La calidad del agua no es un hecho que se deba dar por sentado, si se tiene en cuenta que es un solvente universal que frecuentemente contiene numerosos elementos y sustancias disueltos en ella. Sin embargo, a simple vista, el agua puede parecer cristalina y saludable.
En este contexto, cobran una gran importancia los laboratorios para el análisis del agua, que a través de un proceso químico o físico determinan su calidad en una muestra del líquido para analizar. En Laboratorios Diama, con más de 30 años de experiencia en el sector, son especialistas en la identificación de microorganismos que resultan perjudiciales para la higiene y la salud humana, así como también en el control y erradicación de especies invasoras. Asimismo, son expertos en consultoría medioambiental.
¿Por qué son importantes los análisis de agua potable?
El proceso de tratamiento del agua destinada al consumo humano, y que también se utiliza para preparar alimentos, comienza en los pozos, embalses y ríos, realiza un largo recorrido a través de la red de distribución desde que es potabilizada hasta llegar al consumidor.
A pesar de que las instalaciones públicas de tratamiento del agua garantizan que el líquido suministrado a las ciudades es potable, existen sustancias contaminantes que pueden ser muy difíciles de detectar, sobre todo cuando se trata de grandes cantidades.
Sin embargo, a raíz de esta problemática, existen laboratorios de análisis de agua que cuentan con la tecnología necesaria para elaborar minuciosos informes de alta fiabilidad, que determinan si existe algún contaminante. Adicionalmente, cuando en el agua se detectan disconformidades, Diama ofrece soluciones sobre el tratamiento más adecuado para su mejora.
Calidad del agua y su influencia en la salud
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), existe una relación directa entre la falta de acceso al agua potable y las probabilidades de padecer enfermedades digestivas u otras patologías. En este sentido, el agua destinada a ser consumida, entre otras consideraciones, debe estar libre de microorganismos patógenos (bacterias, virus, hongos), sustancias radiactivas y, por lo tanto, cumplir con ciertos estándares de pureza y potabilidad.
Cuando pequeños microorganismos y sustancias contaminantes entran en contacto con el agua, las consecuencias para la salud de las personas pueden ser perjudiciales; a los problemas digestivos pueden sumarse otras enfermedades y, en algunos casos más graves, hasta provocar la muerte.
Por esta razón, realizar un análisis de agua en un laboratorio de forma periódica resulta tan relevante. A pesar de ello, debe llevarse a cabo con urgencia en caso de encontrar algún sabor extraño al consumirla, cuando se observa alguna variación de color, olor o de turbidez, o si la persona que la ingiere se mantiene constantemente padeciendo enfermedades digestivas, sin razón aparente.