Nissan ha urgido al comité de empresa a cerrar el convenio colectivo que mantenga la competitividad de la planta de Ávila tras las reuniones sin éxito de las últimas semanas con el fin de alcanzar un acuerdo que «permita consolidar el proyecto de transformación de este centro industrial», ya que se está llegando a «una situación límite».
En un comunicado, la compañía defiende que, «en contra de lo manifestado por la representación de los trabajadores», en estos encuentros ha planteado «sucesivos incrementos salariales consolidados» en línea con el convenio de Renault, con la actual evolución del IPC y para «asegurar la competitividad futura de la planta en el polo industrial de la alianza en Castilla y León».
Nissan asegura que las propuestas «no se han visto reflejadas en un cambio de posicionamiento por parte del comité de empresa», el cual «continúa bloqueando el progreso de las negociaciones», según ha lamentado, para considerar a continuación que «la inflexibilidad de la representación de los trabajadores está abocando a la planta a una situación límite, ya que compromete la buena marcha del proceso de transformación y el futuro de la propia fábrica».
La compañía entiende que es hora de llegar «lo antes posible» a un acuerdo que «permita mantener a la planta en los márgenes de competitividad para atraer proyectos y nuevas actividades que garanticen su estabilidad y su futuro a largo plazo».
La situación económica derivada de la crisis provocada por la pandemia de Covid-19 y el retraso en la construcción de la planta de estampación, ambos factores «fuera del control de Nissan», han provocado que en el actual ejercicio fiscal (abril 2021-marzo 2022) la planta dejará de producir un 47% del volumen esperado, lo que ha tenido «un impacto final en pérdidas de negocio en el ejercicio de 2021, que se acumulan a las ya registradas en 2019 y 2020», ha recordado la firma automovilística.
COMPROMISO CON EL EMPLEO
Pese a esta situación, con los trabajos de introducción de las nuevas piezas, Nissan defiende que ha mantenido «el compromiso de recuperación del empleo que adquirió en el Plan Industrial».
El proyecto de transformación de la fábrica en un centro de recambios se encuentra «en plena fase de despliegue», ya que la compañía ha introducido la fabricación de recambios para varios modelos de Renault y Nissan, a la vez que se han puesto en marcha «otros proyectos no incluidos en el plan original», con el objetivo de «dotar de mayor carga de trabajo a la planta».
Esta transformación se acelerará este año, según defiende la empresa, una vez que se concluyan «dos infraestructuras clave» como el almacén logístico y la nave de estampación.
El almacén contará con 21.000 metros cuadrados de superficie y si bien sus dimensiones «serán menores a las planificadas inicialmente en el polígono de Vicolozano», este cambio «no supone una rebaja de los objetivos de industrialización de la planta».