El campo de Murcia se enfrenta a un reto más y, esta vez, se debe a la paradoja climática que está afectando a los cultivos de la región. En concreto, en las últimas semanas, se han producido unas lluvias que suponen más del 80% de la precipitación anual.
Las lluvias han causado estragos, ya que en algunas zonas concretas han llegado superarse los 400L/M2, mientras que en toda la región de Murcia se han alcanzado los 250L/M2. Pero no es lo único, las incipientes lluvias unidas a la calima y a las recientes heladas suponen un gran problema para los cultivos, lo que ha provocado la pérdida de varias cosechas, sobre todo de hortalizas.
«Después de las lluvias y la calima, tuvimos una caída de granizo con bastante intensidad. El escenario es que Murcia es una región con una agricultura muy tecnificada, muy intensiva y con una gran especialización en cuanto a productos orientados a los mercados. Por lo tanto, es una agricultura que está adaptada al clima de la región y, como es lógico, esta alteración tan fuerte ha hecho un daño enorme», ha explicado a MERCA2 el presidente de COAG Murcia, José Miguel Marín.
«Es un sector primario y las producciones están al aire libre y no podemos controlar las condiciones climáticas que se van a dar», ha aclarado Marín.
INTENSAS LLUVIAS Y BAJAS TEMPERATURAS EN MURCIA
El agua de lluvia, esencial para la producción vegetal y tan escasa en la Región, ha devastado cultivos e impedido labores esenciales para la preparación de cosechas, podas y recolecciones, con las agravantes de pudrición, asfixia radicular y hongos.
«se ha perdido casi el 90% de la almendra de toda la región, el 70% del albaricoque y el 40% de la fruta de hueso»
«Hemos tenido un episodio de lluvias muy importantes en grandes zonas del mediterráneo. En la región de Murcia ha estado durante 5 semanas lloviendo y las precipitaciones han sido muy altas. En concreto, el 80% de lo que llueve un año y con puntos en los que se ha superado la precipitación anual. Lo que ha creado un problema, principalmente, en los cultivos de hortalizas porque se han podrido y no se ha podido pasar a recolectarlas», ha asegurado Marín.
Entre los cultivos más dañados destacan el brócoli, la coliflor y lechuga, que, como todo tipo de hortaliza, llega a un 80% de cosecha con pudrición y asfixia radicular. Esto supone pérdidas de 12.000 € por hectárea, 14.000 €/hectárea en el caso del melón, producto que, igual que la sandía, no ha podido ser trasplantado, y ahora se encuentra en los semilleros para ser destruidos. Mientras que en las plantaciones anteriores a las lluvias de marzo –sandía y melón– hasta el 90% está muerta por asfixia radicular. Además, tampoco se puede preparar el terreno, que todavía embarrado, para realizar las siguientes plantaciones.
«Además, ha venido acompañado de una fuerte bajada de las temperaturas y algunas heladas, que han hecho que se pierda casi el 90% de la almendra de toda la región, el 70% del albaricoque y el 40% de la fruta de hueso», ha indicado Marín.
LA CALIMA HA IMPEDIDO EL NACIMIENTO DEL FRUTO
Las intensas calimas sufridas durante el mes de marzo, con abundantísimo polvo Sahariano, en confluencia con las lluvias persistentes, han provocado, en las diferentes producciones de frutales de la Región de Murcia, daños importantes en los frutos, destacando los problemas para romper el borrón de la fruta, por el barro endurecido motivado por este polvo, que también ha producido un manchado de fruta importante, que la deja fuera de comercialización.
«La calima, en esta ocasión, ha sido mucha la cantidad. Primero, manchó las hortalizas como el brócoli, la lechuga, y las dejó inservibles para salir al mercado. Pero luego, a los cultivos leñosos los cogió en el momento en el que las yemas del fruto están saliendo y va a echar esa flor o ese fruto. Entonces, el polvo sahariano hizo una película que impedía que el proceso vegetativo del árbol siguiera», ha explicado Marín.
LA INADECUACIÓN DE LOS SEGUROS AGRARIOS
La organización COAG también ha alertado de la inadecuación de los seguros a la realidad agraria, ya que no ofrecen coberturas adecuadas a los agricultores. La organización considera que lo que se creó en su día como un mecanismo de estabilidad se ha transformado en un negocio que solo pretende maximizar beneficios. En este sentido, COAG tiene prevista una jornada sobre seguros agrarios para analizar estas cuestiones, que tendrá lugar el próximo día 25 de abril.
«Lo que pedimos es un seguro agrario que se ajuste a las demandas del campo. Lo que decimos es que el seguro ha ido cambiando y se ha ido ajustando hacia un modelo que no es el adecuado. Es un modelo que se ha mercantilizado y lo que se espera de ese modelo son unos beneficios ecónomos, y nosotros queremos un sistema garantista para los agricultores», ha indicado Marín.
«Pedimos que se haga una reforma del sistema de los seguros agrarios y se adapte a las necesidades de los ganaderos y de los agricultores de Murcia y España. Que sea un sistema de estabilización de rentas para agricultores y ganaderos y una herramienta eficaz para la gestión del riesgo climático, como lo que ha ocurrido ahora», ha asegurado Marín.