El 14 de junio de 2018, y tras una intensa batalla, el Consejo de Administración de El Corte Inglés nombraba presidente a su hasta entonces Consejero Delegado, Jesús Nuño de la Rosa. El pasado 10 de Julio, tras poco más de un año en el cargo se consumó su relevo.
El nombramiento de Jesús Nuño de la Rosa fue una decisión inteligente. Tras un duro enfrentamiento entre Dimas Gimeno y las hermanas Álvarez Guil se buscó una decisión salomónica, que, si bien no hizo llegar la paz en la batalla accionarial, si creó una cápsula de oxigeno, espacio para que la empresa pudiera seguir su camino separada de la batalla familiar.
No es que Jesús Nuño de la Rosa fuera un hombre de consenso porque el entorno de Dimas Gimeno no aceptó nunca su relevo, pero si es cierto que, de todas las personas del consejo de administración, Jesús era el que mejor cartel personal tenía para ambas facciones, con lo que se evitaba echar leña al fuego de forma innecesaria. Para Dimas Gimeno y sus familiares, su elección representó un “mal menor”.
Nadie sabía a ciencia cierta si la llegada de Nuño de la Rosa sería un periodo de transición hasta que una de las hermanas Álvarez Guil asumieran la presidencia -como finalmente ha sido- o si tendría tiempo por delante para desarrollar un proyecto más amplio.
La gestión de Nuño de la Rosa: el hombre tranquilo
Durante el poco más de un año que Jesús Nuño de la Rosa ha sido el primer ejecutivo de El Corte Inglés, ha cambiado poco sus hábitos personales. Llegó y se fue de la misma manera, con normalidad, la que define su carácter, porque ante todo es un hombre tranquilo. Entre sus compañeros en Hermosilla llamaba la atención cómo asumió sus nuevas funciones. Por ejemplo, era habitual verle alejado de los comedores privados de Hermosilla, Jesús cogía su bandeja y se iba a comer con sus compañeros, a charlar e interesarse por cómo iba todo en el día a día.
Si bien es cierto que no son muchos meses para hacer balance, si es evidente que han sido especialmente prolíficos. Bajo su mandato, en estos poco más de trece meses, el Corte Inglés ha logrado salir de su grado de inversión BB equivalente a un “bono basura”. Hace tan sólo unos días S&P confirmaba que El Corte Inglés entraba en “grado de inversión”. Esta es la mejor noticia que podría haber recibido la empresa en 2019, ya que a todas luces no era posible el equilibrio de permanecer como bono basura y seguir emitiendo deuda a medio plazo. Con esa calificación la empresa llegó a afrontar una emisión de 600 millones de euros y otra de 90 Millones.
Uno de los hitos de su mandato es que El Corte Inglés haya logrado el grado de inversión por S&P
Pero no sólo debemos destacar el mandato de Nuño de la Rosa por el cambio de calificación de los analistas. En menos de un año ha habido grandes novedades dentro de la empresa que ha vivido una intensa actividad.
En primer lugar, los resultados. El grupo ha tenido un beneficio neto de 28% con un Ebitda de 1.075 millones de Euros. Las filiales que más han aportado al grupo han sido retail con 881 millones, seguros 81 millones y viajes 63 millones.
Se ha puesto en marcha un ambicioso plan de desinversiones. La –por ahora, frustrada- venta de Informática El Corte Inglés, y la venta de patrimonio inmobiliario no estratégico. De hecho, se han consumado algunas de estas operaciones, la venta de un Centro Comercial en Valencia por 90 millones de euros, dos centros comerciales en Andalucía cerrados y vendidos a Castellana Properties, y el edificio de Francesc Macià, en Barcelona, vendido por 150 millones de euros.
A nivel de compliance, aunque queda mucho trabajo por hacer, -como en muchas de las empresas familiares de este país-, nada más ser nombrado presidente, Nuño de la Rosa creó en El Corte Inglés un comité de nombramientos y retribuciones.
En el campo comercial en este periodo durante su mandato se ha desarrollado una interesante alianza comercial con Ali Express que deberá ir creciendo los próximos años.
Todo esto resume un año realmente intenso, antes de que hace pocas semanas fuera relevado de la presidencia por Marta Álvarez Guil.
La salida de Jesús Nuño de la Rosa, lejos de ser traumática, ha sido un ejemplo de cómo un ejecutivo es capaz de ponerse a disposición de su empresa, a las duras y a las maduras. Ahora, con su relevo quedan a su cargo filiales como Viajes, Seguros o Informática El Corte Inglés.
Jesús Nuño de la Rosa, es un hombre tranquilo y familiar. Todo el mundo en Hermosilla le define como “un gran tipo”, pero además tras este año encabezando la empresa, ha demostrado en un corto periodo de tiempo, ser un ejecutivo eficiente.
Así, lejos de rebelarse por su salida de la presidencia ha aceptado el cambio con una inusitada lealtad. Todo el que le pregunta obtiene la misma respuesta: “ahora hay que ayudar a la nueva presidenta. Su éxito será el de los 92.000 empleados de El Corte Inglés”. Ni un mal gesto, ni un sólo reproche por la brevedad de su permanencia en el cargo.
Nuño de la Rosa ha abandonado la presidencia tal y como llegó. Sin hacer ruido, sin un mal gesto, sin un sólo reproche
Ahora Jesús volverá, entre otras funciones, a la que más le gusta. Siempre se consideró a si mismo -y su trayectoria de éxito en ese campo es evidente-, un “agente de viajes”. Y esta es además una filial fundamental para El Corte Inglés, no sólo por ser de las que más EBITDA aporta al grupo, sino también por su importancia como generador de flujo de caja. Los viajes se pagan por adelantado, lo que permite disponer de una línea de liquidez interesante. Sin esta línea de negocio, las necesidades de financiación hubieran sido mayores en los últimos años.
Marta Álvarez Guil nueva presidenta ¿Y ahora qué?
Comienza una nueva etapa bajo la presidencia de una de las hijas de Isidoro, Marta, que arropada por Víctor del Pozo, que tiene un papel fundamental como CEO de los grandes almacenes, tiene importantes retos por delante.
A corto plazo afrontar la duplicidad de posiciones en los servicios centrales, que podría terminar con salidas incentivadas y recolocaciones, culminar la venta de activos (informática, centros comerciales de baja rentabilidad), reducir la deuda, avanzar en su alianza digital con Ali Express como contrapeso a la creciente pujanza de Amazon, y afrontar el ejercicio de preparar la compañía para una posible salida a bolsa.
Una vez hecho ese ejercicio de preparar a El Corte Inglés para los mercados, (sobre esto pesa el compromiso contractual con el jeque Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani), habrá que decidir en el seno del consejo de administración si es la mejor opción o debe ser abortada. La obligación contractual está en realizar en el ejercicio y preparar la empresa para ello. Pero la decisión final sobre si, una vez preparados, salir a bolsa o no, recae en el propio consejo de administración, que no está obligado a ello.
Marta Álvarez Guil tiene por delante un par de años llenos de retos en la gestión de El Corte Inglés
En paralelo otra patata caliente. Marta Álvarez Guil, hasta la fecha una incógnita en la primera línea de la gestión, debe en primera persona demostrar cintura, afrontar y solucionar de una vez por todas el problema accionarial, dejándolo zanjado definitivamente.
La posibilidad de que El Corte Inglés, por medio de un acuerdo con alguna entidad bancaria, pudiera adquirir para hacer auto cartera las acciones del núcleo familiar de Dimas Gimeno, y las de los Areces, sería un golpe de efecto que podría dar estabilidad a largo plazo y reforzar su mandato. De hecho, con posterioridad, esa auto cartera podría ser la que se liberara en una posible OPV, con lo que la operación para facilitar estabilidad accionarial sería una jugada maestra que no tendría coste para la firma y enterraría los juicios aun pendientes y la batalla accionarial.