El entramado energético español está en profundo proceso de transformación. Primero porque estamos ante el definitivo cambio de paradigma, hay que reducir las emisiones contaminantes sí o sí; y segundo; porque la incidencia de la legislación no puede dañar los planes de inversión para las empresas, ni los retornos económicos. Por eso, el sector eólico, uno de los que más ha invertido, pide a la autoridades que se establezca un marco de confianza regulatoria para los próximos años.
Así lo han expresado los máximos representantes de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) durante la presentación del estudio ‘Impacto del sector eólico en España’ elaborado por Deloitte.
Al margen de los datos macro que presenta el informe, donde se sitúa a la industria eólica a la par de otras muchas y más «mediáticas», la presidenta del organismo, Rocío Sicre, ha dejado claro que debe procurarse una seguridad jurídica y regulatoria para los próximos años con el fin de proteger las inversiones que se realicen en el sector.
Por otro lado, durante la presentación del informe, también se ha hecho especial hincapié en la necesaria repotenciación de los parques eólicos, sobre todo los que han cumplido su ciclo de vida. El objetivo de estos cambios es que se pueda producir una mayor energía con el menor coste. Para ello piden una reglas que incentiven dicha repotenciación de los parques eólicos más antiguos y situados en los emplazamientos con mejor recurso, así como una regulación que permita extender la vida útil de los parques en las condiciones más óptimas posibles, al objeto de mantener la capacidad de generación eólica actual e incrementarla de la forma más eficiente posible.
LA EÓLICA EN PLENA FORMA
Mientras que estos días se discute en diversos foros públicos el borrador sobre la futura Ley de Cambio Climático, desde la AEE han querido sacar pecho sobre la fortaleza de la eólica, aunque no han dudado en afirmar que todavía se pueden hacer mejor las cosas.
El sector eólico, como demuestran los datos del informe, es un sector relevante para la economía española. En 2017, los principales datos son: contribución total al PIB (3.394 millones de euros), generación de empleo (22.578 profesionales empleados), mejora de la balanza de pagos, reducción en la dependencia energética y en los gastos en importaciones de combustibles fósiles (9,2 millones de tep), reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (en 25 millones de toneladas de CO2), y reducción en los precios de la electricidad.
En lo que se refiere a la contribución al PIB, el sector eólico alcanzó en 2017 los 3.394 millones de euros. Este valor supone un 0,31% entre contribución directa e indirecta. El incremento en su contribución al PIB se basa en un cambio en los modelos de negocio con dos vertientes: por un lado, enfocándose a la exportación de la mayor parte de su producción, y por otra en la prestación de servicios de operación y mantenimiento y el suministro de repuestos a los parques eólicos existentes en España.
En 2017, las exportaciones del Sector Eólico ascendieron a 2.391 millones de euros, frente a unas importaciones de 890,5 M€. Como consecuencia, las exportaciones netas supusieron 1.500,4 millones de EUROS, un 65% de la contribución directa al PIB del sector. Las exportaciones del sector eólico son comparables con las de sectores de gran importancia para la economía española, como el vino o el calzado.