La ciencia está evolucionando constantemente y lo que ayer parecía correcto, hoy puede no serlo. Esto es precisamente lo que ha ocurrido con unos estudios realizados en torno a la alimentación y a la restricción calórica de los alimentos, un tema que siempre nos trae de cabeza ya que, ¿Quién no quiere estar siempre bien físicamente?
En el año 2009, un equipo científico de la Universidad de Wisconsin-Madison confirmó que los macacos que comían menos eran capaces de ganar años. Este experimento al que se sometió a los monos también confirmó que se retrasaba aparición de enfermedades asociadas con la edad debido a la alimentación.
A pesar de estar seguros de los resultados de esta investigación, tres años más tarde, el Instituto Nacional del Envejecimiento negaba estos hechos. Se aceptaba que los monos que seguían esta dieta gozaban de una mayor salud, pero que su vida no se alargaba por el simple hecho de llevar una alimentación diferente.
Comer menos alarga la vida y previene enfermedades relacionadas con el paso del tiempo.
Debido a esta diversidad de opiniones, ambos equipos se unieron para revisar los diferentes estudios realizados y llegar a una misma conclusión ya que los resultados habían sido muy diferentes. Después de estas revisiones y los debates producidos en un equipo y en otro, se ha sacado una nueva conclusión que se ha publicado en Nature Communications. Finalmente, los chicos de Wisconsin tenían razón y comer menos alarga la vida.
Ambos laboratorios volvieron a analizar todos los datos recopilados durante 20 años y estudiaron de nuevo el seguimiento de los 200 monos que se habían sometido a los diferentes estudios. Fue entonces cuando los científicos del Instituto Nacional del Envejecimiento se dieron cuenta de que habían pasado por alto algunos factores importantes para obtener una conclusión correcta del estudio.
En primer lugar, los animales en ambos estudios habían restringido las dietas en todas las edades, lo cual es un factor clave para Rozalyn Anderson. La comparación que se realizó afirma que el hecho de consumir menos calorías a lo largo del día puede resultar beneficioso para los macacos adultos, pero que no es nada beneficioso en los primates más jóvenes.
Consumir menos calorías al día es beneficioso para los monos adultos, pero no para los jóvenes.
En segundo lugar, los monos del estudio del NIA comieron menos cantidad de alimentos que los monos que estaban en Wisconsin, además de que la composición de la dieta era muy diferente en los dos estudios, lo cual determinaba también la investigación. En el primer caso, los monos del NIA, consumían alimentos de origen natural, mientras que en el segundo caso se alimentaban de alimentos procesados con altos contenidos en azúcares. Esto quiere decir que los monos de Wisconsin tenían un mayor peso que los del NIA.
Finalmente, la conclusión a la que se ha llegado es que, efectivamente, comer menos alarga la vida. Eso sí, esto no significa que cualquier tipo de dieta sea adecuada para vivir más y retrasar la aparición de enfermedades relacionadas con la edad. Los monos que siguieron una dieta comedida en Wisconsin lograron vivir entre dos y tres años más que los monos que se alimentaron a su antojo. Además, también se atrasó la aparición de cáncer, diabetes o problemas cardiovasculares.
¿Es esto extrapolable a los seres humanos? Definitivamente sí. Llevar una dieta sana y rica en alimentos naturales puede hacer que tu vida sea más larga y que las enfermedades tarden más en llegar, incluso puede que nunca tengas que sufrirlas si llevas una buena dieta y realizar ejercicio diario. Así que no esperes más y súmate al carro de la salud.