Muere la tarde en Madrid de un martes cualquiera y José Ramón de la Morena mira el reloj: en pocos minutos arranca un partido copero que tiene intención de analizar en ‘El Transistor’ de Onda Cero. Aun así este mítico locutor saca unos minutos para hablar con MERCA2.
Creo que lo primero ruidoso que hiciste en periodismo fue una revista marxista en la adolescencia…
La revista no era marxista: era un poco rebelde. El tema es que yo estaba en primero de periodismo y acababa de morir Franco. Brunete era un pueblo de tradición ultraderechista en el que no habían cerrado las cicatrices de la famosa batalla. Y claro, algunos no se lo tomaron a bien la revista (Nosotros y nuestras cosas). Y lo peor de todo es que mi padre, que era el secretario del pueblo, tuvo que soportar algunos comentarios desagradables.
Poco después entras a la SER, el reino de García en aquel momento.
Yo entró a hacer prácticas en el verano del 81, García está entonces de vacaciones, y en septiembre él se incorpora al equipo. Coincidí poco con él: el 17 de noviembre lo echaron. A mí me tocó avisarle de que lo estaba esperando en un despacho Eugenio Fontán (el propietario de la SER por aquel momento). Y aquel lo echó de la SER. Yo vi que los mismos que aplaudían a García lo destriparon…
En 1989 ya estabas compitiendo desde la SER contra García (Antena 3 Radio).
Sí, aquello era una silla eléctrica. En las noches deportivas de la SER habían estado Joaquín Durán, José Joaquín Brotons, Julio César Iglesias y José Luis Fernández Abajo. Yo tampoco duré mucho: al principio un año porque Eugenio Galdón (director general de la emisora), se enfadó por un enfrentamiento en antena contra García.
Después volvió y David derrotó a Goliath en 1995. ¿Aquello sería una fiesta?
Una fiesta tampoco. Pero se habían dado varias condiciones y teníamos el viento a favor: coincidimos un grupo estupendo, teníamos un buen escaparate y García había cambiado de emisora (de Antena 3 Radio pasó a la COPE).
Ese mismo dream-team que se convirtió en hegemónico se rompería en 2010.
Se juntaron varias cosas: estábamos en crisis, Paco González se había enfrentado a los directivos porque no quería hacer programas patrocinados fuera del estudio de cara al Mundial de Sudáfrica 2010, y Jorge Hevía había sido sancionado por un comentario sobre un anunciante. Petón, que se había convertido en representante de González, negoció el asunto con varias emisoras y González se marchó a COPE.
Más adelante dejas la SER, fichas por Onda Cero y te pones al frente de ‘El Transistor’, que es el tercero según el EGM. Tras el último estudio de audiencia de noviembre parecías un melancólico. Dijiste que ibas a estar esperando siempre a los oyentes «hasta que dejen de esperarme a mí». Se te notaba triste.
Triste no. Es evidente que para mí no fue un buen EGM. Eso sí, no le culpo a nadie de los resultados a nadie más que a mí. Estoy orgulloso del programa que hago y preferiría otros resultados. También es cierto que yo he sido el locutor que ha sido líder durante más tiempo. Y el EGM es el ‘sistema métrico decimal’ que tenemos. No soy de los que hoy dicen que les vale el EGM y mañana no.
Es evidente que las noches de SER y COPE se están ‘chiringuitizando’. Hace unos años se miraban con arrogancia a las tertulias de Pedrerol y hoy todos parecen copiarle.
Yo respeto mucho lo que hacen los demás. La gente con sus valores y talento lo hace lo mejor que puede. Y lo digo sinceramente: no sigo lo que hacen los demás. No podría. No me gusta analizar lo que hace el resto. Yo hago el trabajo lo mejor que puedo bajo mi criterio.
El nuevo líder de las noches, Juanma Castaño, tiene muy buena opinión sobre usted.
Yo también tengo un buen recuerdo de él.
Si le parece le digo algunos nombres y me dice que le viene a la cabeza. ¿Qué piensa de Augusto Delkáder?
Mi referente. El mejor. Un maestro de periodistas. Lo admiro por su amistad y lealtad.
¿Paco González?
Tengo un buen recuerdo. Él llegó a la SER como becario y pronto despuntó. Tenía un gran talento y era muy rápido. Por aquel entonces destacaba como narrador. Ahora se ha convertido en un referente.
¿Manolo Lama?
Yo creo que ha sido uno de los grandes narradores. Empezamos juntos y luego nos separamos. Pero tengo buenos recuerdos con él.
¿Antonio García Ferreras?
Por él tengo devoción, cariño y admiración. Es especial. Ha creado un nuevo producto de televisión. Lo veo a la hora de comer. Es un referente.
¿Juan Luis Cebrián?
A él lo he tratado menos. Es cierto que a PRISA le persiguen varios mitos de obediencia ciega a los altos directivos. Pero ni allí me dieron instrucciones ni aquí tampoco.
Por último, ¿cómo se ve José Ramón de la Morena en el futuro?
Haciendo radio, que es lo que sé hacer. Yo quiero seguir, aunque el mercado y los medios deciden. Eso sí, el día que me vaya intentaré hacer el menor ruido posible.