¿Un invierno sin gas ruso? Medio año para aprender a gastar menos energía

Hay que gastar menos energía y hay que empezar a hacerlo ya. No nos queda otra si no queremos pasar un invierno delicado en Europa, por la escasez de gas que se avecina.

Cualquier idea puede ser buena, por muy peregrina que parezca. La cuestión es que nos queda medio año para que los europeos aprendamos a ser más eficientes y ahorrar el máximo de energía posible. Existen muchas probabilidades de que el gas y el petróleo ruso no lleguen al resto de Europa en los próximos meses, ya sea por las sanciones de la UE a Rusia, o porque Putin decida cortar el grifo unilateralmente para castigar al Viejo Continente.

Italia ya ha comenzado a ahorrar con una medida poco popular, pero necesaria a ojos del primer ministro Mario Dragi. Desde el 1 de mayo los edificios públicos no pueden poner el aire acondicionado a menos de 27 grados. Es decir, los italianos van a sudar la gota gorda este verano, pero se sacrificarán por el bien de la economía nacional y del éxito de las sanciones de la UE a Rusia por su invasión de Ucrania.

JOSU JON IMAZ ALERTA DEL PELIGRO REAL DE FALTA DE GAS

El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha sido tajante al afirmar que Europa se enfrenta a un peligro real de desabastecimiento de gas en el próximo invierno si la guerra de Ucrania continúa, «mi preocupación es que tenemos un problema de seguridad de suministro, en los seis o siete próximos meses, que puede impactar de una forma dramática en Europa».

«Hoy no se pueden sustituir los 155 bcm que Europa recibe de Rusia. No hay forma de cubrir prácticamente un tercio o el 40% de ese gas. Tenemos que pedagogizarnos todos como sociedad para hacer un esfuerzo muy importante por reducir consumos», destacó el directivo del gigante energético.

La Agencia Internacional de la Energía dice que se puede ahorrar hasta un 30% del consumo de gas y de petróleo ruso

La Unión Europea depende de 155 bcm de gas que llegan de Rusia y las alternativas no cubren ni la tercera parte de esa demanda. Por eso, Imaz animó a impulsar una cultura del ahorro en el consumo de energía entre los ciudadanos y las empresas.

En este sentido, el exministro Miguel Sebastián declaraba en La Sexta que «estoy de acuerdo con Josu Jon Imaz. Es un problema gravísimo el que tenemos de aquí al otoño y hay que recordar que ya empezamos el otoño pasado con problemas».

Según Sebastián se pueden hacer dos cosas.  «Lo primero es el ahorro energético. La Agencia Internacional de la Energía dice que se puede ahorrar hasta un 30% del consumo de gas y de petróleo ruso y eso hay que hacerlo». Y lo segundo es «buscar fuentes alternativas. Es decir, llevar gas desde los países que tenemos más gas por estar conectados con Argelia hacia los países más dependientes de Rusia , bien en barcos o bien de otras formas».

«Un gasoducto es verdad que de aquí al invierno no da tiempo a hacerlo. Algunos veníamos defendiendo hace años que necesitábamos más gasoductos, pero…», lamentaba el exministro de Industria en el Gobierno de Zapatero. «Necesitamos un plan europeo que tiene que estar listo para el final del verano o tendremos problemas serios».

¿VACACIONES SUBVENCIONADAS PARA AHORRAR ENERGÍA?

El alto representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, lo dijo hace más de dos meses y no exageraba. Hay que «reducir el (consumo de) gas en casa, bajando la calefacción». Es decir, más manta y menos calefacción. Porque la única alternativa viable al alcance de los estados miembros a corto plazo es, sencillamente, gastar menos energía.

Ahorrar electricidad y ahorrar gas. Utilizar más la manta en los hogares frente al frío del invierno y reducir el uso de la calefacción, o utilizar más el abanico para soportar el calor del verano y no poner el aire acondicionado. Es decir, perder bienestar. Sacrificios en tiempos de guerra, porque aunque las bombas y los misiles solo caigan, de momento, en Ucrania, la UE y la OTAN están en guerra con Rusia.

De Alemania, uno de los países más dependientes del gas ruso, llega quizás la propuesta más pintoresca: que el Gobierno subvencione a los jubilados para que alarguen sus vacaciones en España o Turquía y así consuman menos energía en Alemania.

La propuesta la ha hecho la Asociación de Viajes Independientes de Alemania, y propone que los mayores pasen el invierno en localidades como Mallorca o Antalya (Turquía) para así no pasar frío y que el país germano pueda ahorrar energía.

La presidenta de esta asociación Marina Linnhoff ha declarado al periódico Rheinische Post que: «viajar contra Putin es mejor que congelarse por culpa de Putin». Sin duda, la idea por extravagante que parezca podría tener una gran acogida, dado el entusiasmo que muestran los alemanes por pasar sus vacaciones en España.

No será la última ocurrencia en los países europeos de aquí al invierno. Se abre una carrera de ideas para reducir al máximo el consumo energético, y así estar menos expuestos a los vaivenes de Putin, y poder luchar más libremente contra el sátrapa ruso.