¿Qué tienen en común el Hotel Barceló Isla Canela (Huelva), la Academia de Música (Madrid), o un teatro en Ecuador? La respuesta sería la luz. Porque estos tres proyectos apostaron por otras tantas ideas de decoración e iluminación made in Spain desarrolladas por Sulion.
“Nuestro portfolio incluye desde las luminarias más más clásicas hasta la iluminación más contemporánea, ventiladores de techo y los productos más técnicos, todo ello con el valor añadido de la decoración”, señala Christian Schuller, director general de Sulion. Y añade: “Realizamos una selección muy estricta de productos antes de su comercialización”.
En concreto, y respecto a los tres ejemplos anteriores, el proyecto de iluminación led del restaurante en el Hotel Barceló usó el modelo de lámpara colgante ‘Savoy Bambú’, una luminaria que combina diseño, rendimiento y la posibilidad de instalarla en suspensión a diferentes alturas.
En el caso de la iluminación de la Academia de Música se utilizó un panel led de 40 vatios de potencia que posibilita dos tipos de instalación, ya sea empotrada o suspendida. Y, en el teatro de Ecuador, la luminaria fue del tipo downlight empotrable de la serie Thor, cuya ‘virtud’ es su alto rendimiento a la par que una alta eficiencia.
Fue en 1987 cuando la firma se lanzó a exportar empezando por el mercado inglés para, un lustro después, aterrizar en Asia
“La transformación digital, los gustos y las necesidades del mercado han guiado la evolución de nuestros productos”, recalca Christian Schuller. Sus principales líneas de negocio son tres: iluminación decorativa, iluminación técnica y ventiladores de techo.
SULION ATERRIZA EN CHINA
Hay que remontarse hasta 1967 para descubrir los orígenes de la actual Sulion. Por aquel entonces, y en la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz, Carlos y Regina regentaron un pequeño taller donde se diseñaban y fabricaban luminarias.
Un negocio familiar que fue creciendo con el paso del tiempo adaptándose a las nuevas tendencias mientras aportaban innovaciones técnicas como de diseño a la par que nuevos productos. “Contamos con un departamento propio de diseño y exportamos a más de 30 países”, concreta su director general.
¿Cómo se llegó a este punto? Después de haber estado trece años funcionando solamente como taller, en 1982 se dio un paso al frente al crear Lámparas Schuller para la fabricación, comercialización y venta de lámparas y aparatos de iluminación.
Un lustro después, en 1987, deciden que había que abrir fronteras para avanzar. La exportación tuvo como primer destino el mercado inglés, a los que siguieron otros países de la Unión Europea. “Para afianzar esta línea de negocio tenemos un acuerdo con un operador logístico que ofrece una amplia red de distribución dentro de la UE para la venta de nuestros productos. Además, trabajamos con grandes superficies, almacenes de suministro eléctrico y centros especializados en iluminación de diferentes países europeos”, indica Schuller.
Un paso adelante que se vería ‘engordado’ en 1992, cuando se introdujeron en el continente asiático: Taiwán, Filipinas y Hong Kong. “Fue en 1990 cuando abrimos una nueva línea de negocio y comenzamos a traer a España productos de diseño valorados a nivel internacional”, recuerda Christian Schuller. Por tanto, fueron los pioneros en importar, desde 1990, luminarias de estilo Tiffany. En 1997 también comenzaron a importar desde China. “Siempre garantizando la calidad de los productos”, matiza su director general.
Sin dejar de lado la innovación, en 1999 arrancan una nueva línea de negocio con los ventiladores de techo con y sin luz. El ‘aterrizaje’ en el siglo XXI conllevó el cambio de nombre, a SUL, siendo renombrada como Sulion en 2015. Con anterioridad, en 2008, habían abierto una oficina en China (desde la que se realizan los controles de calidad y auditorías de la fabricación y producción de los productos fabricados en Asia), y en 2012, una filial en Perú (para impulsar la presencia en América Latina).
“Durante ese comienzo de siglo tuvo lugar la expansión del led, cuyo uso hasta entonces se limitaba a la iluminación navideña. En 2009 la Unión Europea había prohibido la producción de bombillas de 100 vatios por lo que, en 2011, apostamos por el led para nuestros productos”, manifiesta Christian Schuller.
SULION Y EL AHORRO ENERGÉTICO
Las instalaciones de Sulion en Torrejón de Ardoz cuentan con 2.500 metros cuadrados que albergan las oficinas, almacén, laboratorio y showroom. “En Madrid se realizan los diseños, se preparan los prototipos y se envía la producción a las fábricas. Además, contamos con un soporte adicional de Operador Logístico que tiene los niveles más avanzados en implantación y desarrollo de nuevas tecnologías e innovación”, apunta su director general.
A cinco kilómetros de las instalaciones actuales abrirán una nueva sede central en un terreno de siete mil metros cuadrados. La plantilla la conforman 38 personas y su facturación supera los diez millones de euros.
“Garantizamos que nuestros productos no solo cumplen con la normativa europea sino que también responden a las expectativas de los clientes. Para conseguirlo, contamos con un departamento de calidad interno y controles de calidad externos. Además tenemos un laboratorio propio que realiza pruebas de todos los productos para garantizar la calidad, la eficiencia y la seguridad”, indica Christian Schuller. Y añade: “También sometemos a nuestros fabricantes a auditorías, revisamos la calidad de las producciones y sometemos a controles de calidad a cada una de las etapas del proceso de producción”.
Cuatro son los pasos que suelen acometer para garantizar la calidad de los productos: evaluación de muestras y prototipos por laboratorios externos e internos; seguimiento de la producción por empresas de control de calidad externas y el equipo de ingenieros propio; control de calidad de la producción; y control de calidad en almacén.
UNA MENOR FACTURA
Tanto hogares, como pequeñas y medianas empresas (pymes), buscan optimizar el empleo de la energía para reducir el consumo. El objetivo es ahorrar algo de dinero y frenar las consecuencias negativas para el planeta. ¿Cómo? Aprendiendo a conseguir energías de una forma más asequible o de fuentes naturales y aprendiendo a usar la energía de forma responsable y respetuosa con el entorno.
Más allá de políticas energéticas de los gobiernos de turno, son los pequeños gestos y las costumbres los que acaban siendo determinantes para conseguir ser más eficaces en el uso de la energía.
“Acciones como los cambios de hábitos de los usuarios o la monitorización y control de las instalaciones tienen un efecto inmediato en el ahorro mientras que inversiones en iluminación, mejoras en el aislamiento de los hogares y la modernización de las instalaciones tienen un retorno a largo plazo”, señalan desde Sulion.
Por ejemplo, sustituir las bombillas de toda la vida (incandescentes, halógenas o fluorescentes) por iluminación led puede suponer un consumo hasta un 80% inferior. “El uso de lámparas led supone que con bajas potencias obtenemos altos niveles de luminosidad. Además, tienen una vida útil de más de 50.000 horas por lo que reduce costes de mantenimiento”, manifiesta Salvador Tejada, director comercial B2b de Sulion.
Para controlar la luz, los sensores se han convertido en un ‘actor’ importante para el ahorro energético. Su uso puede, detectando movimiento o el calor del cuerpo, activar la luz sólo cuando realmente es necesario. Alumbrado inteligente que, en zonas de paso de la vivienda, o en los pasillos de la empresa donde no siempre hay personas, puede ayudar a no malgastar energía.
El mercado ya cuenta con luminarias con un sensor oculto que se ajusta en tiempo, intensidad y luminosidad a las necesidades de cada espacio. “Cuantas veces hemos llegado al baño de nuestro trabajo y estaba la luz encendida desde hace horas o incluso desde el día antes. Poner plafones con sensores supone contar con gran tecnología en el hogar o en el trabajo sin necesidad de una gran inversión y que a largo plazo nos ayudará en el ahorro”, asegura el director comercial B2B.
Sulion quiere seguir aplicando esta y otras tecnologías en su caminar tanto por España como a nivel internacional. “El peso de las exportaciones es un 37% del total del sector español de iluminación y aún estamos lejos de países como Alemania, líder europeo, Italia, Francia, Reino Unido o Países Bajos”, concluye Christian Schuller.