sábado, 23 noviembre 2024

Sorpresa en el sector energético: 2022 alumbrará dos Naturgys

Salta la sorpresa en el sector energético. Tras poner punto y final a la «saga» de la opa parcial de IFM, de la que la compañía que preside Francisco Reynés quiere «pasar página», la gasista anuncia una operación sin precedentes «y con consecuencias espectaculares para España»: 2022 será testigo del nacimiento de las dos Naturgys.

El gigante energético pilotará su propia catarsis: se convertirá en «dos campeones nacionales en tamaño y capitalización, por encima de la mitad de compañías del Ibex 35», divididos en función de su actividad, antes de que acabe 2022. Naturgy aprueba así escindir el grupo en dos compañías cotizadas que englobarán los negocios regulados (infraestructuras de gas y electricidad) y liberalizados (generación y comercialización), bajo el denominado proyecto Géminis.

La propuesta del Comité de Dirección de la compañía, que fue aprobada por unanimidad en el consejo de administración del pasado 1 de febrero, nace con el objetivo de «potenciar el papel de Naturgy en la transición energética y acelerar así su plan estratégico».

La ambiciosa apuesta del proyecto Géminis, «un proceso de transformación continuo y discreto» sustentado en aras de potenciar la transición energética que exige «disponer de infraestructuras necesarias para dotar y acercar los suministros al consumidor» y de «adecuar el mix de generación», despierta dudas en relación a los plazos de ejecución, el nombre asignado a cada una de las compañías resultantes de la escisión, la percepción de los inversores sobre esta operación y el comportamiento de las ‘nuevas acciones’ en Bolsa, por citar algunas de las incertidumbres que plantea un movimiento de este calado.

SEPARAR UN VALOR DE EMPRESA DE 40.000 MILLONES

La actual Naturgy tiene un valor de empresa de unos 40.000 millones de euros, sumando su capitalización a día de hoy de unos 27.000 millones de euros y la deuda a cierre del año pasado de casi 13.000 millones de euros, a repartir entre las dos nuevas compañías.

No obstante, el valor final tras el proceso de cada una de ellas dependerá de la asignación final de la deuda para que cada compañía mantenga sus objetivos crediticios de ‘investment grade’, señaló Reynés.

Así, el ejecutivo de la energética indicó que se crean «dos hermanos gemelos» con esta escisión del grupo, con el objetivo de que cada una de las dos compañías se «focalicen» en sus actividades respectivas.

De esta manera, el proyecto supondrá la separación de negocios de Naturgy en esos dos grandes grupos cotizados, que mantendrán la composición accionarial actual y se situarían entre las primeras veinte compañías del Ibex por capitalización bursátil.

El presidente de Naturgy apuntó que esta nueva configuración permitirá, entre otras cosas, «simplificar y focalizar» la gestión de cada uno de los dos nuevos grupos, asegurando, además, que no tendrá ninguna implicación desde el punto de vista del empleo y que «no se contempla la venta de ninguna compañía». En realidad, añadía Reynés, se trata de «evitar todos los problemas de un gran conglomerado» con el objetivo de que la compañía por separado «valga más, tenga mayores opciones de crecimiento y de competitividad».

La idea es que la visión global no afecte a las decisiones de las dos ramas de negocio por separado. De igual manera que el plan estratégico de la compañía se mantendría intacto porque «la estrategia de Naturgy será la suma de la estrategia de sus negocios», asegura el presidente de la energética.

ESCISIÓN EFECTIVA DURANTE 2022

En lo que respecta al calendario, Naturgy espera finalizar el análisis de la operación en los próximos meses, con el objetivo de ejecutar la escisión a lo largo de este año, después de someterlo a la aprobación definitiva por parte de la junta general de accionistas.

Además, Reynés estimó que el momento actual es el «idóneo» para lanzar este proyecto, ya que antes «ni la plantilla, ni la organización, ni la cultura estaban preparadas para que la batuta la llevara el management y no el consejo, y que fuera posible avanzar en esta dirección.

Asimismo, añadió que todavía no se conocen los nombres que tendrán estas dos nuevas empresas. «Cuándo nazca el bebé, ya se decidirá, lo más relevante es hacer una correcta reasignación de los recursos y la deuda financiera a cada una y poder dar a los accionistas dos acciones cuando tienen una», dijo.

Reynés también subrayó que este proyecto «no es una respuesta a nadie» y destacó que con esta decisión se busca «hacer lo mejor para el bien de la compañía y sus accionistas», considerando que la entrada en el consejo de administración de IFM supone ya «pasar página» tras la OPA parcial que culminó con el desembarco del fondo australiano en el accionariado.

UN PROCESO SENCILLO A ESCALA GIGANTE

El proceso se magnifica por el número de filiales que se aglutinan bajo el paraguas de Naturgy y las cifras que mueven sus líneas de negocio. Si bien, en sí el proceso no es más que una «escisión mercantil», al menos así lo ven desde Naturgy, que minusvaloran las dudas iniciales que puede generar una operación compleja por el volumen de negocio.

De hecho Reynés la califica como «una operación sencilla pero a gran escala» e insiste en que «no cambia nada, la compañía sigue siendo la misma». Tanto es así, que «no habrá afectación» en la Ejecutiva «actual», matiza.

NEGOCIOS LIBERALIZADOS

De esta manera, uno de los dos grupos que surgirán de esta escisión gestionará esos negocios liberalizados, que abarcan el desarrollo de las energías renovables, la cartera de clientes de energía y servicios asociados, el parque de generación convencional que asegura el suministro energético, y la gestión de los mercados mayoristas de energía.

Así, contará con unos objetivos a 2025 de más de 25 gigavatios (GW) de capacidad de generación eléctrica instalada -14 GW en generación renovable y 11 GW de generación convencional-, 11 millones de clientes, y una cartera diversificada de aproximadamente 290 teravatios hora (TWh) de aprovisionamientos de gas.

El otro grupo aglutinará todos los negocios dedicados a la gestión de infraestructuras reguladas de distribución y transporte de energía, conformados por más de 155.000 kilómetros de redes de electricidad, 135.000 kilómetros de redes de gas y 16 millones de puntos de conexión, presente en seis países.


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