El interés por las fuentes de energía para calefacción alternativas al gas crece a todos los niveles. Los precios disparados de la electricidad y la volatilidad en los mercados internacionales derivados de la guerra de Ucrania han impulsado la búsqueda de nuevas opciones de ahorro en calefacción. La biomasa para generación de calor en el ámbito doméstico e industrial ha ganado enteros. A nivel institucional, también ha aumentado la demanda de información sobre el consumo de biomasa. Europa exige más datos para ampliar el conocimiento sobre una tecnología cada vez más demandada entre los usuarios.
De hecho, los requerimientos del Reglamento (UE) 2019/2146 relativo a las estadísticas sobre energía, y de Eurostat (la Oficina Estadística de la Unión Europea, que se encarga de publicar estadísticas e indicadores de alta calidad a escala europea que permitan hacer comparaciones entre países y regiones), demandan un nivel de detalle en la información significativamente mayor al que se ofrece en la actualidad.
Precisamente para dar respuesta a esta exigencia, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) elaborará en 2022 estadísticas sobre consumo de biomasa, biogás y residuos para energía en todos los sectores: la industria, los hogares, comercio y servicios, transporte y transformación de la energía.
Para prestar este servicio estadístico, la empresa Cotesa ganadora del concurso público, será la encargada de recopilar datos de consumo energético en una muestra representativa de hogares a lo largo de 2022 y abordar el resto de sectores como la industria y los servicios con entrevistas a las asociaciones y empresas del sector, con métodos de investigación adaptados a la realidad de su consumo.
Toda la información recopilada y facilitada por los hogares, asociaciones y empresas estará sometida a secreto estadístico de acuerdo con la Ley 12/1989, de 9 de mayo, de la Función Estadística Pública (LFEP) y se encontrará también amparada por la Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y Garantía de los derechos digitales (LOPD), garantizándole que su información estará convenientemente anonimizada y que será utilizada únicamente con fines estadísticos para obtener resultados agrupados a nivel nacional. Los resultados agregados del estudio estarán disponibles en la página web del IDAE.
EL ‘TRENDING’ DE LA CALEFACCIÓN
En la actualidad, la industria de la bioenergía dispone de calderas y estufas para uso doméstico de elevadas prestaciones y eficiencia, automatizadas y con emisiones prácticamente nulas. Esta innovación, sumada a la publicidad indirecta que le ha llegado por efecto de los disparados precios del gas impulsa al sector de la biomasa a sacar pecho.
Su principal rival, el gas fósil, ha puesto de moda la bioenergía, que acapara titulares de medios generalistas que antes no habían reparado en esta fuente de energía pese a las bondades medioambientales y económicas que reporta su valorización energética, que se deriva de la correcta gestión y conservación de los bosques: prevención de incendios forestales y dinamización de la España vaciada, amén de su menor coste para calefacción en comparación con combustibles fósiles como el gasóleo y el gas natural o la electricidad.
Esto, junto con la estandarización de los biocombustibles a escala mundial son las claves para que el parque europeo de equipos de biomasa supere ya los 7 millones de unidades. La biomasa aporta más del 80% de toda la energía renovable en la UE, más que la suma de lo que aportan la solar, la eólica y la hidráulica juntas.
«En cuanto al gas natural, un combustible fósil que se ha colado desde hace tiempo en nuestras casas gracias a excelentes campañas de marketing, la volatilidad de su precio -disparado en los últimos 10 meses-, y la preocupación continua sobre la seguridad del suministro derivada de su procedencia geográfica, no nos parecen buenos argumentos para seguir apostando por su uso», argumentan desde la Asociación Española de la Biomasa (AVEBIOM).
Una utilización del gas, que todos los países europeos están intentando reducir para dejar de depender lo antes posible de Rusia, pero que sigue siendo fundamental especialmente en Europa central.
HOGARES AL CALOR DE LA BIOMASA
En la actualidad, según las estimaciones realizadas por el Observatorio de la Biomasa de Avebiom, el parque nacional de equipos de calefacción alimentados con biocombustibles sólidos superará las 440.000 unidades a finales de 2021.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) prevé que entre 2020 y 2030, España puede aumentar la contribución de la biomasa para generar calor en 400 ktep (equivalente al consumo actual en calefacción y ACS de 710.500 hogares españoles), lo que requiere la movilización de 1,2 millones de toneladas de biomasa más.
Los representantes sectoriales admiten que «en verdad, el objetivo del PNIEC nos parece poco ambicioso y, de hecho, según el proyecto Agrobioheat las cifras podrían triplicarse si se movilizasen biomasas de origen agrícola como las podas de frutales, la paja de cereal o el hueso de aceituna, entre otras».