se ha contraído cerca de un 40%.

En los últimos años, la construcción se ha afianzado como la actividad estrella de OHL. Aunque no porque sus ingresos se hayan expandido sino más bien porque es la última actividad que ha quedado en pie en la firma. De hecho, entre 2012 y 2018, la firma estrella del Grupo Villar Mir es la que más ha reducido sus ingresos con un 22%, igualada con FCC (en torno, al 22% también), por detrás de ambas se sitúan ACS que ha perdido un 10%, Sacyr un 9,6% y solo Ferrovial los ha conseguido mejorar.

La caída de ingresos no es el único punto negro en el segmento de la construcción, en realidad es el menor de sus problemas. A medida que se baja en la cuenta de pérdidas y ganancias –según lo mide Bloomberg–  la situación empeora todavía más. El Ebitda ha caído de manera alarmante y el ingreso operativo –lo que realmente deja el negocio– está en negativo. De hecho, en los últimos cinco años en los que la construcción ha supuesto un peso superior al 80% del negocio de OHL los flujos de efectivo de explotación han sido negativos en todos ellos. En eso cinco años, han salido de la firma más de 3.704 millones de euros en forma de efectivo, pese a vender hasta el último activo con valor que quedaba en la compañía.

OHL QUEDA SANEADA Y A PRECIO RAZONABLE

La compra de una empresa, con un tamaño razonable, se suele hacer por dos vías: la primera es comprar una parte del negocio, como ha hecho el fondo australiano IFM con la parte de concesiones de OHL. Con esta primera vía el comprador se evita asumir las cargas financieras de la estructura principal de la firma, lo cual es una ventaja, aunque resulta más caro. La segunda jugada de compra sería asumir directamente la empresa, vía opa, con ello obviamente también se debe hacer frente a las obligaciones de la misma. Hasta el momento, OHL ha realizado operaciones por la primera vía debido a que su elevado pasivo impedía otro tipo de operaciones.

Ahora la situación es diferente. Tras unos años de venta frenética de activos la deuda a caído a niveles razonables. El 2017, fue el primer año –en la última década– en la que la capitalización de la firma era mayor que su deuda total. Con la venta de concesiones prácticamente se va a reducir a cero. Con este movimiento la vía uno y la vía dos se hacen una sola, es decir que en el caso de que alguna firma apueste por comprar OHL, sería como asumir la compra de un solo segmento –en este caso construcciones– puesto que sus obligaciones son prácticamente cero.

En definitiva, el saneamiento del balance también va a provocar que OHL se ponga en el disparadero de posibles rumores sobre su venta. De hecho, en Bolsa en los últimos meses está disparada cómo si los inversores esperarán un movimiento próximamente en la constructora.


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