El taxi ha celebrado este jueves la convalidación en el Congreso del real decreto ley de las VTC. Una normativa que se tramitará como Ley, lo que implica que puede estar sujeta a modificaciones en el texto final, algo a lo que se opuso el titular de Fomento, José Luis Ábalos, que pidió a los grupos evitar la tramitación legislativa para no “pudrir” el asunto ni mantener la incertidumbre.
La nueva normativa, establece que las VTC pasarán a ser reguladas por los ayuntamientos y las CCAA, ha sido acogida de una manera peculiar. A priori nadie estaba de acuerdo, pero todas las partes la han acogido positivamente. La euforia de algunas asociaciones como Elite Taxi o Caracol entronca con el pesimismo de Fedetaxi, que no acaba de cuadrarse en ninguna parte. Nunca llueve a gusto de todos, sobre todo en la guerra del taxi.
Tito Álvarez, portavoz de la asociación Elite Taxi aseguró, megáfono en mano, a las puertas del Congreso, que esta ley es muy positiva para el sector: “hace tres meses no teníamos nada, ahora sí, no quiero ver una cara triste, esto es mejor que lo que teníamos antes”, aseguró frente a sus compañeros. El fundador de élite es una persona muy respetada en la gremial y sus compañeras esperaban ansiosos sus palabras. Terminó por los aires, vitoreado por sus compañeros a gritos de “si se puede”. Concluyó su discurso, con tono bronco, dando una advertencia a los ayuntamientos y gobiernos locales, “ahora son ellos los que tienen que regular, sino les obligaremos”.
Fedetaxi baila entre dos aguas. Por una parte considera que el Real decreto es un paso atrás. La asociación mayoritaria del sector cree que el Gobierno había generado grandes expectativas en el sector y que tiene que dar explicaciones sobre el cambio de rumbo, pero tras la convalidación en el parlamento se ha dirigido al ayuntamiento de Madrid para solicitar medidas inmediatas de acuerdo con las nuevas normativas y que se apliquen inmediatamente.
Sin embargo, pese a todo lo anterior, Ángel Leal, portavoz de Fedetaxi se mostró satisfecho con la aprobación de la ley, y apuntó que “lo lógico es que un servicio que lleva al ciudadano tenga que estar al menos, regulado”. Solicitó, frente al patio de los leones, que se pusieran en marcha las medidas cuanto antes.
En los aledaños del Congreso se respiraba un ambiente un tanto crispado, que manifiesta la distancia irreparable del taxi con sus competidores directos, las VTC, con los políticos y e incluso con algunos de sus colegas, con los que tampoco terminan de estar de acuerdo.
LAS VTC DISPUESTAS AL DIÁLOGO
Las VTC esperaban resignadas la aprobación de decreto ley. Habían tratado de convencer, sin éxito, a algunos grupos de la cámara, de que votaran en contra del mismo, aunque eran conscientes de que la votación era un mero trámite y que la ley se iba a aprobar. Sin embargo, desde Unauto, se han mostrado esperanzados porque el Real decreto ley se haya tramitado con ley, ya que ven una nueva vía de diálogo y que no está todo perdido.
Eduardo Martín, portavoz de Unauto, ha manifestado que las VTC siempre se han mostrado dispuestas a hablar, y ha reiterado su preocupación por las más de 15000 familias que dependen de estas licencias.
Tanto Uber, como Cabify, y el resto de los vehículos con conductor, instan al diálogo a todos los grupos parlamentarios, y ofrecen la creación de una mesa redonda con todos los sectores implicados.
El ejecutivo trasladó a las CCAA y ayuntamientos la regulación de las licencias VTC, y otorgó una moratoria de seis años para que se aplique. De esta manera las corporaciones locales y gobiernos autonómicos deberán otorgar una segunda licencia a las VTC para permitir viajes urbanos, de no ser así su competencia será interurbana.
Una de las principales exigencias del sector de taxi es recuperar la ratio de 1:30, es decir una licencia de VTC por cada 30 taxis, además de incorporar nuevos elementos que permitan competir con Uber y Cabify. A partir del próximo año podrán ofrecer trayectos a precio cerrado, en Madrid. Además, el ayuntamiento dirigido por Manuela Carmena ha propuesto la supresión de los suplementos de las tarifas del taxi en el aeropuerto y en el resto de estaciones de trasporte.