El madroño, el proyecto de moneda virtual que el ayuntamiento de Madrid crearía como alternativa para algunas transacciones económicas, y favorecer así al pequeño comercio, se encuentra, de momento, cerrado en un cajón. “No hay nada previsto, ni existe un proyecto en marcha”, así lo han apuntado fuentes del consistorio a MERCA2.
El proyecto piloto es uno de los 69 puntos incluidos en plan de Estrategia de la Economía Social y Solidaria, que el delegado de Economía y Hacienda, Jesús García Castaño, presentó el pasado día 11. Sin embargo, el ayuntamiento señala que se trata de un proyecto para comprobar su posible implantación y matiza que, no existe un estudio pormenorizado de su posible uso.
Desde el consistorio apuntan que de llevarse a cabo no sería en el corto plazo. “Hay una línea en un documento a realizar en los próximos siete años, pero todavía no se ha empezado desarrollar”, matizan.
Madrid podría imitar a Barcelona que ya creó su moneda virtual propia. Se trata de REC (Recurso Económico Ciudadano), una variante al euro que ya se usa en el Eje Besós, como experiencia piloto. Es un sistema de intercambio ciudadano complementario al euro, que permite hacer transacciones entre las personas, entidades y algunos comercios que se han adscrito a la iniciativa. El ayuntamiento de Ada Colau lo presentó como una alternativa al sistema económico y monetario dominante.
El pasado 3 de octubre se inició el periodo de prueba, y para ello se invirtieron 42000 euros, pero el objetivo es extenderlo a toda la ciudad condal. De hecho, el programa se desarrollará hasta octubre del próximo año en más de 10 barrios, un área de más de 100.000 habitantes, un 7 % de los habitantes de la ciudad.
REC es una moneda exclusivamente digital. Se puede usar mediante una app móvil o por tarjeta de pago, aunque el euro tendrá paridad.
LA MONEDA VIRTUAL ES BENEFICIOSA PARA LAS CIUDADES, SEGÚN EXPERTOS
Para Hernán Rodríguez, Consultor de Transformación Digital y Soluciones de Blockchain, la creación de una moneda virtual para las ciudades es algo muy positivo. “Para las ciudades el uso de este tipo de monedas tiene la ventaja de crear nuevas vías de financiación. En lugar de ser grandes fondos los que inviertan en la ciudad habrá millones de pequeños inversores los que lo hagan, por tanto, el volumen acabará siendo muy grande”, apunta. Este tipo de monedas revalorizan las ciudades porque se reinvierten en servicios públicos, etc.
La moneda virtual también es positiva para el comercio. Con este tipo de moneda se eliminan a los bancos y las comisiones. Pagarán, por tanto, un porcentaje mucho mejor, en torno a un 0,5%, en lugar de un 5% aproximadamente.
Según Rodríguez, si Madrid crea una moneda, ésta irá respaldada con algo. Por ejemplo, un madroño sería un token, una unidad de medida virtual, y ese token tendría el valor del suelo urbanizable de la ciudad, o de cualquier otro elemento. La criptomoneda así ya obtendría un respaldo económico. Estas monedas se podrían usar para pagar servicios públicos, ya que el usuario compra monedas virtuales en función de la inversión de las ciudades, y por tanto se revaloriza, es como un circulo, en el que participan el usuario, la administración, los comercios y los servicios al ciudadano.
En todo el mundo hay muchos proyectos de este tipo. En Liubliana, Bélgica, hay un centro comercial, el BTC City, en el que todo se ha de pagar con monedas virtuales, el usuario elige que moneda virtual quiere utilizar en los más de 500 establecimientos, y son los comercios se amoldan al comprador. En Dubai existe el ENCash, desde 2017, una moneda virtual local que pretende desbancar la moneda física. Nueva York y Seúl también han creado dinero local propio.
“Estas monedas tienen barreras técnicas, legales y de hábitos que poco a poco se están derribando”, apunta el experto, es cuestión de voluntad de cambio.