jueves, 12 diciembre 2024

El cambio climático produce pérdidas anuales de 550 M€ en la producción agrícola

El 6% del valor de la producción agrícola española, más de 550 millones de euros, se pierde cada año en España a consecuencia del cambio climático, según un informe elaborado por la organización agraria COAG, que advierte de que un incremento medio de las temperaturas de 2 grados centígrados de aquí a 2050 incrementaría de forma exponencial el importe de la «factura climática» y puede poner en riesgo la viabilidad de cultivos como el viñedo, el aceite de oliva o el cereal.

El estudio ‘Empieza la cuenta atrás. Impactos del cambio climático en la agricultura española’ ha sido realizado por el responsable del departamento de riesgos agrarios de COAG, Pablo Resco, que ha presentado este lunes los resultados más relevantes de sus años de investigación a partir de literatura científica sobre los efectos en el campo español del calentamiento del planeta.

En concreto, estima que en ese escenario de aumento térmico medio la superficie de viñedo de alta calidad se reduciría un 20%; el rendimiento del trigo en el centro y sur de la Península un 15% y en el caso del olivar, solo la variedad picual podría mantener los rendimientos en secano en las zonas interiores de cultivo.

Por otro lado, calcula en un 11% la disminución de los recursos hídricos si se alcanzan los 2ºC de calentamiento y ello, asimismo contribuirá a elevar la incidencia de plagas y enfermedades, lo que puede llegar a aumentar hasta en un 60 por ciento las pérdidas actuales en el caso del cultivo del trigo. El informe avisa asimismo de que las dehesas de encinas podrían incluso llegar a desaparecer en grandes zonas de la mitad sur peninsular.

El estudio presentado por COAG precisa que se podría llegar a perder más un 10% de la superficie más apta para los vinos de calidad en toda España y un 80% de la superficie de variedades de olivo como hojiblanca o manzanilla en Andalucía; también podría llega bajar en torno al 8% los rendimientos del trigo en España.

Además, en el escenario de incremento de 2°C los daños podrían ser muy graves y podrían peligrar las dehesas de encina en la parte occidental de Andalucía o Extremadura; podría llegar a descender más de un 15 por ciento el rendimiento de cereales como el trigo en algunas regiones; la superficie de viñedo de alta calidad podría reducirse en un 20 por ciento; y en el caso del olivar, únicamente la variedad picual podría mantener los rendimientos en secano en las zonas interiores de cultivo.

No obstante, a partir de un calentamiento de 2,5°C, incluso el rendimiento de esta variedad se resentiría de forma importante sin aportes de agua; además, las dehesas de encina podrían llegar a desaparecer en grandes zonas de la mitad sur.

El informe refleja que décadas de aumento de emisiones de gases de efecto invernadero hacen ya visibles los efectos del cambio climático y asegura que el sector agroalimentario, uno de los más importantes en España sería «de los más perjudicados, por su elevada dependencia del clima».

Por otro lado, añade que las mayores pérdidas estarán asociadas al incremento del estrés hídrico de los cultivos por el aumento de la evapotranspiración, el aumento de las temperaturas y el descenso de las precipitaciones. De hecho, este descenso iría acompañado de una mayor frecuencia de sequías, hasta 5 y 10 veces más alta si se superan los 1,5 o 2°C.

Además, las lluvias serían más intensas, lo que generaría erosión, y se concentrarían en épocas como el otoño, por lo que el agua sería menos aprovechable por los cultivos.

Durante la presentación, el responsable de Acción Sindical de COAG, Andoni García, ha subrayado que entender las consecuencias de los riesgos climáticos es la base para desarrollar estrategias de prevención del cambio climático y protección del mundo agrícola, a base de financiación y políticas regionales, nacionales y comunitarias.

«Tomar acción hoy de forma urgente con el objetivo de mantener el calentamiento por debajo de los 1.5ºC, es más eficiente y menos costoso. La prevención del cambio climático, por tanto, no sólo nos ayudará a proteger nuestra agricultura y economía, sino que también hará que un eterno verano no seque nuestra gastronomía, tradiciones, cultura e identidad», ha manifestado.

Por su parte, el autor del estudio Pablo Resco ha insistido en que aunque existen medidas de adaptación que podrían amortiguar parte del impacto, éstas tienen una capacidad limitada que podría verse sobrepasada si no hay una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global y en todos los sectores.

Por último, ha pronosticado que el sector de los seguros agrarios, a la que ha definido como «una de las piezas claves» de la política agraria en España, podría tener «dificultades» para ofrecer una cobertura asequible por el incremento del riesgo. Así ha dicho que ese aspecto ha quedado evidenciado en las dos últimas campañas «ante la magnitud» de los fenómenos climáticos adversos y extremos que han afectado a la agricultura.


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