Las últimas noticias publicadas en Merca2 sobre el conflicto accionarial en El Corte Inglés superan lo que podemos esperar de una pugna empresarial, más o menos virulenta, para entrar de lleno en el ámbito de la seguridad. De la seguridad de la información y de la física.
Si la semana pasada publicábamos como el Presidente de El Corte Inglés ha denunciado en comisaria escuchas ilegales en su propio domicilio (donde encontró micrófonos ocultos). Posiblemente este ya sabía -o intuía-, que su despacho, posiblemente su coche etc. estaban plagados de ellos, pero nunca pensó que su propio domicilio pudiera estarlo. Esa es una línea cruzada en el ámbito de la seguridad personal.
Esta semana hemos contado como se han hecho seguimientos y grabaciones ilegales a varios de los miembros del consejo de administración. Por supuesto al citado Gimeno, pero también a miembros como Jesús Nuño de la Rosa y Manuel Pizarro. Las conversaciones grabadas y los seguimientos son parte de la rutina del momento. La obsesión por saberlo todo, por controlarlo todo y porque nadie se desmarque de la línea oficial marcada hacen que se empleen todos los medios. Baste decir que MERCA2 ha tenido conocimiento que no se trata de uno, ni de dos, sino hasta tres distintos equipos de seguimiento, que no tienen conocimiento unos de otros, para que no se escape ninguna información de su control.
Estas preocupantes practicas nos llevan a reflexionar sobre el papel de la seguridad en las grandes compañías españolas. Algunas de ellas están tomadas al asalto por profesionales que se han excedido tanto en su labor, que hoy en día son insustituibles, porque sin ellos caerían las fichas del domino una tras otra.
En este caso concreto parece claro que los servicios de seguridad de la empresa no se han ocupado “solamente” de proteger físicamente los centros y evitar que los amigos de lo ajeno se lleven cosas sin pasar por caja. Llevan más de una década excediéndose en sus atribuciones.
OCHO DIAS DEL ORO DEL ESPIONAJE; SOLO EN EL CORTE INGLES
El poder del departamento de seguridad de El Corte Inglés es innegable. Pese a la publicación de numerosos escándalos sobre la actividad que allí se desarrolla, y el deseo del presidente Dimas Gimeno de que se realice una auditoria de seguridad, eso ha resultado imposible. No se puede ir contra los verdaderos poderes fácticos de las empresas. Y en ocasiones esta enfermedad está tan enquistada en el ADN, que deja en evidencia que el poder no se ejerce con la lógica de las tarjetas de visita.
Tras mucha insistencia y pugna, a regañadientes, consejo de administración se vio forzado a encargar sorprendentemente a EY una auditoría. Y digo sorprendentemente, ya que se trata el auditor de cuentas de la empresa, con lo que tiene una vinculación económica, y además es inquilino del antiguo Edificio Windsor, propiedad de El Corte Inglés. (Por cierto, la historia de las comisiones de casi 2 millones de euros, por la cesión de la seguridad del edificio, destapadas por ElDiario.es son aterradoras)
Lo increíble es que casi 6 meses después no hay resultado de la misma. De hecho, en un hecho vergonzoso, EY ha decidido “discontinuar” la misma tras varios meses mareando la perdiz.
Esta situación de Pepe Gotera y Otilio es un ejemplo más de porque El Corte Inglés necesita URGENTEMENTE modernizarse y cumplir estándares de buen gobierno, incorporar consejeros independientes, y prepararse para convertirse en una compañía cotizada, de gestión profesional, y en la que no haya virreyes campando a sus anchas como si parcelas de la empresa fueran literalmente de su propiedad.
¿Qué sentido tiene que una empresa de seguridad, con tantos escándalos no esté en entredicho, no haya sido inmediatamente auditada y/o sustituida?
El principal sentido de todo esto es el poder de la información. Todo lo conocen sobre la práctica totalidad de miembros del consejo de administración. Para muchos de ellos, y para la firma en sí, durante años se han realizado trabajos. Unos confesables, otros no tanto. Era cómodo tener quién lo resolviera, pero también era un peaje para el futuro. Todo lo sabe y a casi todos les ha dado servicio. Muchos históricos de la empresa saben, que si “cantara la gorda” tendrían serios problemas. Pero las preocupaciones de seguridad no se centran sólo en el consejo de administración o en los accionistas.
PREOCUPACION EN DIRECTIVOS Y CONSEJEROS
Una anécdota, que seguro que como todo es casual. En nuestro artículo del 30 de mayo narrábamos la situación surrealista del barrido de micrófonos al despacho de Dimas Gimeno en la sede de la empresa. No se le permitió el acceso a su despacho a una empresa para detectar micrófonos, y cuando se introdujo detecto que, su despacho, era prácticamente radiactivo. Dos días después de la publicación sobre la radioactividad de la sede de Hermosilla conocimos que “El Corte Ingles ordena por sorpresa una mudanza masiva de su sede central”
Un directivo con más de 20 años en la empresa, conocedor de todo lo que se cuece en los pasillos sonreía al leerlo:
“Más que a la empresa de mudanzas, estaría bien que antes vinieran los TEDAX para desactivar todos los dispositivos que debe haber por aquí metidos”. -se jactaba-
Los que conocen la sede central de Hermosilla 127, en Madrid, saben que es extraña la idea de la mudanza repentina. El edificio está así desde tiempos de “Cuéntame”, literalmente. Entrar allí es como retroceder 20 años en el tiempo. Yo juraría haber visto en él hasta aquellos ceniceros metálicos, de media altura con un punto verde en la tapa, que ya estaban en los años 80 en los centros comerciales. Pero bueno, si la mudanza es para bien, bienvenida sea…
Han sido varios directivos los que han contactado con MERCA2 desde la publicación de los temas relativos a la seguridad de la empresa en estas últimas semanas. El patrón siempre el mismo, conocer los riesgos que podrían estar teniendo ante la sospecha de estar pudiendo seguidos y espiados. Conocer la información que podemos facilitarles, de la que sólo hemos publicado aún una parte, y saber si sus teléfonos móviles, despachos, o incluso su propio domicilio son seguros.
MERCA2 no puede dar respuesta a estas dudas y preocupaciones, ni además es nuestra función.
Simplemente diré que, durante años a los directivos más prometedores, El Corte Inglés tenía “detalles especiales con ellos”. Uno de esos “detalles” era ponerles la alarma de casa. Sólo la gente muy inteligente sabe que no hay que aceptar algo así. Hay cosas que es mejor pagar, y hay personas que es mejor que no entren en tu casa. Dicho de otra manera, hay decenas de alarmas «susceptibles de ser revisadas» instaladas.
Recientemente se ha descubierto que algunas tienen sorpresa, vamos que habría que hacerlas la ITV. En algunas placas de sensores, a las que se accede quitando una tapa blanca, se han encontrado micrófonos en las mismas. No hay explicación aparente y ocurre en el salón de determinados domicilios o en el dormitorio. Expertos en seguridad al ver las fotografías, sin conocer la trama ni lo que sucede, extrañados, sólo acertaron en decir: “es muy extraño, no entiendo que los sensores de la alarma tengan en medio del salón un micrófono. No tiene sentido alguno, sólo se justificaría junto a un cristal en todo caso”.
Si ellos fueran conscientes de la situación, sabrían que la realidad, una vez más, supera a la ficción.
A los implicados: Un gran acuerdo accionarial, purgar la corrupción (que afecta no sólo a la seguridad sino a otros muchos estamentos), profesionalizar la gestión y dejar atrás Cortijolandia para volver a ser El Corte Inglés que un día nos enorgulleció a todos.