¿Falta de responsabilidad? ¿Inacción? ¿Cinismo? La estrategia que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha seguido con DIA ha despistado a empresa, accionistas y expertos en el sector. Esta misma semana, su presidente, Sebastián Albella, aseguró que la información publicada en varios medios de comunicación sobre la investigación de Anticorrupción a Mikhail Fridman pasa ahora a formar parte de los elementos que están teniendo en cuenta en la opa. No obstante, varias denuncias anteriores a las que ha tenido acceso MERCA2 demuestran que el regulador era conocedor de esta situación.
“No vamos a comentar nada al respecto”. Así contestan fuentes de la CNMV a MERCA2 preguntados por si estaban al tanto de la investigación de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (Ucdev) y la Brigada de Investigación del Blanqueo de Capitales y Anticorrupción. En ella se demuestra que Fridman usó “prácticas delictivas” que incluyen “coacciones” y “amenazas” que llevaron a la quiebra de la empresa española ZED hace unos años.
Un grupo de accionistas minoritarios de DIA bajo la Asociación de Perjudicados de DIA presentó hace unas semanas una denuncia ante la CNMV “como organismo responsable de velar por la integridad y transparencia de las sociedades que cotizan en las bolsas españolas”. En dicho documento se recogen extractos de la investigación policial llevada a cabo sobre Fridman y el entramado “criminal” que creó para hundir a otra compañía española: ZED.
Según los accionistas existen “indicios más que razonables” para asegurar que la caída del valor de DIA y sus problemas internos fueron provocados por los denunciados –principalmente Fridman–. Premisas que se basan en las conclusiones del informe policial (recogidas en las ilustraciones) en el que se revela que el magnate ruso montó toda una red criminal conocida como “reiderstvo”, es decir, asalto o absorción ilegal de una empresa, que, además, diseñó para dar apariencia legítima a la ilegalidad utilizando prácticas delictivas como fraude, obstrucción a la justicia, coacciones y amenazas, entre otros.
Además de la denuncia, parte de esta investigación ya fue publicada en diciembre por ‘El Confidencial’, pero ha sido esta semana cuando ha tenido mayor relevancia tras su publicación en más medios. Esto demuestra que la CNMV ya conocía la existencia de esta investigación – fechada el 10 de mayo de 2017– aunque no quiera reconocerlo; hecho que alimenta las dudas sobre el papel del organismo. Si conocía la investigación, ¿por qué no hizo nada cuando Fridman comenzó a ganar más poder en DIA? Y ahora que parece que le va a prestar más atención, ¿tomará cartas en el asunto de cara a la autorización de la opa?
Pero mientras tanto, la respuesta del regulador es la misma: “Lo estamos mirando todo con mucho detenimiento”. Una revisión que también tiene en cuenta esta denuncia y otras anteriores remitidas a la CNMV que cuestionan su papel como organismo velador por la transparencia de las operaciones sobre empresas cotizadas. Se espera que, próximamente, el organismo se pronuncie para dar autorización o no a la opa sobre DIA.
CAÍDA DE LA ACCIÓN DE DIA
Sin embrago, no es la primera vez que el papel de la CNMV con DIA es puesto en cuestión, especialmente a lo relativo a sus caídas en el Ibex 35, selectivo del que fue excluida el 24 de diciembre. Así, el 15 de octubre, DIA anunció una revisión a la baja del objetivo de Ebitda a un rango entre 350 y 400 millones de euros, comparado con 568 millones de euros en 2017. Ese día, la empresa registró la mayor caída bursátil que se recuerda en los últimos tiempos. La distribuidora cedió un 42% al cierre de la sesión pasando de los 1,86 euros por acción a los 1,08 euros.
Pero la situación en el mercado bursátil no mejoró. Solo una semana después, el 22 de octubre, abría la sesión a 0,88 euros y la cerró con una caída del 24,5% (hasta los 0,66 euros), tras la publicación de la revisión de las estimaciones del cierre financiero de 2018 que certifica un efecto patrimonial negativo de 56 millones de euros en las cuentas de 2017. Ante estas estrepitosas caídas se esperaba que la CNMV suspendiese la cotización de DIA. Sin embargo, no lo hizo remitiendo su decisión al artículo 21 del “Real Decreto-ley 21/2017, de 29 de diciembre.
El regulador obvió el “comportamiento especulativo” de Goldman Sachs denunciado por los minoristas, la vinculación de la compra y venta de acciones entre Goldman y la firma inversora de Fridman, Letterone; y, en última instancia, las actuaciones del empresario ruso para hundir el valor de la acción de DIA desde que entrase en el capital de DIA el 27 de julio de 2017 adquiriendo el 10%. Este movimiento hizo que en la siguiente sesión bursátil, DIA viviese uno de sus últimos momentos de gloria en la Bolsa al cerrar la sesión con un precio 5,58 euros por acción. Ahora sus títulos cotizan a 0,56 euros.
La opa lanzada por el ruso el 5 de febrero se hizo a un precio de 0,67 euros por acción. Por tanto, la cantidad total máxima que desembolsará será de 296.098.339 euros. De esta forma, el deterioro del valor en el último año y medio es bastante palpable.
RELACIÓN DE ABELLÁ CON FRIDMAN
Pero la relación de la CNMV con la situación de DIA no termina aquí. El 20 de octubre del pasado año, un accionista minoritario envió una carta a la ministra de Economía, Nadia Calviño, solicitando la suspensión temporal del presidente de la CNMV.
La razón que aportaba el denunciante era los vínculos que unen al despacho Linklaters, del que Sebastián Albella era miembro del máximo órgano de administración, hasta noviembre de 2016, antes de ser nombrado presidente de la CNMV. Curiosamente, Fridman era y es un cliente destacado del mismo despacho de abogados.