La expresión mínimos históricos se ha convertido en torturador soniquete para Telefónica. Desde hace bastantes meses la acción en Bolsa del operador azul ha tenido un comportamiento bastante flojo y su presidente, José María Álvarez-Pallete, intenta dar con la tecla sin llegar a acertar. Aunque por fin, y salvado por la campana, ha conseguido llegar a un día clave para la compañía con un repunte histórico en los últimos tiempos.
Y es que Telefónica celebrará este jueves y viernes en Madrid una nueva edición de su encuentro global de directivos, en la que el grupo presentará su nuevo plan estratégico, el primero elaborado durante la presidencia Pallete y que sustituirá al actualmente en vigor, ‘Elegimos todo.
La Caja Mágica de Madrid será el escenario que acogerá esta semana a unos 900 directivos de Telefónica de todo el mundo y en el que se presentará un plan en el que han trabajado varias áreas de la empresa con el fin de fijar las directrices para que Telefónica siga creciendo y siendo relevante.
El nuevo plan estratégico tomará el relevo al presentado en noviembre de 2015 por el entonces presidente, César Alierta, que, bajo el lema ‘Elegimos todo’, tenía como objetivo de convertir a la empresa en una ‘Onlife Telco’.
GRAN REPUNTE EN BOLSA PARA TELEFÓNICA
Después de unos primeros nueve meses del año con una caída del 18% en el Ibex 35, los accionistas de Telefónica respiran un poco más tranquilos gracias a un cambio de tendencia que ha llevado a los títulos de la operadora a subir un 17,5% desde mínimos anuales marcados en septiembre.
Las acciones de Telefónica abrieron 2018 a un precio de 8,12 euros en la Bolsa de Madrid. Desde un primer momento, acumularon sesiones en rojo hasta caer por debajo de los 7 euros en septiembre (6,63 euros el 17, mínimo anual). A partir de ahí, han dibujado una línea ascendente a medio plazo hasta afrontar de nuevo los 8 euros (7,77 al cierre del miércoles). Este cambio ha tenido un especial acelerón la última semana con una subida cercana al 7% en las últimas cuatro sesiones.
De esta manera, la cotización de Telefónica se acerca a la casilla de salida en 2018 tras once meses convulsos. Solo sería necesario un saldo positivo en diciembre que rondara el 2,5-3% para cerrar el año por encima de como lo abrió. En 2017 finalizó con un retroceso del 3,8%, mientras que el Ibex 35 subió un 7,4% en los doce meses. El principal selectivo español logró romper dos años de caídas consecutivas, si bien fue el peor índice de Europa.
Entre los grandes accionistas de la compañía, hay estrategias diferentes. Por un lado, Blackrock ha deshecho posiciones este año en la operadora. El tercer mayor poseedor de títulos de Telefónica ha reducido su cartera un 36,37% desde enero, según datos de Bloomberg. Por otro lado, Vanguard no ha dejado de incrementar su presencia en la compañía dirigida por José María Álvarez-Pallete desde 2013. En estos cinco años ha pasado de tener 33,13 millones de acciones a 135,63 millones de acciones.
POR QUÉ HA PASADO TODO ESTO
El pelotazo que ha pegado en Bolsa Telefónica se puede atribuir a diversos factores, todos acertados y sin que ninguna sea preciso. Por un lado durante los últimos días sobrevuela la posibilidad de que Bruselas vuelva a tener una línea de acción más blanda de acción en lo que respecta a las fusiones y adquisiciones entre operadores. Esto, por lo tanto, genera mayor confianza puesto que, cuanto mayor sea el tamaño de una compañía, más solidez aporta a los inversores.
Por otro lado, las desinversiones en Latinoamérica en forma de ventas de filiales cada vez toma mayor forma. Así, los procesos abiertos en mercados como México o Argentina podrían ser una realidad en breve. De este modo, nuevo espaldarazo para los accionistas.
Además, tampoco hay que olvidar que los operadores pueden entrar en una fase de ajustes de plantilla, algo que, aunque socialmente tenga una mala visión, empresarialmente siempre supone una tranquilidad para los inversores como descuentas ahorro de costes para la compañía. Y, aunque eso ahora mismo Telefónica no lo tiene sobre la mesa, algunos competidores directos sí, por lo que tampoco se debe descartar del todo.
Con información de Raúl Masa (@raulmasa)