- El 40 % de las empresas españolas mantienen, al menos parcialmente, el trabajo en remoto después de la pandemia.
- El ahorro económico más evidente del trabajo remoto viene de la contratación de talento fuera del mercado nacional, además de otros conceptos como alquileres, energía y suministros.
- Los expertos afirman que las empresas que muestran resistencia al trabajo remoto están dando un paso atrás en la innovación y la curva de aprendizaje obtenida en la pandemia.
- Antes de la pandemia del COVID-19, en España sólo el 5 % de las empresas incluían el trabajo remoto; sin embargo, dos años después, cerca del 40 % de las empresas españolas mantienen esta modalidad laboral, al menos de forma híbrida o parcial.
¿Cuáles son los principales factores que permiten ahorros considerables?
Son múltiples los factores de ahorro que surgen con el teletrabajo y el trabajo en remoto, la mayoría relacionados con los gastos fijos (inmuebles, eventos corporativos, energía y suministros, movilidad, equipamiento); sin embargo, los ahorros más relevantes y generalmente desconocidos, tienen que ver con la deslocalización y contratación de talento fuera de España.
Ahorro en alquileres y amortización de inmuebles:
Se estima que el ahorro promedio en inmuebles por cada trabajador, a tiempo completo, que no precisa un inmueble, es de 5172 € al año por empleado (promedio de varios estudios, entre ellos el de Global Workplace Analytics en 2020). Cuando las empresas no tienen el 100 % de sus recursos humanos operando presencialmente en los inmuebles, pueden prescindir de grandes instalaciones e infraestructuras.
Ahorro en eventos corporativos por teletrabajo:
Debido a las restricciones sanitarias, la reducción de eventos corporativos presenciales ha potenciado la migración a entornos virtuales y remotos. Esto ha abierto los ojos a muchas empresas a reducir tanto los eventos como los viajes corporativos, lo que permite ahorros de entre el 25 % al 40 % para esta partida.
Ahorro en formación por teletrabajo:
Aunque ya se venía percibiendo una tendencia de cambio de lo presencial a lo virtual antes de la pandemia, el confinamiento ha acelerado considerablemente el proceso. Realizar formaciones virtuales en lugar de presenciales, permite reducir en un 50 % los gastos tanto por menor precio de las formaciones, como por la reducción en los gastos de transporte y de tiempo dedicado a los traslados.
Ahorro en energía y suministros por teletrabajo:
Los ahorros por este concepto pueden alcanzar hasta un 70 % de los gastos comparados a tener a todo el personal acudiendo a la oficina. Los ahorros más evidentes son los de suministros (electricidad, agua, limpieza, mantenimiento del edificio, etc. Además, existen ahorros latentes en otras áreas relacionadas con los beneficios sociales de los trabajadores, como tickets de comida, ayudas para los desplazamientos, vehículos de empresa, etc.
Ahorro en las visitas comerciales y reuniones operativas:
Sin tener en cuenta el ahorro en el tiempo al eliminar los traslados obligatorios en la modalidad presencial, se evidencia una reducción de hasta el 25 % en costes de traslados por visitas a clientes o traslados entre sedes. Esto no quiere decir que se eliminen los encuentros, sino que se reducen, o se migran directamente a entornos virtuales con software o plataformas de videoconferencia o trabajo en remoto. Además, al evitar perder tiempo en traslados, aumenta el rendimiento, ya que se dedica ese tiempo a tareas productivas.
Ahorro en los costes laborales
Uno de los ahorros más considerables y a menudo menos conocido, es el de reducir los elevados costes indirectos relacionados con Seguridad Social, pasivo laboral, obligaciones legales relacionadas con adecuación de lugares de trabajo, y un largo etcétera. Como afirman desde la consultora de gestión de equipos de RRHH en remoto 1mib: “podemos contratar talento fuera de España con las mismas competencias y habilidades de los profesionales locales, reduciendo en un 50 % nuestros costes, ya que la mayoría de esas obligaciones legales y costes no se devengan al contratar en el extranjero”. Este ahorro se puede destinar a mejorar el resultado económico de la empresa, o a aumentar la remuneración de nuestro equipo humano y así atraer a más y mejor talento.
El ahorro también es para los trabajadores:
Con esta modalidad de trabajo, las empresas no son las únicas que ahorran, los empleados también ahorran entre 2000 € y 4000 € al año. Este ahorro se ve reflejado en su mayoría en los desplazamientos, pues pueden reducir hasta un 80 % su consumo de gasolina y un 60 % de ahorro en gastos diarios como los cafés a media mañana, las comidas en sus lugares de trabajo, vestimenta y demás artículos para su cuidado diario.
Además, los beneficios no son solo económicos, también obtienen una mayor calidad de vida al conseguir un mayor equilibrio entre la vida laboral y la familiar, y una mayor disponibilidad de tiempo libre, resultado de evitar los desplazamientos. En el caso de los trabajadores que son padres, aumenta su calidad de vida, ya que pueden convivir mayor tiempo con sus hijos.
¿Volver al trabajo presencial es dar un paso atrás?
Volver al trabajo presencial completo es sin duda perder la curva de aprendizaje que la pandemia nos ha dejado, desaprovechar los avances tecnológicos que aumentan nuestra productividad y desaprovechar las ventajas competitivas de adaptarnos en formatos laborables y de subcontratación para captar candidatos que son escasos y caros a nivel nacional, pero que son numerosos y económicos fuera de nuestras fronteras.
En resumen, y como afirman desde 1MIB, consultora experta en contratación y gestión de equipos en remoto, «las desventajas aparentes del trabajo en remoto, que se pueden superar con procesos y herramientas adecuadas para cada empresa, no deben cegarnos de los ahorros y amplias ventajas competitivas para muchos puestos comerciales, técnicos y administrativos, que se pueden realizar desde cualquier lugar del mundo».