Dos décadas de férreo mandato de Francisco González en BBVA han convertido al banco en el menos rentable en España. El afamado banquero, idolatrado por unos y premiado por otros, no ha sido capaz de crear valor para sus accionistas. Además, en comparación con otras entidades la evolución de BBVA ha sido deprimente.
Era el año 1999, el denominado Banco Bilbao Vizcaya pactaba la fusión con el banco –privatizado un año antes- Argentaria. Cerca de dos décadas después tres elementos todavía permanecen de aquella unificación: la A, de BBVA. El presidente, Francisco González –aunque en aquellos años compartía puesto con Emilio Ybarra-. Por último, la capitalización bursátil. Sí, en la actualidad el gigante bancario tiene prácticamente el mismo market cap que 19 años atrás.
“El objetivo de los dirigentes de cualquier empresa es el de maximizar valor para sus accionistas”, reza uno de las máximas del sector financiero. Los trabajos del Premio Nobel de Economía, Milton Friedmann, y teóricos financieros como Michael Jensen o Merton Miller fueron los que más impulsaron dicha teoría. La idea de la maximización del valor para el accionista como objetivo prioritario lleva vigente más de 50 años.
En el caso de BBVA dicha máxima no se ha cumplido. Ni siquiera se ha quedado cerca en comparación con la evolución del sector en el tiempo de presidencia de Francisco González. La evolución de la capitalización bursátil en la firma vasca, desde el año 2000 hasta este 31 de diciembre de 2017, ha decrecido un 1,07%. Una calamidad cuando se compara con el resto de entidades españolas: la capitalización del Banco Santander ha crecido un 84%, el de Bankinter un 186%, mientras que el de Banco Sabadell –los datos son desde 2001- se ha disparado un 248%.
El BBVA acumula: el menor crecimiento respecto de sus competidores en cuanto a activos totales, a depósitos totales y a beneficios antes de impuestos
La aciaga marcha bursátil del BBVA no es la única falta en el casillero de Francisco González, se le podría añadir: el menor crecimiento respecto de sus competidores en cuanto a activos totales, a depósitos totales y a beneficios antes de impuestos.
Paradójicamente, los pésimos resultados en rentabilidad para el accionista no han acabado con el mandato de Francisco González. Es más, él mismo se ha reforzado en el puesto al expulsar a sus principales sucesores: primero fue Ignacio Goirigolzarri –ahora brillando con Bankia- y posteriormente, a Ángel Cano, su penúltimo número dos. Por el camino, más de 100 millones en indemnizaciones.
BBVA, el perdedor de este siglo
En la actualidad, nadie duda que Banco Santander es el banco más importante de España. Si se entiende como más importante: el más grande, con más activos y mayor valoración bursátil. Aunque, lo que ahora está claro, antes no lo estaba.
El año que Francisco González tocó poder en el BBVA no era fácil responder a esa pregunta. Es más, la respuesta mayoritaria era favorable a la entidad vasca. A lo largo de los años 90, el BBVA –conocido por BBV- siempre estuvo por delante del Banco Santander, en términos de capitalización. En 1996, el valor de mercado de la entidad bilbaina era un 15,4% superior a la cántabra. Dos años más tarde, en 1998, esa diferencia alcanzó el máximo histórico con un volumen un 27% superior.
Todo comienza a cambiar con la llegada de González. En 2002, la entidad liderada por Botín consigue ponerse por delante y un año después la distancia comienza a ser holgada. En el último año que Botín estuvo al mando -2014- el Santander valía en bolsa un 82% más que BBVA, en 2017 esa cifra alcanzó su tope histórico casi doblando la valoración de la entidad bilbaina.
Si se realiza la misma comparación –valoración bursátil- con otras entidades españolas, también se comprueba la decadente evolución del BBVA. En el año 2003, el BBVA valía diez veces más que el Banco Sabadell pero en el año 2016 esa diferencia se había reducido a la mitad. Al igual ocurre con otro histórico como Bankinter, el cuál en estas casi dos décadas vale casi 3 veces más mientras que BBVA sigue en el mismo escalón.
Activos en el BBVA: más cerca del quinto puesto que del primero
La deplorable evolución de la valoración que el mercado ha hecho de la firma, se corresponde con la marcha de su negocio. A principios del nuevo siglo, apenas había diferencia de activos totales entre la entidad bilbaina y la cántabra. De hecho la diferencia en 1999 era de apenas un 7% a favor del Banco Santander, dos décadas después con González al mando, la diferencia es cerca del doble.
En el año 2000, el BBVA tenía diez veces más de activos totales que el Banco Sabadell, en el año 2016 esa diferencia ascendió a poco más de tres veces. La comparativa de mejora de activos totales en la época González deja en muy mal lugar, de nuevo, al BBVA frente al resto: mientras que el Santander ha multiplicado por cinco sus activos totales este siglo y Banco Sabadell lo ha hecho casi por once, el BBVA solo se ha doblado.
La diferencia entre activos totales de BBVA y Santander, sobrepasa los 600.000 millones de euros, mientras que en el año 2000 apenas superaba los 40.000. La diferencia entre el primero y segundo puesto supera la diferencia de la entidad vasca con el resto: aventaja a Caixabank en poco más de 400.000 millones, a Sabadell en 330.000 millones y a Bankia en 350.000 millones de euros. Todo ello ha provocado que el BBVA ha pasado a estar más cerca del quinto lugar que del primero. Otro «milagro» del equipo de Francisco González.
Este hecho ha llevado a que la entidad fuera excluida en 2015 de la lista de bancos sistémicos más importantes del mundo. En la afamada lista –que denota las firmas que podrían suponer en problema para el mercado financiero en caso de caer- todavía permanece el Banco Santander. Por su parte, la entidad bilbaína dejó su puesto a China Construction Bank. Otro paso atrás en la presidencia de González.
Otros puntos negros en el mandato de Francisco González en BBVA
La capitalización bursátil, dónde BBVA no solo no ha crecido, sino que decreció hasta 2017. También en activos totales ha quedado rezagado respecto del crecimiento de sus otros competidores. Aunque las cifras negativas de la firma presidida por González van mucho más allá.
En el año 2000, el BBVA tenía 123 millones de depósitos frente a los 156 de Banco Santander. Tras la gestión de la dirección, la diferencia de depósitos entre las dos entidades ha pasado de los 33 millones hasta los 260 millones. La diferencia de depósitos totales frente al Sabadell, ha pasado de ser 12 veces a poco más del doble. También ha tenido una importante rebaja en la diferencia frente a Bankinter: en el año 2000 el BBVA tenía 17 veces más depósitos, mientras que en 2016 la cifra se había reducido a la mitad a solo 8 veces más.
En el caso de beneficios antes de provisiones e impuestos, el resultado vuelve a ser el mismo. El BBVA arroja la peor evolución frente a sus rivales: entre los años 2000 y 2016, la entidad bilbaina ha multiplicado por tres esta cifra, mientras que Bankinter lo ha hecho por 3,8 veces, el Banco Santander por seis y el Sabadell por 10.