El 21% de los demandantes de vivienda no pretende vivir en ella. Así, el 9% la compra como inversión y el 11% la adquiere para usarla como segunda residencia, según el informe ‘Experiencia en compra y venta en 2021’ de Fotocasa.
Entre los que compran como inversión, el 90% pretende alquilarla, frente al 10% que no tiene pensado hacerlo. Además, el 74% se decanta por arrendamientos de larga estancia, mientras que solo un 15% la quiere utilizar para estancias cortas o vacacionales.
En cuanto a los que la compran como segunda residencia, el 32% la pretende alquilar, frente al 62% que no tiene pensado hacerlo. Dentro del primer grupo, el 20% la quiere alquilar para estancias cortas o vacacionales frente al 11% que lo hará para larga duración.
Los motivos para alquilar una vivienda son principalmente por la rentabilidad que ofrece (67%), porque ha solicitado una hipoteca y así la pagará sin esfuerzo (22%) y para esperar a que la vivienda incremente su valor para venderla después (12%).
La directora de Estudios y portavoz de Fotocasa, María Matos, ha destacado que el mantenimiento de tipos de interés bajos sumado a la incertidumbre provocada por la crisis sanitaria ha consolidado los activos inmobiliarios como «refugio para los inversores».
Asimismo, ha señalado que en 2020 la rentabilidad de la vivienda alcanzó la cota más alta de la década, situándose en un 6,8%, y en 2021 disminuyó ligeramente hasta un 6,5%.
AUMENTAN LOS COMPRADORES DE VIVIENDA QUE YA TENÍAN OTRA PROPIEDAD
El 64% de los particulares que han comprado o intentado comprar una vivienda en el último año tienen, al menos, una vivienda en propiedad, frente al 56% de 2020. Una cifra que aumenta con la edad. Así, el 60% de los jóvenes compradores entre 25 a 34 años no tenían ninguna vivienda en propiedad, en comparación al 15% de compradores entre 55-75 años que sí tenían una vivienda en propiedad.
Asimismo, en el informe se ha señalado que 8 de cada 10 demandantes de vivienda en propiedad pretenden utilizarla como residencia habitual. En este grupo, el 90% de los jóvenes entre 25 y 34 años que han intentado o han comprado una vivienda con uso residencial en el último año pretenden utilizarla como primera residencia. Por otro lado, entre las personas de 55 y 75 años, el 62% pretende usar la nueva residencia comprada como vivienda habitual, el 21% como segunda residencia y el 16% como inversión.