La posición de Dia parece consolidada. Los difíciles momentos vividos, especialmente en 2019, en los que la empresa casi acaba en disolución, parecen olvidados. De hecho, la nueva estructura de capital, reforzada a finales del año pasado, y la nueva imagen de la compañía, tras el cambio de cara en sus tiendas, dan una imagen de solidez a la firma de distribución. Pero conviene rascar más allá de las apariencias. Y es que la realidad es que su pobre desempeño operativo le deja cada vez un margen de error más pequeño.
EL PLAN DE INVERSIÓN
El grupo está inmerso en un plan de inversión que busca, entre otras cosas, ese lavado de cara. Pero se requiere mucho más. Especialmente, Dia necesita volver a atraer a los consumidores hasta sus tiendas para extender sus márgenes. Sin ello, la compañía parece abocada a volver a poner en duda su supervivencia más pronto que tarde. El 2021, fue una buena muestra de esos problemas. Así, la firma de distribución cerró el ejercicio con un margen bruto, o Ebitda, del 1,9%. Una cifra que le sitúa entre los peores del sector. También en una situación preocupante.
De hecho, Lidl, su principal rival en España por cuota de mercado, goza de una rentabilidad sobre ventas cercana al 5%. Ahorramás, otro supermercado que pelea en la franja de precios bajos, supera cómodamente esa barrera. Incluso otras firmas, que no tienen tanto poder de fijación de precios, mantienen rentabilidades holgadamente superiores al 2%, lo que suponen de media entre un 20 y un 30% más que los datos con los que trabaja Dia. Eso, al final, han llevado a los analistas a poner la lupa en la compañía: “el minorista no puede permitirse más años improductivos”, sintetizan algunos de ellos.
LA COMPETENCIA Y LOS ALTOS COSTES CONVIERTEN LA OPERATIVA EN UNA RATONERA
Y es que Dia está aquejado principalmente de dos problemas que, por ahora, no ha podido solucionar. El primero es la agresiva rivalidad en el sector. “Un riesgo clave que vemos está relacionado con la competencia en Iberia, dónde los líderes de la industria están en mejores condiciones para aceptar márgenes más bajos”, advierte un informe interno de Bloomberg. Eso implica a su vez varios problemas importantes. Por un lado, obliga a la firma a tener que enfrentar a jugadores con más recursos en una guerra de desgaste para ofrecer precios bajos, aun a riesgo de hundir márgenes.
De hecho, en la actualidad, la firma está atrapada por un entorno muy hostil, ya que los costes se están disparando. Mire donde mire Dia, la operativa es cada vez más compleja por los elevados precios de la energía (que cada vez tienen más peso al mantener un mayor volumen de alimentos frescos), de la mano de obra y de las materias primas que, a su vez, se intentan traspasar en la cadena de distribución. La única escapatoria sería seguir desplazando el incremento de precios hacía los consumidores, pero cuando eres un actor pequeño es más complicado.
la firma está atrapada por un entorno muy hostil PORQUE LOS COSTES SE ESTÁN DISPARANDO
Tanto es así, que sí lo intentas, como es el caso de Dia, terminas sufriendo porque pierdes clientes. Esa es la otra parte del complejo puzle de la fuerte competencia en el sector de la distribución. Un problema, además, que está afectando con fuerza a la firma controlada ahora por el fondo LetterOne. De hecho, la cuota de mercado lleva más de dos años cayendo en picado. El último dato ofrecido por Kantar, a través de su panel para España, es que la compañía tenía una cuota de mercado del 4,6% a finales de enero de 2022. Una cifra que se sitúa muy lejos del 6,5% en la misma fecha en 2019.
DIA SE VE INCAPAZ DE ATRAER O RETENER CLIENTES
Aunque esa caída ya explica porqué la compañía cada vez está más cerca del abismo, todavía esconde algunos detalles importantes. Y desagradables para LetterOne y sus accionistas. En primer lugar, que es la firma (entre las grandes) con la caída más acuciada. Por ejemplo, supone hasta diez veces más que la registrada por Eroski, la otra única compañía que cae en ese periodo. En segundo lugar, que ese desplome se ha visto acentuado tras el paso de la pandemia. Así, a mediados de mayo no solo mantenía una cuota de mercado del 5,9%, con lo que la caída no era tan fuerte, sino que implicaba haber ganado clientes desde que comenzase el 2020.
a mediados de mayo no solo mantenía una cuota de mercado del 5,9%
Pero desde entonces, se aceleró la caída. A finales de enero del año pasado ya había caído al 5% y doce meses después, en enero de 2022(último dato registrado), Dia registraba su mínimo con el 4,6%. La lectura de los datos es preocupante. Y es que implica no solo que el grupo no ha sabido retener a los clientes pese a las inversiones realizadas para mejorar las tiendas, sino que no ha logrado atraer clientes pese a comprimir sus márgenes, esto es intentar no trasmitir las subidas de precios a los productos.
SOLO UNA OPCIÓN
Ahora, la única opción pasa por seguir acometiendo esas mejoras con el plan de inversiones que está encima de la mesa. Y también seguir peleando por ofrecer los precios más bajos, aunque eso suponga unas rentabilidades más pequeñas. De hecho, esa es una de las razones por las que LetterOne trabajó a destajo a finales del 2021 para fortalecer su posición financiera. “Dia tiene ahora poca deuda para refinanciar hasta 2025, tras su ampliación de vencimientos. El aumento de capital de más de 1.028 millones de euros también facilita el servicio de los pagos de intereses de las operaciones subyacentes, especialmente si la inflación genera una presión alcista sobre las tasas”, señalan los analistas de Bloomberg.
A su vez, la posición de liquidez de la compañía garantiza que las necesidades operativas a corto plazo pueden cubrirse, principalmente en efectivo y equivalentes. Además de contar con líneas de crédito. Pero esa cómoda posición financiera no se puede mantener indefinidamente, más si cabe, si la evolución operativa no mejora. Al fin y al cabo, aquí entra su segundo gran problema: los problemas que arrastra. “La pérdida de competitividad y el gasto derrochador bajo la administración hizo un daño que podría llevar años para reparar”, advierten los analistas. Aunque como se ha demostrado, esos problemas todavía continúan con la nueva administración.
Su posición de liquidez garantiza que las necesidades operativas a corto plazo pueden cubrirse
LA SOMBRA DE LOS OLIGARCAS RUSOS ES DEMASIADO LARGA
Por último, todavía queda un factor de inestabilidad que aparecerá recurrentemente como es el papel de Mikhail Fridman dentro de Dia y las sanciones a los oligarcas rusos en territorio europeo. LetterOne se ha distanciado de los principales patrocinadores financieros y miembros de la junta de Rusia. Además, la dirección ha reiterado que no está directamente bajo sanciones. Aunque los nombres y las sospechas se acumulan. Fridman es el más importante evidentemente.
Pero hay más. Las aportaciones o las transferencias de dividendos a Petr Aven están congeladas. Además, German Khan, Alexey Kuzmichev y Andrei Kosogov también renunciaron a la junta a pesar de no haber sido sancionados en ese momento. En definitiva, en Dia se están agolpando demasiados factores de inestabilidad que pueden terminar explotando por cualquier sitio. Incluso, pese a que la financiación y la estructura de deuda ahora sean un colchón confortable. La solución pasa por una mejora en los resultados operativos, aunque ahora mismo parece difícil. Quizás pronto la pregunta sea: ¿Cuánto más está dispuesto a aguantar con pérdidas LetterOne (y Fridman)?