No podemos negarlo, las patatas fritas son un plato irresistible para niños o mayores. Nos encantan solas, acompañadas, cortadas en bastones, en chips, con salsas o al punto de sal. No es vicio, ni gula, sino una cuestión evolutiva: el cuerpo pide hidratos de carbono y además tenemos una predilección natural por las texturas crujientes, y las patatas fritas lo tienen todo.
El problema es que abusar de esta comida no es algo recomendable y puede suponer un aumento no deseado de peso. ¿Te gustan demasiado y la idea de limitar o prescindir de este manjar se te hace cuesta arriba? No te alarmes, hay varios trucos para prepararlas de forma que no engorden, con muchas menos grasas, e incluso más digeribles.
1¿CUÁNTO ENGORDAN LAS PATATAS FRITAS?
Las patatas en realidad, son unos tubérculos con muy poco aporte calórico, unas 80 kcal por cada 100 gramos. Además aporta vitaminas A, B1, B2, B6 y C, y minerales como potasio, fósforo, hierro, calcio y sodio. Contiene un 82% y es rica en fibra, ácido fólico e hidratos de carbono. Los expertos en nutrición aconsejan incluir patata sin miedo en nuestra dieta habitual, ya que además de ser saludable, es tan versátil que da pie a un montón de preparaciones diferentes.
Y aquí llega el problema, que la cosa cambia según como se prepare y da la casualidad que fritas es como más nos gustan. El proceso de freír las patatas en aceite hace que se incremente un aporte calórico hasta las 300 kcal, y eso si utilizamos aceite de oliva virgen. Si recurrimos a aceites refinados u otros como el de girasol o de colza, podemos llegar hasta las 500 kcal. ¿Cómo hacer para reducir las calorías?