El talón de aquiles de Ibercaja: el beneficio de sus participadas cae un 80%

En pleno proceso de preparación para salir a bolsa, las participadas de Ibercaja han dado un duro revés a las cuentas de la entidad con un descenso de los beneficios del 77,5% en el tercer trimestre del año.

La entidad aragonesa presentó un resultado positivo global de 72,5 millones de euros a 31 de septiembre. Sin embargo, la partida Otros Resultados de Explotación (neto) mostró un retroceso de 10,8 millones de euros (desde los 13,9 millones en Q32017 a 3,1 millones en Q32018), es decir, casi del 80% en el periodo. Esta diferencia se debe a “menores resultados de sociedades participadas y otros ingresos / gastos de filiales no financieras que está previsto que se moderarán en los próximos trimestres”, han explicado fuentes del banco.

Ibercaja ha ejecutado una política de desinversiones en participaciones empresariales no estratégicas en cumplimiento a su Plan Estratégico 2015-2017. En los últimos tres años, el banco ha reducido su cartera un 43%. Ha recaudado más de 150 millones de euros tras salir de más de 90 compañías. Solo en 2017, la entidad aragonesa realizó 21 desinversiones totales y 13 parciales. Por el contrario, ha invertido en seis proyectos “estratégicos o vinculados a su negocio parafinanciero”.

De acuerdo al Informe Anual 2017, Ibercaja participa de manera directa o indirecta en 79 compañías fuera del ámbito inmobiliario, con un valor neto consolidado de 301 millones de euros. La inversión del banco se distribuye en actividades financieras y parafinancieras (54%), turismo (12%), medios de comunicación (11%), infraestructuras (8%), capital riesgo (7%), energía (6%) y otros. “La inversión en participadas se realiza con el fin de apoyar al tejido productivo, preferentemente pymes, en proyectos que contribuyan a crear riqueza y empleo en las zonas de actuación de la entidad, fomentar la ayuda a emprendedores y diversificar las fuentes de ingresos del grupo”. En los primeros nueve meses del año, no han participado mucho en el último punto de la enumeración que cita el informe anual.

Participadas Ibercaja
Fuente: Informe Anual Ibercaja 2017.

El presidente de Ibercaja, José Luis Aguirre Loaso, y el consejero delegado, Víctor Iglesias Ruiz, presentaron en marzo el Plan 2018-2020, denominado Plan+ 2020. No ha trascendido la decisión del banco en este ámbito. El informe de 2017 indicaba que la nueva línea estratégica “previsiblemente ratificará la política de desinversiones en sociedades que han cumplido su periodo de maduración sin perjuicio de mantener otras con carácter estable”.

IBERCAJA PREPARA SU SALIDA A BOLSA

La entidad maña ha contratado los servicios de Rothschild & Co como asesor financiero independiente para completar la preparación de su salto al parqué. Según ha comunicado el banco, por su “relevante y exitosa experiencia en la ejecución de este tipo de proyectos en el mercado de capitales español e internacional”. Está previsto que salga a bolsa antes de que finalice 2020, según fuentes oficiales.

“Estamos preparados para acometer el proceso de salida a bolsa”, declaró el presidente en la presentación del Plan+ 2020. Sin embargo, Aguirre estimó que “la consolidación de la reactivación económica y la normalización del marco de tipos de interés incrementarán los beneficios anuales y potenciales de las entidades”. “Existe todavía recorrido de recuperación para las valoraciones del sector en España y no tenemos ninguna urgencia por acelerar el proceso”, ahondó.

Tras la admisión oficial del inicio de contactos entre Unicaja y Liberbank para explorar una fusión, los rumores de movimientos corporativos en la banca mediana española han vuelto. El mercado acogió la noticia con fuertes subidas de los valores protagonistas en el Mercado Continuo, pero ningún directivo bancario es ajeno a las dificultades del sector en el parqué este año. Ni un solo banco de los ocho cotizados españoles presenta signo positivo acumulado en 2018 y las perspectivas tampoco muestran con claridad una mejoría.

De momento, Ibercaja tiene un año para madurar su salida a bolsa, así como estudiar posibles movimientos corporativos de otros bancos que quieran crecer en las zonas de influencia de la entidad.