El máster se ha consolidado en un ámbito poco abordado en los estudios pregrado, pero cada vez más necesario para los profesionales de la salud.
La creciente globalización de la sociedad, derivada en gran parte del incremento de los flujos migratorios, que ha reducido las fronteras nacionales y geopolíticas ha hecho que el conocimiento y abordaje de enfermedades consideradas hasta hace poco como exóticas y tropicales se haya convertido en una necesidad cada vez mayor para los profesionales de la salud. Así, más allá de los sanitarios que atienden habitualmente a viajeros internacionales o a inmigrantes procedentes de países con bajos recursos, la realidad actual es que muchos de ellos pueden tener que enfrentarse a patologías de este tipo, potencialmente graves, pudiendo incluso causar la muerte del enfermo, en casi cualquier entorno y momento.
Y es que, por general, los profesionales de la salud -médicos, enfermeros, farmacéuticos, veterinarios…- no han abordado específicamente estas disciplinas durante sus estudios de pregrado, y han sido las naciones y las organizaciones internacionales dedicadas a la salud y el desarrollo quienes han asumido un compromiso con los países de baja renta. Esto ha convertido la cooperación internacional en una actividad común en nuestra sociedad, y el conocimiento de los problemas que las poblaciones dianas sufren por parte de los profesionales que realizan este tipo de cooperación -sobre todo los que lo hacen en el ámbito de la salud- en una acuciante necesidad para que su trabajo pueda ser realmente eficaz.
En este contexto, la formación y experiencia específicas, especializadas y amplias en este ámbito están ganando relevancia en los últimos años. Buen ejemplo de ello es la consolidación, con nueve ediciones ya, del Máster propio en Medicina Tropical y Salud Internacional de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), dirigido por el Dr. Miguel Górgolas, jefe de la División de Enfermedades Infecciosas de la Fundación Jiménez Díaz, e impartido por profesionales del hospital madrileño, y que ha venido a cubrir un déficit formativo ya muy necesario en el sector.
Características diferenciales: profesorado con experiencia y prácticas en el terreno
«Las dos características diferenciales de este máster propio, respaldado por el prestigio de la UAM, son contar con profesorado externo que tiene una amplia experiencia en el manejo ‘in situ’ de estas enfermedades, y ofrecer prácticas en el terreno, que han posibilitado que nuestros estudiantes empiecen a colaborar con los centros receptores realizando estancias más largas», explica la Dra. Laura Prieto, especialista del Departamento de Enfermedades Infecciosas de la Fundación Jiménez Díaz y subdirectora del máster.
El objetivo principal de esta formación, dirigida a sanitarios de todas las disciplinas incluidas en las Ciencias de la Salud y a otros profesionales con interés de la cooperación internacional, es que el alumno adquiera las competencias y los conocimientos necesarios, teóricos y prácticos, en tres áreas fundamentales: la Epidemiología y Salud Global, la Microbiología y Parasitología Tropical, y la Clínica y Cirugía, a fin de poder desarrollar su actividad profesional en el mundo de la Medicina Tropical y la cooperación internacional.
Concretamente, al finalizar el máster, de doce meses de duración, los estudiantes deben ser capaces de conocer los principales problemas de salud en el mundo tropical y en vías de desarrollo; identificar los principales patógenos responsables de las enfermedades tropicales, parasitarias, bacterianas, víricas y fúngicas; realizar un diagnóstico microscópico de estos microorganismos; conocer las formas de presentación clínica, las técnicas diagnósticas de imagen y auxiliares y los tratamientos actuales, y también entender los conceptos elementales de salud global y antropología médica.
En cuanto al contenido práctico, el Dr. Ramón Pérez Tanoira, especialista en Microbiología Clínica en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias y también subdirector del máster, apunta que «la ventaja fundamental es que los alumnos tienen la posibilidad de realizar prácticas en terreno, acompañados y supervisados por profesores del máster, así como de profesorado externo de muy alto nivel».
En este sentido, el máster colabora desde 2007 con el Hospital General Rural de Gambo (Etiopía); desde 2017 con el Hospital Regional de Loreto, en Iquitos (Perú) y desde 2019 en el hospital Nôtre Dame de la Santé, en Dschang (Camerún). Además, los estudiantes han realizado prácticas en otros países como Uganda o Kenia, y la Fundación Jiménez Díaz también colabora con otros hospitales españoles, entre los que destaca el Hospital Carlos III, integrado en el Hospital Universitario La Paz, o el Hospital Universitario Príncipe de Asturias.
Innovaciones que posicionan al nivel de referencias europeas
Adicionalmente, entre las últimas novedades incorporadas a esta oferta formativa, la especialista destaca «la reciente inclusión de una rotación de dos días en el Pabellón de Veneno en Faunia para el aprendizaje del manejo de las intoxicaciones y mordeduras por animales venenosos», y la impartición del curso de forma híbrida a raíz de la pandemia generada por la Covid-19, pudiendo priorizar el formato presencial o no presencial, según las necesidades y conveniencias de cada momento y de cada alumno o profesor.
Características diferenciales, valores añadidos e innovaciones que están posicionando muy favorablemente este Máster en Medicina Tropical y Salud Internacional en un entorno en el que, como reconoce la Dra. Prieto, «no hay muchos cursos enfocados hacia este campo ni muchos centros donde los médicos tengan formación específica en el mismo», salvo algunas universidades europeas que ofrecen cursos en forma de diploma o máster en Medicina Tropical, y con la destacable excepción de la London School of Hygiene and Tropical Medicine, de reconocido prestigio en este ámbito.
Y, a la vista de la «generalmente muy positiva» opinión de los alumnos, como la define la subdirectora de esta formación, la iniciativa está bien orientada y recogiendo los frutos de una década de resultados. «El máster facilita una interacción constante con un profesorado accesible y con gran interés docente, la experiencia de las prácticas en otros países es siempre muy bien valorada, y se favorece la relación y contactos con otros centros, de manera que los alumnos pueden desarrollar proyectos de salud en áreas tropicales una vez finalizado el curso», concluye la especialista.