domingo, 15 diciembre 2024

Florentino Pérez y ACS: una ‘no retirada’ a tiempo es una victoria, con claroscuros

A veces, una retirada a tiempo es una victoria porque implica tener el valor suficiente para renunciar a aquello que un día vimos como meta, pero que ahora no nos beneficia o simplemente, nos absorbe tanto que nos deja sin energía. Sin embargo, Florentino Pérez no se ha retirado, o al menos no voluntariamente, de la batalla contra los Benetton en la apuesta por la opa sobre Atlantia.

Blackstone y Benetton prácticamente le expulsaron del tablero, con un jaque mate casi inevitable en forma de opa a 23 euros por acción sobre Atlantia hace pocas semanas. Con este poco margen de maniobra, el presidente del Madrid descartó seguir luchando por la opa. O así lo dio a entender en la reciente junta general de accionistas, con su declaración de intenciones de poner toda su atención en el desarrollo de Abertis. Una vez más, los Benetton han frustrado el ‘sueño italiano’ de Florentino Pérez de dar el salto a las autopistas en el país con forma de bota.

En este contexto de las últimas semanas, la cotización de ACS se había quedado atrapada en una especie de limbo alrededor de los 24 euros por acción. Sin embargo, ya estaba ofreciendo signos más importantes de debilidad en este comienzo del mes de mayo, en el que se había alejado de los máximos del año. El hecho de que ACS no vaya a participar en una guerra de opas con los Benetton, sus socios en Abertis, ha rebajado las tensiones. Según los expertos, esto puede aportar una vida mejor a ACS en bolsa a partir de ahora.

ACS, MÁS VENTAJAS QUE CLAROSCUROS

La junta de ac­cio­nistas de ACS de la se­mana pa­sada ha funcionado como un analgésico sobre los inversores y ana­listas del grupo cons­tructor y de ser­vi­cios. Que Florentino Pérez hablase po­niendo la mirada en la evolución de Abertis ha sido in­ter­pre­tado como el último capítulo de lo que pa­rece haber sido un fugaz propósito que lo había ligado a los fondos de in­fra­es­truc­turas GIP y Brookfield con el ob­je­tivo final de unir a sus filas el ne­gocio de au­to­pistas de la ita­liana Atlantia.

Los analistas ya habían mencionado en varias ocasiones su preocupación por el movimiento de ACS. Sobre todo las firmas extranjeras, que estaban alerta ante la posibilidad de una guerra por Atlantia. En el caso de las españolas, había confianza en que Florentino Pérez iría siempre por el camino amistoso y evitaría a toda costa encontrarse de bruces con los Benetton, socio mayoritario de Abertis con el 50% más una acción.

Y, sobre todo, con mucho que perder más allá de la paz accionarial. El plan de ruta de Abertis pasa por el reparto de 1.800 millones de euros en dividendos en los próximos dos años. Un motivo más que de sobra para que la compañía que preside Florentino Fernández desacelere por Atlantia. ACS tendrá que sacarse las castañas del fuego y encontrar otras vías para consolidarse más en el negocio a través de partes más pequeñas. Lo de Atlantia era demasiado bonito para hacerse realidad. Los Benetton no tienen entre sus planes desligarse de esa pieza de ninguna manera.

ACS es un comprador nato, Y tendrá que convencer al mercado de la buena fe detrás de sus próximos movimientos

En el mercado tienen claro que una guerra con ACS entre los protagonistas tendría mucho más impactos negativos que positivos para la empresa española. Por eso, el alivio ha sido general tras una junta de accionistas que ha descartado -como la inmensa mayoría esperaba- que Florentino Pérez pase a la acción. Y que, según los expertos, puede dar una vida nueva y mejor a ACS en bolsa a partir de ahora.

En un año difícil y repleto de incertidumbres, ACS aún sube alrededor de un 5%. Pero los analistas creen que la acción puede escalar por encima de los 30 euros después de subir alrededor de un 25% a medio plazo. Pocos valores concitan más unanimidad entre los analistas. El valor, sin una sola recomendación de venta, tiene consejos de compra de casi el 80% de las firmas que lo cubren.

Ahora queda saber cuál será la hoja de ruta de la compañía en concesiones. ACS es un comprador por naturaleza, que tendrá que convencer al mercado de la buena fe detrás de sus próximas jugadas. Tiene que despedirse por ahora de esa pieza a un nivel superior que es Atlantia. No obstante, según expertos, esto debe ser interpretado como una victoria porque a corto y medio plazo tiene muchas más ventajas que claroscuros para la compañía.

UNA ENEMISTAD QUE TIENE HISTORIA

Pérez informó el mes pasado que tenía un acuerdo con dos de los grandes fondos internacionales de inversión, GIP y Brookfield, para lanzarse a por la mayoría del negocio de concesiones de autopistas de Atlantia. Sin embargo, este deseo no ha nacido ahora. El presidente de ACS ha abierto el baúl de los recuerdos y ha vuelto a sacar a la luz una operación que tiene 16 años de intrahistoria y que Los Benetton han conseguido volver a estropear. 

Las autopistas italianas estuvieron cerca de tener control español en 2006. Con Florentino Pérez como uno de los grandes protagonistas. Abertis era entonces la gran concesionaria catalana bajo el control de La Caixa. Abertis creó una alianza con los Benetton para fusionar Abertis con la compañía que antes de Atlantia se denominaba Autostrade.  

El Gobierno italiano y la fuerza de los sindicatos italianos imposibilitaron aquella operación. Florentino Pérez y La Caixa sienten, casi dos décadas después, que los Benetton rompieron su lealtad cuando la operación se convirtió en una cuestión de Estado para Italia. ACS era por entonces dueño del 24,8% de Abertis. En 2012, el histórico presidente del Real Madrid decidió salir de la concesionaria cuando Iberdrola se convirtió en su otra gran preocupación.

Los Benetton, Atlantia, Florentino Pérez y Abertis volvieron a unir sus vidas años después. Atlantia, ya con los Benetton como los únicos grandes dueños, devolvieron el envite en 2016 con una opa por el 100% de Abertis. Un asunto que ahora no gustaba al Gobierno español que presidía Mariano Rajoy, porque implicaba dar el control de filiales estratégicas como Cellnex e Hispasat. Aquel fue el principal motivo por el que ACS entró en escena como ‘caballero blanco’ de esa opa hostil. Finalmente, Atlantia y ACS presentaron una oferta conjunta dos años después de 18.000 millones para repartirse a partes iguales la concesionaria. 


- Publicidad -