El cambio en el alcantarillado de Londres no es un capricho, es una necesidad. Ya en 2001, las autoridades londinenses encargaron un estudio para investigar el impacto de las descargas de aguas residuales en el río Támesis. El objetivo era encontrar una solución al problema de los desbordamientos. Años después comenzó la construcción de Thames Tideway Tunnel, un ambicioso proyecto para uno de los ríos más icónicos del mundo. Y Ferrovial se encargará de ejecutar su tramo central.
En 2015 se iniciaron los trabajos preparatorios del Thames Tideway Tunnel, que supondrá una inversión total de aproximadamente 4.200 millones de libras (4.680 millones de euros). Esta obra evitará el vertido de aguas residuales no tratadas en el río Támesis y frenará su desbordamiento, que se produce en la actualidad en 34 puntos de la red de alcantarillado londinense. Los trabajos están previstos que se finalicen en el año 2024.
Ferrovial Agroman, junto con la compañía británica Laing O’Rourke Construction fueron las elegidas para la construcción del tramo central del Thames Tideway Tunnel. El precio, 746 millones de libras (más de 830 millones de euros). De esta manera, la multinacional se ha convertido en la primera empresa española con mayor participación en un proyecto clave para la modernización de la red de alcantarillado de Londres, que debe hacer frente a las necesidades de la creciente población de la ciudad británica.
Ferrovial Agroman, junto con la compañía británica Laing O’Rourke Construction fueron las elegidas para la construcción del tramo central del Thames Tideway Tunnel
“Demuestra el potencial de la ingeniería española en todo el mundo. En concreto, para Ferrovial supone una consolidación evidente dentro de Reino Unido, tras otras como Crossrail o la Northern Line”, ha asegurado el director de Construcción-Thames Tideway Tunnel de Ferrovial Agroman, Mariano de Andrés.
El origen del nuevo túnel se sitúa en el oeste de Londres y seguirá la ruta del río Támesis hasta Limehouse, donde continuará hacia el noreste, con destino hasta la estación de bombeo de Abbey Mils. Allí estará conectado al Túnel Lee, que transferirá las aguas residuales a Beckton Sewage Treatmet Works. Al interceptar las aguas residuales antes de que regresen al río, el túnel ayudará a evitar la contaminación periódica, ya que las aguas pueden permanecer en el río hasta tres meses antes de que el flujo de la marea las saque al mar.
Con una extensión de 25 kilómetros de longitud y 7 de diámetro, el túnel-colector recorrerá el Támesis a 60 metros de profundidad. Se requerirán 24 zonas para la construcción, 11 de las cuales se encuentran a la orilla del río. Ferrovial Agromanse encargará de llevar a cabo la región central, que ocupa un total de 12,7 kilómetros. Por su parte, Ferrovial Servicios, a través de su filial británica Amey, se encargará de la integración del sistema cuyo objetivo es proporcionar el control de procesos, equipos de comunicación y sistemas de software para la operación, el mantenimiento y la generación de informes sobre Thames Tidaway Tunnel.
El periodo de la construcción, que asciende a más de siete años, empleará a 4.000 personas en la ciudad de Londres. “Es un proyecto medioambiental que pretende reducir en un 90% los vertidos que hay actualmente en el río Támesis, de los 55 millones de toneladas que se vierten durante el año”, ha señalado De Andrés.
CASI 10 MILLONES DE HABITANTES
La columna vertebral del alcantarillado de Londres está formada por un sistema combinado de alcantarillado que se encarga de recoger aguas residuales junto con agua de lluvia proveniente de carreteras, techos y pavimentos. Este sistema fue construido en el año 1858. No obstante, dicho modelo carece de la capacidad suficiente para satisfacer las necesidades actuales de la ciudad.
El sistema subterráneo de alcantarillas que aprovechaban la orografía de la ciudad puso fin a la distribución de aguas residuales que se extendían por toda la ciudad y dio comienzo a la limpieza del río Támesis. En total, se instalaron 133 kilómetros de alcantarillas principales y 1.770 más pequeñas. No obstante, en tiempos de tormentas severas, el sistema fue diseñado para desbordarse a través de puntos de descarga en las orillas del río, en lugar de inundar calles y hogares. En aquella época, esto podía suceder una o dos veces al año. Hoy en día ocurre todas las semanas.
Se estima que para 2022 habrá cerca de 9,4 millones de personas viviendo en la urbe
El viejo sistema estaba pensado para un máximo de cuatro millones de habitantes, dos millones más de los que había en aquella época en la ciudad. La población actual de Londres se sitúa en torno a los ocho millones de ciudadanos. Y continúa creciendo. Se estima que para 2022 habrá cerca de 9,4 millones de personas viviendo en la urbe. Para hacer frente a dicho aumento, se necesitarán alrededor de 600.000 nuevas viviendas. Por ello, es necesario una mejora del alcantarillado para poder realizar esta construcción.
“El proyecto empezó hace dos años y es de diseño y construcción, y ya tenemos sus frutos: las tuneladores preparadas para empezar el túnel. La duración final es 2022 con un año adicional de pruebas e integración del sistema de los tres contratos diferentes”, ha explicado De Andrés.
FERROVIAL Y REINO UNIDO
El proyecto Thames Tideway Tunnel se suma a los que Ferrovial Agroman está desarrollando en los últimos años en las nuevas infraestructuras de Londres. La participación de la compañía en este sentido es bastante destacada en el desarrollo de Crossrail, con la construcción de los túneles entre Royal Oak y Farringdon, las cavernas de las estaciones de Tottenham Court Road y Bond Street y la estación de Farringdon. Además, es adjudicataria de la ampliación de la Northern Line del metro londinense y la encargada de construir la Queen’s Terminal de Heathrow, inaugurada en 2014.
En 2014, Ferrovial fue elegida junto a LaingO’Rourke para diseñar y construir la extensión Northern Line del metro de Londres. El esquema incluye alrededor de 6 kilómetros de túneles en funcionamiento y dos pozos de ventilación. Cuatro años antes, Ferrovial se convirtió en la compañía adjudicataria del contrato para la construcción de la terminal T2A del aeropuerto de Heathrow, con un presupuesto que ascendía a los 812 millones de libras (cerca de 900 millones de euro).