Hace ocho años el caos aéreo en España convirtió a los controladores en el blanco de las críticas de pasajeros y Gobierno. Un capítulo de la historia que se cierra con acuerdo de 15 millones de indemnizaciones a los afectados en Madrid y Baleares, pero que sigue dejando al descubierto otros frentes.
De 2014 a 2018 el número de controladores aéreos habrá descendido alrededor de un 10%, periodo en el que habrá aumentado el tráfico aéreo un 20%. La falta de controladores, el envejecimiento de la plantilla o el caro acceso a la profesión es una realidad que juega directamente con la seguridad aérea, tal y como cuenta Susana Romero, portavoz de la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA).
Debido al aumento del tráfico aéreo, USCA lleva tiempo demandado más controladores aéreos, ¿cuántos faltan para garantizar la seguridad?
En uno de nuestros congresos se estimó que faltaban 500 profesionales. No ha habido ninguna convocatoria desde 2006 –de acceso público–, de la que en 2011 se incorporaron los últimos. Al no entrar más trabajadores la situación ha desembocado en un preocupante envejecimiento. Somos la plantilla más envejecida de Europa y en centros como el de Madrid –Barajas– la media de edad está en los 55 años. En países como Alemania con esa edad no puedes trabajar en frecuencias –hablando con los aviones–. Hay un problema de falta de plantilla, de envejecimiento y de mucho cansancio, con casos de fatiga crónica. Muchos quieren prejubilarse, como en los países de nuestro entorno, pero no es posible.
¿A qué edad se jubila un controlador aéreo?
En teoría como cualquier trabajador. A partir de los 57 años nosotros podríamos jubilarnos, pero es cuestión de la empresa y, como faltan profesionales, no se está produciendo ninguna.
¿Es cierto que Enaire amenaza con sanciones y cartas personalizadas para justificar el establecimiento de la monoposición como solución a la falta de plantilla?
Enaire pretende que en sitios o tramos horarios con menos carga de trabajo se implemente la monoposición, es decir, donde haya dos controladores se quede uno. Sospechamos que el interés por esta medida es la falta de personal, y no la implementación de mejoras tecnológicas. En los centros de Santiago de Compostela y Tenerife Sur se ha efectuado con la oposición de la plantilla ante la falta de seguridad. Entendemos que en una posición radar tienen que haber dos personas como mínimo en cada momento.
En este sentido, ¿el Gobierno está jugando con la seguridad aérea?
Desde USCA estamos en contra de esta medida por una cuestión de seguridad. A nivel europeo no se está yendo hacia esa idea, sino todo lo contrario. Un ejemplo de ello es el accidente en 2002 del Lago Constanza, que se produjo por reducir personal en un momento con poca actividad. Solo había dos aviones volando y son los que chocaron porque el controlador estaba realizando varias funciones a la vez. Por ello, en un momento de envejeciendo de plantilla y crecimiento de tráfico no tiene sentido que se pretenda prescindir de la figura de uno de los controladores.
«El filtro para ser controlador aéreo nunca debe ser económico y más cuando Enaire es una empresa pública, que posee el 51% de Aena, y está repartiendo dividendos»
USCA ha demandado que el acceso a la profesión de controlador aéreo vuelva a ser público y esté subvencionado, ¿por qué dejó de serlo a partir de 2010?
En 2010 hubo muchos cambios de la norma, y uno de ellos fue el acceso a la profesión. Antes bastaba con cumplir algunos requisitos, como un nivel cualificado de inglés y tres años de carrera universitaria. Ahora las personas que quieran ser controlador aéreo tiene que pagarse una formación que de media cuesta 75.000 euros. Es el único país de Europa donde ocurre. Se presenta menos gente porque hay un filtro económico que solo una parte reducida de la sociedad puede afrontar, incluso pidiendo créditos. El filtro para ser controlador aéreo nunca debe ser económico y más cuando Enaire es una empresa pública, que posee el 51% de Aena, y está repartidno dividendos. Lo que demuestra que puede afrontar la formación de sus empleados por una cuestión de igualdad de condiciones y para garantizar que los mejores lleguen a esta profesión.
¿Cuál es la posición de Enaire?
Se justifican con que depende del Ministerio de Fomento. Antes el acceso era a través de una empresa pública y ahora hay distintas empresas privadas, por lo que es un negocio para todas ellas. Esperamos que esto se revierta en algún momento.
¿Cuántos controladores hay actualmente?
Hay alrededor de los 2.200 entre operativos y no operativos. El tráfico aéreo en España crece por encima de la media europea, de las previsiones de Eurocontrol y de Fomento –que establece un crecimiento del 10,7% en verano de 2018–.
¿Cuál es el sueldo medio de un controlador hoy en día?
Es imposible dar una cantidad y prefiero no entrar en cifras porque en el pasado fue una de las reivindicaciones que no se tuvieron en cuenta. Pero estamos en la media europea. Aspiramos a un trabajo para el que la mayoría de la gente no es consciente de la responsabilidad que tenemos, incluso económica. Hay controladores que ahora por haber realizado el briefing –información previa de trabajo– que no se ha grabado por problemas informáticos han recibido expedientes de 1.000 euros. Estamos sujetos a multas más elevadas por otras cuestiones y podemos perder hasta nuestra licencia.
¿Se dan muchos casos de pérdidas de licencia?
No hay muchas, pero si algunos. Tienes que pasar pruebas médicas anualmente, y es la primera vez que hay tanta gente mayor trabajando. Hay facultades que se van perdiendo, como la visión o la audición. Por eso pedimos esa renovación de plantilla.
Por otro lado, USCA ha alcanzado un principio de acuerdo con la Fiscalía de Madrid por el que se compromete a desembolsar cerca de 15 millones de euros en concepto de indemnización a los pasajeros afectados por el caos aéreo de diciembre de 2010. Ya solo queda abierta la de Baleares, ¿cuándo esperáis que se cierre?
Los 15 millones de indemnización por el caos aéreo incluyen a todos los afectados, los de Baleares también. Así, el acuerdo de conformidad alcanzado con la Fiscalía en Madrid se está imponiendo también en Baleares, pero allí vamos con algo de retraso respecto de Madrid. En cuanto a fechas, es imposible aventurar: los tiempos judiciales son en cada sitio una incógnita siempre. Después de cerrar en 20 juzgados exculpando a los controladores y apuntando a Aena como única culpable del cierre aéreo, la mayoría de los controladores de la capital querían acabar, aunque eso signifique llegar a un acuerdo y no tener una sentencia exculpatoria.
«Los 15 millones de indemnización por el caos aéreo incluyen a todos los afectados de Madrid y de Baleares»
Ocho años después de este caos aéreo, ¿cambiarían algo de lo que reivindicaron e hicieron? ¿Se arrepienten?
Fue una gestión desastrosa y lo dicen los autos de los jueces. Hablan de como Aena mintió para mantener algo que no era cierto. Rubalcaba (ministro de Interior en esos años) decía que “quien echase un pulso al Estado, perdería” y no entendíamos nada. Es difícil tener la razón cuando el que está mintiendo tiene todo el poder, los mecanismos de propaganda, el BOE y los ministerios. Algún día se estudiará lo que nos pasó a nosotros, lo que supuso el cierre del espacio aéreo y lo peor, la militarización a través de la cual nuestros derechos civiles quedaron en suspenso durante 45 días. Me pareció un atentado a nuestra democracia. En aquel momento nadie nos escuchaba. Creo que fuimos ingenuos y actuamos de forma honesta y leal en la negociación colectiva, mientras por detrás estaban preparando todo lo que se montó.
Después de este incidente, ¿cree que la imagen de controlador aéreo ha mejorado o sigue siendo negativa?
Se quiso que vieran que éramos diferentes, que no éramos de la sociedad y que éramos de una casta. Se pretendió sacarnos de ahí para justificar el linchamiento. Pero somos un colectivo profesional como cualquier otro, sujeto a negociación colectiva.
Volviendo al presente, el Tribunal Supremo ha confirmado que Fomento vulneró el derecho a la huelga de los controladores aéreos en 2015, sin embargo, en la huelga del 8 de marzo ha vuelto a suceder algo parecido. ¿Van a demandar a Fomento y Enaire por vulnerar este derecho?
De nuevo los servicios mínimos fueron del 100%. Denunciaremos y posiblemente volveremos a ganar, pero les saldrá gratis porque nadie les sancionará. El Tribunal Supremo habló con contundencia y la empresa ha vuelto a hacer lo mismo. Por ello, reaccionamos con sorpresa y enfado y confiábamos en que la empresa actuase de otra manera. Al final los servicios mínimos de navegación son máximos.
Cambiando de tema, ¿qué le parece el Plan Estratégico para el Desarrollo de Drones en el que se contempla que se pase de los 4.200 vehículos aéreos no tripulados que existen en la actualidad en España a 51.400 en 2035 y 53.500 drones en 2050?
Los aviones no tripulados son una realidad. Nos preocupa que la legislación vaya por detrás de la realidad. A día de hoy hay más incidentes de los que se esperaba con drones y aviones comerciales. Creemos que se tiene que regular a nivel español y europeo.
¿Se ven controlando taxi drones junto a vuelos comerciales?
Ahora parece ciencia ficción, pero llegará. Formación específica no nos han dado todavía, porque como he comentado, la legislación va por detrás.
Los expertos dicen que una de estas profesiones amenazadas por la automatización es la de controlador aéreo, ¿piensa que es así?
Creo que hay tecnología para casi todo. Hoy en día no lo veo posible. Hay muchos lugares del planeta donde ni siquiera hay control radar. Y un futuro no creo que lo llegue a ver, pero tampoco lo descarto.
Por último, ¿qué retos tiene por delante el colectivo de controladores aéreos?
Con estos récords de tráfico pretendemos seguir con los niveles de seguridad de los últimos años y esperamos que el aumento de carga de trabajo no suponga un problema para la seguridad. También deseamos implementar el Espacio Único Europeo y unas condiciones laborales mejores que permitan la conciliación de la vida laboral y personal.