miércoles, 11 diciembre 2024

Faurecia guarda silencio sobre la situación de sus 400 empleados de Vigo en ERTE

Si no hay nada bueno que decir, mejor estar callado. Esa es la teoría que ha decidido seguir Faurecia Asientos de Galicia. El fabricante de componentes automovilísticos, perteneciente al grupo francés Faurecia, no está pasando una buena racha. Se ha quedado fuera del proyecto K9, las furgonetas Berlingo, Rifter y Combo de Grupo PSA, su principal cliente. Por lo que, a partir de agosto, ha decidido poner en marcha un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para la totalidad de su plantilla de Vigo, que asciende a 366 personas.

La compañía ha anunciado que hasta 2020 no habrá trabajo para todos sus empleados. Pero esta situación ya se pronosticaba desde 2016. Fue en ese año cuando Faurecia perdió la adjudicación de los asientos de los nuevos modelos de PSA. Por ello, la empresa y sus sindicatos pactaron un nuevo convenio colectivo a cinco años donde se marcaba la necesidad de un ERTE durante el 2018 y el 2019 para poder mantener la totalidad de los puestos de trabajo.

La controversia no tardó en llegar. Lo que parecía que iba a ser un año caótico se convirtió en un ejercicio cargado de trabajo hasta la época estival. El ERTE se inició tras las vacaciones, el pasado 27 de agosto. Y durará hasta el 31 de diciembre de 2019. Casi un año y medio donde los empleados trabajarán de forma intermitente.

Pero Faurecia no ha querido hablar del tema. Tras su propuesta de traslado a otras fábricas del grupo para sus empleados vigueses para no sufrir el ERTE, la empresa prefirió guardar silencio. Nada que comentar sobre la situación en la que se encuentran, de cómo se está desarrollando el expediente y de si al final algún empleado aprovechó la oportunidad de desplazarse a otras factorías.

Sin embargo, los sindicatos sí han mostrado su opinión. La sección sindical de la CIG en Asientos de Galicia ha asegurado a MERCA2 que, tras la firma del nuevo convenio colectivo, el empleo y las condiciones se mantuvieron durante 2016 y 2017. Pero en 2018 todo cambió. Este año los sueldos de los trabajadores se redujeron en 145 euros al mes. En 2019, los empleados percibirán cerca de 83 euros menos que en 2017. No será hasta 2020 cuando los sueldos se equiparen a la situación de 2016. Y además el ERTE.

EL ENGAÑO A LOS EMPLEADOS

Las mismas fuentes sindicales han asegurado que los trabajadores se sienten «engañados». Por una diferencia de siete votos, el ERTE se llevó a cabo. “Pasado un tiempo, la gente se dio cuenta de que los firmantes los habían engañado. El ERTE se realizaría porque el 2018 iba a ser caótico y había que preservar los puestos de trabajo. Pero hasta agosto fue un año con muchísima carga productiva”. La CIG ha querido dejar claro que ellos no firmaron el convenio.

Sin embargo, hasta 2020, todos los trabajadores formarán parte del ERTE rotatorio. Pero no a toda la plantilla le afecta por igual. Del total de los empleados, 66 personas forman parte del personal de oficina. Para ellos, el ERTE supone una reducción de su jornada del 25%, es decir, dos horas diarias menos.

Por su parte, las 300 personas restantes, que forman el groso productivo de la compañía, tendrán que parar 300 días de los casi 500 que estará vigente el ERTE. Siempre de manera rotatoria. Durante el tiempo que estén en sus casas, estarán cobrando la prestación por desempleo, “ya que toda la plantilla tiene”. Además, la empresa se ha comprometido a que todos los empleados percibirán el 85% de su sueldo. Esto significa que si la prestación es menor, Faurecia Asientos de Galicia se hará cargo de aportar el monto restante.

“Ahora mismo estamos en casa entre el 55% y el 60%. Es decir, apenas un 40% de la plantilla está trabajando”, ha explicado la sección sindical de la Confederación Intersindical Galega (CIG).

FAURECIA PLANTEA PROPUESTAS DE SALIDA

Pero parece que Faurecia tampoco estaba muy conforme sobre el ERTE, ya que supone un desembolso para la compañía en el caso de que sus trabajadores no reciban del ‘paro’ el 85% de su salario. Por eso ha querido buscar alternativas para sus empleados. Una de las primeras propuestas fue el desplazamiento de su personal a otras factorías del grupo donde sí hay trabajo para ellos.

“Muy pocos trabajadores optaron por esta opción. Apenas 6 o 10 empleados, sobre todo encargados, fueron a otras fábricas”, explican los sindicatos. No se trataba de una propuesta muy tentadora. Las personas tendrían que desplazarse hacia otro punto de la península para trabajar. Pero si se quedaban en sus casas descansarían 300 días y cobrarían solo un 15% menos que si los hubiesen trabajado.

Copo Ibérica también se presentó como una opción. La compañía, perteneciente a Faurecia en un 50%, se dedica también a la producción de componentes automovilísticos. La empresa ofertó 40 plazas a sus empleados para trabajar durante un año en Copo, que tiene su planta en Mos, tan solo a 9 kilómetros del Parque Tecnológico y Logístico de Valladares (Vigo), donde se encuentra Faurecia.

“A día de hoy, no hay ningún trabajador que optase por esta alternativa. Tendría que trabajar un año en Copo y después volvería a Faurecia. Sin embargo, estaría trabajando pero cobrando menos de lo que en la actualidad percibimos estando en el ERTE, que asciende a algo más de 1.000 euros”.

BUENA SITUACIÓN ECONÓMICA

A pesar del ERTE, parece que la situación económica de la compañía no es mala. Tal como han explicado las fuentes sindicales, solo Faurecia Asientos de Galicia obtuvo un beneficio neto de 15 millones de euros en 2016, los últimos datos conocidos. “Estas cifras no las tiene ninguna empresa auxiliar de la automoción del entorno. Y en 2017, aunque todavía no tenemos los datos, se espera mucho más, ya que hubo más trabajo”.

Por su parte, el grupo Faurecia ha ganado en el primer semestre de 2018 hasta 342 millones de euros. Esto supone un incremento de más del 10%. “El crecimiento de los ingresos del 5% alcanzado en los seis primeros meses parece ser sostenible en la segunda mitad del año, en medio de ganancias en las divisiones de Asientos e Interiores y los nuevos lanzamientos de los modelos de PSA”, han explicado los analistas de Bloomberg Intelligence.

No obstante, en lo que va de año, la evolución de la compañía en bolsa no está siendo nada buena. El consorcio ha perdido más de un 38% del valor de sus acciones. Ha pasado de un precio que rondaba los 65 euros por título a menos de 40 euros por acción.


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