El famoso proverbio italiano de ‘piano piano si arriva lontano’ viene como anillo al dedo a la situación que está viviendo OHL desde el año 2013. El río revuelto de su particular crisis va dando lugar a aguas más tranquilas en cuanto a los números se refiere. Una transformación que, en sus orígenes, se antojaba complicada. Con el paso de los años se ha ido encauzando. Y la llegada de la familia mexicana Amodio puede ser el punto y final a dicha transformación. Y lo será desde la presidencia.
Fue el propio Villar Mir quien, en su última junta al frente, calificó el proyecto de transformación como “no terminado”. La imagen de Luis y Mauricio Amodio, que asistieron telemáticamente a la junta, ya dejaba entrever que serían piezas clave para encauzar el tramo final de este cambio. Imagen que se hizo realidad cuando se confirmó, horas después, que Luis Amodio sería el nuevo presidente en sustitución de Juan Villar Mir.
De momento, y antes de la citada junta, la presencia de los Amodio en el accionariado de OHL fue vital para que la banca volviera a mirar con buenos ojos a la compañía. De hecho, acabó financiando su plan de negocio, con un crédito sindicado de 140 millones de euros.
Además, la buena carta de presentación que tienen los Amodio en Mexico será pieza relevante para la rentrée de OHL en el país. Los casos que salpicaron a la constructora española acabaron por echar por tierra las buenas credenciales que se había forjado a lo largo de los años. Un expertise que también puede servirle a la familia mexicana, por ejemplo, para acceder a obras a las que, de acudir en solitario, le costaría más.
OHL Y SU PROCESO DE TRANSFORMACIÓN
La política de ajustes en OHL seguirá siendo su razón de ser durante los próximos años. Cierto que el esfuerzo más importante ya está hecho. Ahora es cuestión de no volver atrás respecto al camino ya andado.
Una transformación a la que queda “una última revisión”, como la definió Juan Antonio Fernández Gallar, su consejero delegado. La misma incluirá puntos como reforzar la cartera de obras con el fin de evitar nuevos proyectos fallidos, limitar tanto los riesgos económicos como los geográficos, técnicos y jurídicos, y la reducción de la deuda.
¿Más deberes? OHL se ha puesto como meta llegar a los 4.000 millones de euros en ventas durante 2020 (hay que recordar en 2019 esa cifra fue de 2.960 millones). Y el negocio concesional volverá a tomar protagonismo. Ahí Senda Infraestructuras, su filial de reciente creación, jugará un papel decisivo como en su día lo hizo el área de Concesiones antes de su venta al fondo australiano IFM.
“La compañía está poniendo el foco en la generación de caja, reforzando el control de costes, trabajando en la gestión de la cartera y en el control de riesgos, e impulsando el negocio concesional”, afirmó González Gallar. Y añadió respecto a las líneas de actuación en 2020: “Incrementar la contratación de la compañía, optimizar y mejorar los márgenes operativos, apostar por el control de caja y la gestión activa de los proyectos inmobiliarios, y reducir el apalancamiento”.
Para conseguir acabar afianzando los pilares levantados durante los últimos siete años, OHL potenciará su presencia en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. En este último país, la familia Amodio tiene mucho que ganar. Y no sólo a través de la constructora española. OHL también puede servirle como puerta de entrada. Buena prueba de ese caminar de la mano fueron las palabras de Juan Villar Mir en la junta: “Tenemos un largo y apasionante camino para hacer cosas juntos”. Pero lo hará en un segundo plano, como vicepresidente primero no ejecutivo.