El zumo se considera una forma rápida y agradable de consumir fruta. Pero también a veces es la forma de ingerir azúcares que no deseamos. En línea con esta idea y el gusto de los consumidores, la Asociación Española de Fabricantes de Zumos (Asozumos) ha publicado los acuerdos para el período 2017-2020 sobre la Mejora de la Composición de los Alimentos y Bebidas. Una de las principales novedades, reducir un 10% los azúcares añadidos en los néctares de melocotón, naranja y piña sin edulcorantes.
Estas mejoras en la formulación tienen como objetivo promover una alimentación saludable que se centra principalmente en la reducción de sal, azúcares añadidos y grasas. Por su parte, estas transformaciones van de la mano de los gustos y preferencias de los consumidores.
Los zumos pueden ser una forma de mejorar la calidad de vida, aunque también hay a quien le ha cambiado toda la vida. El estadounidense Khalil Rafati es el fundador y propietario de Sunlife Organics. Se trata de una compañía con unas ventas anuales de más de 6 millones de dólares, un negocio millonario que cambió la vida de su propietario.
De drogadicto a millonario gracias a los zumos
Khalil Rafati era adicto a la heroína. Allá por 2001, durante una fiesta en Malibú, Rafati -traficante de drogas por aquel entonces- se administró una sobredosis de heroína. Un año después estuvo a punto de morir también cuando le dispararon en un cuarto de baño en el que se había encerrado para pincharse.
Tras varios sucesos, quiso recuperar las riendas de su vida y, decidió dejar las drogas “tras tocar el fondo de los fondos, donde no podía llegar más abajo” según declaró el mismo en una entrevista para The New York Times.
En 2007 fundó una residencia y centro de rehabilitación en Malibú, Riviera Recovery. Allí creó un zumo que acabaría por convertirse en todo un éxito: el wolverine, una bebida de dátil y plátano que contenía también maca, polen de abeja y jalea real.
El propósito principal de Rafati era el de rejuvenecer y fortalecer a los pacientes de Riviera Recovery. Pero pronto sus zumos empezaron a ganar fama, muchos residentes de la zona de Malibú empezaron a comprarlos.
Ante el éxito de sus zumos, Rafati se dio cuenta de que existía suficiente demanda para emprender un negocio separado, y en 2011 lanzó Sunlife Organics. Financió el negocio gracias a sus ahorros y decidió abrir el primer local en Los Ángeles.
Rafati asegura que la apertura del local fue un éxito inmediato, alcanzando 1 millón de ventas durante el primer año. Hoy en día, la empresa cuenta con más de 200 trabajadores y 6 locales. Además de vender zumos, también comercializa una gama de alimentos y ropa, como camisetas y sudaderas.
Khalil Rafati, un claro ejemplo de superación que junto con un puñado de frutas y muchos sueños, consiguió hacer de su adicción un estilo de vida.