Son numerosas las diferencias que hay entre unos y otros tipos de hipotecas. Una de ellas guarda relación con el tema del que hablaremos hoy. Nos referimos a tener siempre la misma cuota o, por el contrario, hacer frente a cambios que pueden ser favorables o resultar más bien perjudiciales a nivel económico.
En caso de querer estabilidad es preferible optar por las hipotecas fijas. De esta manera, por muchos años que dure el préstamo en cuestión la cifra a pagar mensualmente siempre será la misma. Sin embargo, todo lo contrario sucede con aquellas cuyo interés es variable.
Son precisamente estas hipotecas las que dan pie a que se produzcan revisiones en las que la entidad bancaria que ha prestado el dinero a su cliente se encarga de determinar cuál será la nueva cuota. También puede ser averiguada directamente por ti. ¿De qué manera? Basta simplemente con hacer uso de un simulador de hipotecas para calcularla, el cual suma de forma directa el Euríbor sin que lo tengas que realizar de forma manual.
Indistintamente de las herramientas utilizadas por el prestamista a la hora de calcular la cuota, la revisión tiene lugar siguiendo un procedimiento que describiremos a continuación. Además, también mencionaremos la periodicidad con la que se suele hacer.
Así se llevan a cabo este tipo de revisiones
La primera acción que tiene lugar se resume en revisar el tipo de interés asociado al producto hipotecario, cuyo tipo debe ser variable. Acto seguido llega el momento de hacer un cálculo, obteniendo con él la cuota que, mes tras mes, deberá ser abonada dependiendo de varios aspectos.
El Euríbor puede haber cambiado bastante respecto al momento de conceder la hipoteca o a la última revisión efectuada. La cuota también varía en función del diferencial que se estableció contractualmente, así como del capital que todavía queda por abonar y los años restantes.
El hecho de que el Euríbor suba o baje afecta de manera directa al resultado obtenido con estas revisiones. Y es que en caso de que los tipos de interés experimenten un incremento, exactamente lo mismo hará la cuota de la hipoteca variable tras ser revisada, obteniendo una nueva cuota que te supondrá un mayor gasto.
Por supuesto, justo lo contrario sucede si el Euríbor baja. Es por este motivo que muchos de los propietarios que mes tras mes pagan su hipoteca no dudan en consultar con cierta regularidad el valor actual que tiene dicho tipo de interés.
Afortunadamente la situación está lejos de ser la que hubo no solo en el año 2001, sino también en 2008, produciéndose subidas muy acentuadas del Euríbor. A finales del 2011 inició una caída que se mantiene a día de hoy, siendo actualmente un tipo de interés de -0,377.
Conviene destacar el hecho que de las revisiones se encarga la entidad bancaria al cien por cien. Es decir, tú no tienes que realizar ni una sola acción: llamadas, desplazamientos, etcétera. Es de agradecer, aunque en tiempos pasados ello se traducía en desinformación. Algunas personas no sabían la cuota en la que se quedaba su hipoteca tras ser revisada hasta que llegaba el primer mes que se veía afectado por el cambio en cuestión.
Por suerte, este tipo de situaciones ya no se producen en los tiempos que corren. Y es que algunos bancos incluso avisan con notificaciones push, siempre y cuando los clientes dispongan de la app oficial instalada en su dispositivo móvil. Ciertas entidades optan por comunicar esta información vía correo electrónico. En cualquier caso, la nueva cuota es informada al susodicho para que sea consciente de si se mantiene igual, ha subido o afortunadamente presenta una bajada.
¿Cuándo se hace la revisión de hipotecas?
Ahora que ya sabes cómo se realiza esta acción tan importante, llega el momento de averiguar exactamente cuándo tiene lugar. No existe una respuesta matemática, puesto que es algo que puede llegar a variar bastante en función del banco en el que deposites tu confianza para hipotecarte con tal de comprar una vivienda.
En la mayoría de casos la revisión de una hipoteca se realiza una vez por año. Sin embargo, algunas entidades bancarias se decantan por hacerlo semestralmente.
Atrás quedan los tiempos en los que los contratos eran un tanto ambiguos en este sentido. Hoy en día todos los bancos dejan claro el momento exacto en el que tendrá lugar cada revisión, indicando el día en que da comienzo la amortización. Aunque hay un aspecto que sí varía dependiendo de cada entidad.
En algunos casos las revisiones se realizarán el mismo día del mes en que se inició el proceso hipotecario, mientras que en otros acaba optándose por empezar las revisiones el primer día del siguiente mes. Por ejemplo, si son revisiones semestrales y la hipoteca dio comienzo un 16 de diciembre, se calcularía la cuota cada 1 de enero y 1 de julio.