En Iberia es momento de negociación de convenios colectivos y el décimo de los pilotos tiene en el aire una de las claves para el desarrollo de la compañía: los límites al crecimiento de la filial Iberia Express. La dirección y el sindicato Sepla aspiran a tener un acuerdo global sobre el marco de relaciones laborales antes de agosto y el futuro de la low cost vuelve a ser uno de los asuntos más sensibles sobre la mesa. Aunque ambas aerolíneas tienen certificados de operador aéreo (AOC por sus siglas en inglés) y condiciones laborales propias y diferenciadas, la pequeña depende de un pacto con los pilotos de la matriz si quiere acelerar su desarrollo. El equipo que lidera el presidente Javier Sánchez-Prieto intenta que se suelte, o al menos se flexibilice, el corsé que existe sobre Iberia Express. La puesta en marcha en 2011 de la filial para el corto y medio radio generó un fuerte enfrentamiento entre Iberia y sus pilotos, firmándose la paz a través de un anexo en el convenio que dice hasta dónde puede llegar la firma de bajo coste. Ese anexo 10 explicita que Express podrá sumar un avión por cada aparato que se incorpore a la flota de corto y medio radio de Iberia. Y establece un segundo límite por el que la producción total, medida en asientos por kilómetro ofertados (AKO), no podrá superar nunca el 15% de los AKO de Iberia.