El arroz blanco es uno de los platos más internacionales que existen. Puedes elaborarlo de cientos de formas diferentes, y funciona bien tanto a modo de plato principal como de acompañamiento para carnes y pescados.
Aunque su elaboración parece de lo más sencillo, a la hora de la verdad tenemos que hacer frente al hecho de que nunca nos queda tan bien cómo nos gustaría. Pero eso se ha acabado, vamos a ver un truco para que te quede perfecto.
1Una forma de cocción para cada elaboración
Si siempre cueces el arroz blanco de la misma forma, estás cometiendo un grave error. Tienes que tener en cuenta unas cosas u otras en función del destino que le vayas a dar a este alimento.
Porque necesitas que su textura sea diferente en cada momento. Por eso, no te traemos un único truco, sino varios.