Una apasionante novela sobre los entresijos de la política, la ambición y el amor verdadero
Froilán de Lózar ya tiene una larga carrera de fondo en el mundo de la literatura y el periodismo. Este autor palentino lleva 40 años colaborando activamente con distintos medios de comunicación, pero también tiene, nada más y nada menos, que ocho libros publicados. Si bien la mayoría de ellos son de historia, Castilla se perfila como su segunda novela, un gran acierto tanto en su construcción como en su intención.
Se trata de una novela «de amplio espectro» cuya fuerza reside, precisamente, en la forma tan elegante y adecuada de combinar los distintos temas en una sola narración y cruzar los destinos de los diversos personajes con una lógica y coherencia abismal.
Así, Castilla se sitúa en una Castilla recién independizada, a la cual viajará un antiguo comando de ETA para asesinar al nuevo presidente. Pero esta tarea no resultará tan sencilla, pues pronto se darán cuenta de que, más allá de lo que sabían desde un principio, se urde una trama política a nivel nacional para usurpar al poder elegido democráticamente.
Además, los lectores serán testigos de muy diversas historias, pero especialmente de la de Jorge y María, los protagonistas que vivirán un romance apasionado en una situación terriblemente inestable que tampoco podrá con su deseo de estar juntos. Otros asuntos como el alzhéimer o el párkinson también tienen su lugar en esta novela, lo que otorga un espacio de reflexión sobre otras tantas experiencias que ayudan a configurar el realismo del libro.
Con respecto al tema del independentismo sobre el que pivota la novela, el autor se atreve a hacer una reflexión sobre lo que él cree que ocultan las distintas políticas que se están implantando en algunas regiones del país: «La igualdad, la libertad, las prestaciones sociales son palabras bonitas que todo el mundo maneja a espuertas. Es como cuando estás enamorado, que revientas. Cuando tengamos eso, si se dieran las circunstancias, otros ciudadanos y pueblos allí establecidos pedirán más, querrán la independencia de su pueblo, pero no para mejorar en prestaciones, no para dar solución a los problemas, sino para medrar ellos».
Cabe mencionar que Froilán de Lózar es también un intrépido viajero, y eso es palpable también en el libro, donde los personajes «arrastran» al lector a distintos puntos de la geografía española. Es autor de su blog Curiosón, que cuenta con cerca de mil visitas diarias, y en él refleja la historia y el sentimiento que le generan los distintos lugares que visita (Asturias, Cantabria, La Rioja, Galicia, País Vasco, Andalucía, etcétera). Para él, viajar se trata de algo increíblemente enriquecedor, e incluso se atreve a asegurar que, en un futuro, lo estudios elementales se basarán en los idiomas, que serán el vehículo utilizado para poder establecer una comunicación entre distintos pueblos. En definitiva, como él mismo dice, «eso es lo que te enriquece de verdad, la universidad de la vida».
Por eso, Castilla es una novela locuaz sobre la realidad actual y todo aquello que forma parte de ella: el amor, el dolor, la ambición, la enfermedad, el poder, la falta de escrúpulos, la mentira y el valor, entre otras muchas cosas más que, sin duda, están esperando a ser descubiertas por quien desee asomarse a sus páginas.
Fuente Comunicae