La nueva cúpula directiva de El Corte Inglés ha pisado al acelerador para lograr que la deuda del grupo vuelva a tener el grado de inversión (es decir, salga de la calificación de bono basura). En ese contexto se enmarca la política de cierre de centros no rentables –una línea roja hasta hace pocos años– y la reestructuración organizativa, potenciada tras la pandemia. El problema es que la mayor apuesta por la digitalización y la reducción de costes tendrá como consecuencia un ajuste laboral que, tarde o temprano, obligará a acometer una reducción de plantilla.
AJUSTES DE PLANTILLA
Así lo confirman fuentes sindicales a MERCA2, precisando que el proceso de transformación que ha puesto en marcha el gigante de la distribución, para adaptarse a la nueva demanda y a los actuales modos de consumo, no so compatibles con tener una plantilla de más de 80.000 personas. «No estamos preocupados por ello, porque somos conscientes de esta realidad, lo que estamos es ocupados para asegurarnos que, cuando se produzcan, esos ajustes no sean traumáticos«, señalan las fuentes consultadas.
Hasta ahora la cuestión laboral no se ha puesto sobre la mesa en las reuniones que ha mantenido la dirección de El Corte Inglés con los representantes sindicales en el Comité Intercentros, pero se trata de un elemento que flota en cada uno de los encuentros sin que todavía se le haya puesto el cascabel al gato. La buena noticia para los empleados del grupo es que todos los sindicatos que tienen representación (y los que no) han hecho frente común para intentar evitar otro ERE.
PREJUBILACIONES Y BAJAS VOLUNTARIAS
«Nuestro objetivo es que cuando se tenga que tratar esta cuestión logremos que las salidas que tengan que producirse tengan un carácter totalmente voluntario y que en el caso de los mayores de 55 años se garantice que no tengan que volver a trabajar. En cuanto a los más jóvenes los últimos ajustes laborales han mostrado que muchos de los que salen encuentran pronto otro empleo en el sector», explican las fuentes consultadas.
Este diario ha podido calibrar el grado de nerviosismo que hay en una parte de los trabajadores de la empresa, sobre todo tras los cierres de centros que se han comunicado en los últimos días. Tradicionalmente el grupo siempre había querido mantener todos abiertos, aunque muchos de ellos fueran deficitarios, lo cual motivó una continua tensión en el consejo de administración. Esto preocupa a los empleados que, aunque ven como la mayoría de cierres no se traducen en reducción de plantilla, hay casos (como en la clausura del centro de Linares) en los que sí se han producido salidas.
LA ALIANZA CON LA MUTUA
La alianza estratégica establecida con Mutua ha dado un nuevo impulso a este proceso para adaptar a la empresa a los nuevos tiempos y garantizar que siga siendo un actor importante en la economía española. Tal como señaló hace unos días el grupo en un comunicado, «supone un paso decisivo en la ejecución del Plan Estratégico de El Corte Inglés».
Además, la inyección de liquidez que ha aportado la aseguradora que preside Ignacio Garralda (nombrado consejero del gigante de la distribución) facilita la amortización de deuda por valor de 1.000 millones de euros, permitiendo cancelar las emisiones de bonos que estaban sobre la mesa, lo cual redunda en una rebaja de los costes de financiación. Ya el pasado marzo un acuerdo con la banca permitió a la empresa que preside Marta Álvarez reducir el coste del pasivo hasta situarlo cerca del 3%, pero tras la llegada de La Mutua se ha rebajado aún más.
Por lo tanto, tanto el mercado como la propia compañía espera alcanzar el ansiado grado de inversión, que le permitiría volver a la primera división. Para ello ha tenido que vender el 50% de su negocio de seguros a La Mutua y permitir la entrada en el capital, con el 8%.
ESPERANDO A LAS AGENCIAS DE RATING
Los bancos han recibido esta alianza estratégica con halagos y ahora todos esperan que las agencias de rating, que son al fin y al cabo quienes califican la deuda, saquen a El Corte Inglés del bono basura. En estos momentos, S&P y Moody´s fijan en “BB+” y “Ba1”, respectivamente la nota del pasivo del grupo español, aunque ambas ya han elevado sus perspectivas a «positivas», que es el paso anterior a realizar una mejora del rating.
Según indica la empresa en la nota de presentación de resultados del pasado ejercicio fiscal (que finalizó el pasado febrero), la positiva evolución del flujo de caja operativo permitió «una reducción de la deuda que al cierre del ejercicio se situaba en 3.514 millones de euros». Tras la firma del acuerdo con Mutua, el pasivo vuelve a registrar un fuerte descenso, «quedando en 2.555 millones de euros, el nivel más bajo de los últimos 15 años».
Los sindicatos han recibido a Mutua con los brazos abiertos, porque saben que supone un espaldarazo importante para el grupo y aleja los temores de desintegración que comenzaron a enquistarse en una parte de la plantilla en los meses posteriores a la pandemia. Sin embargo, existe preocupación por cómo se gestionará el negocio de las filiales SECI (seguros de vida y accidentes) y CESS (correduría de seguros) y el impacto que tendrá en el empleo.
AGENCIAS DE VIAJES Y PRIVATIZACIÓN DE FILIALES
Las agencias de viajes son otro dolor de cabeza para los representantes de los trabajadores. Este negocio del grupo sufrió un desplome de la demanda de un 60% que motivó un ajuste laboral, aunque no se realizaron despidos forzosas porque hubo más peticiones que plazas disponibles). Sin embargo, ahora la demanda ha vuelto a crecer y no hay suficiente personal, lo cual está provocando dificultades. Por ello la dirección «ha decidido poner fin al expediente de regulación temporal que se inició el pasado marzo y que estaba previsto que durara hasta el 30 de septiembre».
Finalmente, el otro punto de discordia que podría acabar con la paz social en El Corte Inglés es la posibilidad de que el proceso de transformación de la compañía incluya la escisión de filiales que posteriormente sean privatizadas, lo cual permitiría hacer caja y mantener el servicio mediante las subcontratas. «Las áreas de logística son las que más pueden sufrir esto y estaremos atentos y vigilantes para que no se produzca», concluyen las fuentes consultadas.